La excepción española con el fascismo: Europa señala a la Fundación Francisco Franco, Falange y Hogar Social
La Europa reciente es hija del fascismo y del antifascismo. La Segunda Guerra Mundial dividió el continente entre los países del Eje y los de la resistencia; entre los aliados de la Alemania nazi y la Italia fascista, como la España de Franco, y aquellos que la combatieron. Y, al terminar la Guerra, todos tenían presente la tragedia del nazismo y el fascismo; muchos de ellos lo tuvieron presente en sus Constituciones –como Italia–, y otros intentaron reconvertir la herencia en una herramienta de aprendizaje para el futuro –como Alemania–.
Pero hubo algunos, como España –o Portugal, o Grecia–, que se convirtieron en excepción: su fascismo se prolongó después de 1945 con una dictadura que perduró hasta la muerte del dictador en 1975 y un poco más –hasta las elecciones de 1977–.
La excepción española hizo que en lugar de perseguir los crímenes del franquismo, una ley de amnistía permite que torturadores como Billy el Niño se paseen por las calles; y facilitó que una organización dedicada a la loa y exaltación del dictador y su dictadura siga abierta en 2018.
La Fundación Francisco Franco, que incluso ha recibido dinero público, ha sido señalada este jueves en el Parlamento Europeo –a instancias de Podemos y BNG, a través del GUE y Verdes/EFA–, que ha pedido su prohibición –como la del resto de organizaciones profascistas– por extensión, al ser una entidad que exalta una dictadura.
Y lo ha hecho con el voto en contra del PP de Pablo Casado, que votó a favor de la resolución consensuada y en contra de las tres enmiendas incorporadas que mencionan a la Fundación Francisco Franco, al Valle de los Caídos y a Hogar Social Madrid.
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Pero no sólo señala a la Fundación Francisco Franco, también lo hace con Hogar Social Madrid, Falange, Alianza Nacional y Democracia Nacional, como argumentos en la exposición de la resolución:
La mención a estos grupos españoles en los considerandos se suma a otros ataques fascistas ocurridos recientemente en Europa, como las 77 personas asesinadas y 151 heridas en los atentados de Noruega de 2011; el asesinato en 2016 de Jo Cox, diputada británica; los asesinatos cometidos por Clandestinidad Nacionalsocialista (NSU) entre 2000 y 2006 en Alemania; el juicio contra el partido neonazi Amanecer Dorado, acusado de organización delictiva y del asesinato de Pavlos Fyssas-.
El caso más reciente: el 21 de septiembre de 2018, cuando militantes del partido neofascista CasaPound atacaron a un grupo de activistas, entre ellos la eurodiputada Eleonora Forenza y su asistente Antonio Perillo, que sufrieron lesiones graves, tras una manifestación antifascista y antirracista en Bari, Italia.
En el caso español, además, la resolución pide al Gobierno que acabe con toda herencia de la dictadura:
El texto, además, intenta juntar la línea de puntos con los actuales grupos de extrema derecha que están intentando construir una alianza continental con vistas a las próximas elecciones europeas de mayo de 2019, y aquellos líderes que están personificando la Europa de los “cero migrantes”, como Matteo Salvini –Liga Norte–, Marine Le Pen –Frente Nacional– y Vicktor Orbán:
De este modo, la resolución mira hacia atrás, pero también al presente y al futuro: “Considera que entre las causas profundas del auge de la ideología y los grupos neofascistas se encuentran las siguientes: las políticas que afectan negativamente a la situación socioeconómica de los trabajadores y de las personas, así como el aumento de las desigualdades sociales, el no respeto del Derecho internacional y de la Carta de las Naciones Unidas y la propagación de ideas racistas y xenófobas en las políticas oficiales, en particular en la Unión”.
La Europa de los últimos 70 años es hija del fascismo y del antifascismo, y el Parlamento Europeo ha dado este jueves una voz de alarma. Y en esa voz de alarma ha señalado a España por la Fundación Francisco Franco, Hogar Social Madrid, Falange, Alianza Nacional y Democracia Nacional.