La portada de mañana
Acceder
Lobato determinará si el correo de la pareja de Ayuso escala hasta la Moncloa
Un mes después en la 'zona cero' de la DANA: drama de puertas para dentro
Opinión - ¡Nos comerán! Por Esther Palomera

El Gobierno se alinea con los cazadores al oponerse a la suspensión de capturas de codornices avalada por los científicos

El Ministerio de Agricultura rechaza que se paralice la caza de codornices durante un tiempo para proteger a la especie como avalan los científicos y ha propuesto la Comisión Europea.

El informe científico en el que la Comisión ha basado la proposición explica que “es probable” que el nivel actual de caza de codornices en Europa ya sea “insostenible”. Entre los problemas señala un decrecimiento de la población del 25% en diez años, un “sustancial nivel de capturas fuera de la Unión Europea”, la pérdida de hábitat y la hibridación con otras especies. El dictamen está firmado por el Instituto de Recursos Cinegéticos de España (IREC), la Agencia Francesa de la Biodiversidad (OFB) y la Universidad de Aarhus (Dinamarca).

Ese trabajo califica como de “alta prioridad” la creación de una estrategia de caza sostenible para las codornices y, mientras tanto, “reducir la presión de la caza” sobre estas aves. De ahí que la Comisión Europea recomendara este martes en el grupo de expertos sobre las directivas de Hábitats y Aves una moratoria de la caza (a partir de 2025) como la que se aplica a la tórtola. La directiva dice que la caza “debe ser compatible con el mantenimiento de la población de estas especies en un nivel satisfactorio”.

Sin embargo, la propuesta de la Comisión –con el aval científico del IREC, la OFB y la universidad danesa– no le convence al Ministerio de Agricultura. Solo un día después de la sesión en la que se debatió sobre la moratoria, el subdirector de recursos cinegéticos del Ministerio, José Luis Agüero, afirmó que España no apoyaría esa medida por innecesaria durante unas jornadas organizadas por el lobby cinegético Fundación Artemisán, según relataba la propia organización.

En esa misma charla, el director de la fundación, Luis Fernando Villanueva, decía que las decisiones sobre la caza “deben estar avaladas por la ciencia”. Artemisán defendió en la ponencia que “los cazadores españoles están volcados en la conservación de las aves migratorias con su masiva participación en proyectos científicos puestos en marcha desde el sector cinegético para conocer el estado poblacional y obtener información para la correcta toma de decisiones de gestión sobre estas especies”.

¿La conclusión de sus informes? “La población de codorniz en España se mantiene estable y produce excedentes en todas las áreas de estudio de España”. Según los cazadores, “se está llevando a cabo un aprovechamiento cinegético sostenible de la especie”. Es decir, pueden seguir cazando sin problemas.

Agricultura pormenoriza a elDiario.es que “la moratoria de la caza es una medida propuesta por la Comisión Europea de manera autónoma y sin atender al criterio técnico”. Y añade que “conforme a ese criterio del consorcio científico, el sistema de gestión adaptativo de la codorniz únicamente contemplaba las medidas de la gestión del hábitat y la reducción de la presión de la caza”.  El Ministerio considera que “las medidas presentadas a la aprobación, que contemplan la moratoria de la caza, no fueron las conclusiones emanadas del grupo de trabajo”.

La probabilidad de que la caza actual de la codorniz esté en niveles insostenibles es alta y, en cualquier caso, no existen datos alternativos que muestren que esté en niveles sostenibles

Uno de los investigadores que han participado por parte del IREC en ese consorcio científico, Carles Carboneras, cuenta a elDiario.es que “los indicios son que las capturas actuales están por encima de los niveles de sostenibilidad para la mayoría de los escenarios de conservación realistas”.

Carboneras –que firma el trabajo junto a Beatriz Arroyo y Marta Cruz– aclara que los cálculos de población de la codorniz pueden verse afectados porque es “una especie nómada. Con altos índices de movimiento en una misma temporada”. Eso hace que haya posibilidad de “infraestimación”, pero también de “sobrestimación al contar dos veces el mismo ejemplar en dos sitios diferentes”. Con todo y “a pesar de las limitaciones, la probabilidad de que la caza actual de la codorniz esté en niveles insostenibles es alta y, en cualquier caso, no existen datos alternativos que muestren que esté en niveles sostenibles”, remata el biólogo.

El investigador aclara que Bruselas “añadió la propuesta de suspensión de la caza durante al menos la temporada 2025-2026” a través de una moratoria temporal. “La Comisión tiene claro que, cuando hay indicios de falta de sostenibilidad, mantener la misma situación no es una opción y que corresponde a las autoridades competentes demostrar que existe sostenibilidad en la explotación de especies en estado de conservación desfavorable”.

Defensa continuada de abatir codornices

Este Ministerio ya validó y remitió un informe del sector cinegético sobre la codorniz –que es una de las especies más buscadas en los cotos de caza– en el proceso de declaración de la variedad como “en peligro de extinción” para detener esa calificación.

Aquella maniobra se produjo en abril de 2022 después de que el Comité Científico del Ministerio de Transición Ecológica presentara su dictamen sobre la petición de declaración de la codorniz como en riesgo de desaparecer. La conclusión del dictamen había sido: “Se recomienda proponer la inclusión de la especie Coturnix coturnix [la codorniz común] en el Catálogo Español de Especies Amenazadas con la categoría de En Peligro de Extinción”. Eso impediría que se la cazara.

El Ministerio de Agricultura remitió a la reunión entre el Gobierno y las comunidades autónomas que analizaba ese dictamen científico el informe patrocinado por los cazadores. Así consiguió frenar la inclusión de esta ave en el Catálogo ya que se recomenzó todo el proceso –que ha quedado de momento en un cajón–.

La propuesta de la Comisión Europea respecto a la codorniz está dentro de un proceso más amplio de evaluación general sobre las especies de aves en estado desfavorable que son trofeos cinegéticos. De las 30 variedades escogidas, los técnicos han evaluado 27 (de las otras tres no hay datos suficientes). En 18 casos “no hay indicaciones de que haya caza insostenible” así que su declive se explica por otras causas, según revela la documentación del grupo de expertos.

“De las otras nueve, los datos sugieren que sí hay caza insostenible en algunas de sus poblaciones”, continúa el documento. Las cuatro especies para las que se ha propuesto redactar una estrategia específica y aplicar una moratoria de caza mientras tanto son: el zorzal alirrojo, el silbón europeo, el porrón común y la codorniz. Las tres últimas son las de “mayor prioridad”. Todas son del gusto de los cazadores españoles. Además se ha pedido reducir a la mitad las capturas de la cerceta común, el cuchara común y el ánade rabudo.