Son muchos los factores que influyen positiva o negativamente en los resultados académicos de un estudiante, pero si hay uno que tiene especial relevancia es el económico. Así lo señalan los datos de las notas de las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU) de los centros del municipio de Madrid de los últimos cinco años. A más renta, mejores notas.
Independientemente del tipo de titularidad –públicos, concertados o privados– la tendencia es clara: los alumnos de los centros ubicados en zonas de mayor nivel socioeconómico obtienen mejores resultados para poder acceder a las carreras que desean.
Es la conclusión a la que llega eldiario.es tras analizar los datos de las notas medias de la PAU de 295 centros del municipio de Madrid en el último lustro (2013-2017) que han ofertados estudios de bachillerato. Se ha comparado esta nota con la renta media de los hogares de los barrios donde se localiza cada centro, según los últimos indicadores urbanos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes a 2015.
“Existe una enorme relación entre el grado de desigualdad de las escuelas y la ubicación del barrio donde se encuentran”, cuenta Cynthia Martínez-Garrido, Doctora en Educación por la UAM e investigadora sobre Cambio Educativo para la Justicia Social. “Es lo que se conoce como segregación residencial”, explica la experta.
Una opinión que comparte José Luis Bernal, profesor de la Universidad de Zaragoza y coautor del artículo 'La privatización de la educación pública. Una tendencia en España. Un camino encubierto hacia la desigualdad', quien considera que “el contexto sociocultural de las familias es determinante en los resultados de los alumnos”.
Una brecha que se aprecia, incluso, entre los centros de misma titularidad. En el caso de los públicos, por ejemplo, los que se sitúan en contextos socioeconómicos más desfavorecidos obtienen una media en la PAU de 5,66, frente al 6,36 que logran los de rentas más altas. Lo mismo ocurre en la enseñanza concertada: una media de 6,23 frente a otra de 6,53, en función de la renta del barrio donde se localizan.
Otro factor a tener en cuenta es el que apunta el ex Secretario de Estado de Educación durante el Gobierno de Felipe González, Álvaro Marchesi: el nivel sociocultural de los estudiantes que llegan hasta bachillerato. El experto afirma que “se pierden más alumnos en los contextos socioeconómicos bajos”, y que “el análisis de las notas de selectividad es sólo una parte de un proceso mucho más amplio donde se manifiestan las desigualdades en la educación”.
Una desigualdad que muchos institutos públicos revierten con dosis extra de apoyo a su alumnado. Es el caso del Cervantes o el Iturralde, a los que el situarse en barrios con unas de las rentas medias más bajas no les ha impedido obtener unos de los resultados más altos en la PAU en ese nivel económico. Sus directoras, Julia Pérez Gómez y Carmen Panizo, consideran que “la situación socioeconómica de las familias no es el factor determinante en los resultados o el rendimiento de los alumnos”.
En este sentido, apunta Martínez-Garrido, “hay que poner en valor la figura del docente, cuya labor por elevar las expectativas de los estudiantes y lograr los mejores resultados es fundamental”. El IES Cervantes, por ejemplo, cuenta desde hace unos años con “un grupo de voluntarios que presta ayuda personalizada a los alumnos de 1º y 2º de ESO con mayores dificultades”; y otros como, el Iturralde, cuentan con “un banco de préstamo de libros de texto, una Profesora Técnica de Servicios a la Comunidad o un programa de refuerzo dos tardes en semana”, relatan las directoras de estos centros.
Centros privados, la brecha dentro de la brecha
Según los datos publicados por la Comunidad de Madrid, son los centros privados los que logran mejores notas de acceso a la universidad con respecto a los de titularidad pública o concertada. Sin embargo, existe una brecha dentro de los propios centros privados: los niveles de enseñanza que ofertan. En la privada, hay centros que ofrecen sólo bachillerato; Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y bachillerato; y primaria, ESO y bachillerato.
De estos tres grupos, son los centros que incluyen Primaria, ESO y Bachillerato obtienen mejores notas en prácticamente todos los niveles de renta, frente a los que tienen una oferta educativa más reducida. Salvo contadas excepciones, esta élite de centros se sitúa en los barrios con renta alta y muy alta.
Los concertados sacan mejores notas que los públicos
En la ciudad de Madrid, los datos de los últimos cinco años revelan, por un lado, que las notas de los centros de titularidad pública obtienen peores resultados que los concertados; por otro, que esta desigualdad se va reduciendo a medida que aumenta el nivel económico del barrio en el que se localizan.
Es decir, que un alumno de un instituto público de Madrid tiene menos probabilidades de sacar la misma o mejor que los estudiantes de colegios concertados del mismo nivel socioeconómico. Esta brecha, sin embargo, disminuye según la renta del barrio. Dicho de otro modo, en un barrio rico, las notas de los centros públicos y privados son más parejas que en las zonas humilde.
Así, mientras que la brecha en los barrios más desfavorecidos llega a alcanzar casi un punto de diferencia (de 5,66 a 6,23), se reduce a unas cuantas décimas en aquellos barrios de renta más alta (de 6,36 a 6,53).
En los colegios ubicados en barrios con rentas medias de entre 35.000 y 40.000 euros por hogar, los públicos sacan mejores calificaciones que la educación concertada. Una excepción que se deba a la presencia del Bachillerato de Excelencia del IES San Mateo, un centro de élite que solo aceptaba a los alumnos “listos” con una nota media por encima del ocho.
Entre 2013 y 2017, los alumnos del centro que se presentaron a la PAU promedieron un 8,27. Un instituto investigado por colocar profesores a dedo y por presiones para inflar las notas, según publicó El País.
No sólo en las notas: desigualdad en la oferta
La investigadora Martínez-Garrido asegura que “la Comunidad de Madrid tiene el nivel de segregación más alto de España”. Algo que se aprecia al analizar la oferta de centros en cada barrio, según su titularidad: mientras que los centros de enseñanza privada se concentran en las zonas más ricas, los de enseñanza pública lo hacen en las más pobres.
En el municipio de Madrid no hay ni un sólo centro privado en los barrios de renta más baja, una cifra que se dispara en los de renta superior a los 60.000 euros por hogar, donde hay hasta 21. En contraposición, en los barrios de renta más alta sólo hay 6 institutos públicos frente a los 26 disponibles en las áreas más desfavorecidas. Los centros concertados, por su parte, sí muestran una distribución algo más equilibrada en todos los niveles de renta.