Ciudad del Vaticano, 4 oct (EFE).- La nueva exhortación del papa Francisco “Laudate Deum”, que sigue los pasos de su encíclica “Laudato si'” sobre la protección del medio ambiente, es un lamento por la inacción de la política ante la crisis climática.
Aquí sus frases más importantes de su nuevo escrito dirigido a “todas las personas de buena voluntad”:
-- Con el paso del tiempo advierto que no tenemos reacciones suficientes, mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre.
-- Por más que se pretendan negar, esconder, disimular o relativizar, los signos del cambio climático están ahí, cada vez más patentes.
-- No se puede dudar del origen humano, antrópico, del cambio climático.
-- Lamentablemente, la crisis climática no es precisamente un asunto que interese a los grandes poderes económicos, preocupados por el mayor rédito posible con el menor costo y en el tiempo más corto que se pueda.
-- Me veo obligado a hacer estas precisiones, que pueden parecer obvias, debido a ciertas opiniones despectivas y poco racionales que encuentro incluso dentro de la Iglesia católica.
-- Las criaturas de este mundo han dejado de ser compañeros de camino para convertirse en nuestras víctimas.
-- Provoca escalofríos advertir que las capacidades ampliadas por la tecnología dan a quienes tienen el conocimiento, y sobre todo el poder económico para utilizarlo, un dominio impresionante sobre el conjunto de la humanidad y del mundo entero.
-- ¿Qué les importa el daño a la casa común si ellos se sienten seguros bajo la supuesta armadura de los recursos económicos que han conseguido con su capacidad y con su esfuerzo?
-- En la propia conciencia y ante el rostro de los hijos que pagarán el daño de sus acciones, aparece la pregunta por el sentido: ¿qué sentido tiene mi vida, qué sentido tiene mi paso por esta tierra, qué sentido tienen, en definitiva, mi trabajo y mi esfuerzo?
-- Terminemos de una vez con las burlas irresponsables que presentan este tema como algo sólo ambiental, “verde”, romántico, frecuentemente ridiculizado por los intereses económicos. Aceptemos finalmente que es un problema humano y social en un variado arco de sentidos.
-- A los poderosos me atrevo a repetirles esta pregunta: ¿Para qué se quiere preservar hoy un poder que será recordado por su incapacidad de intervenir cuando era urgente y necesario hacerlo?.