Asesinar a una prostituta no es violencia machista

'Oudja', como solían llamarla, fue asesinada en noviembre del año pasado por un soldado español en Melilla. Era prostituta y él, su cliente. Tras mantener relaciones sexuales, el hombre la emprendió a golpes con ella, de 24 años y origen marroquí, hasta provocarle la muerte. Su caso, como el de otras prostitutas que han sido agredidas por hombres que buscaban sus servicios, no se ha contabilizado como un asesinato por violencia machista porque para el Gobierno no lo es.

En la respuesta que ha trasladado el Ejecutivo a las diputadas socialistas por Valencia Carmen Montón y Susana Ros se subraya que, según el artículo 1 de la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, se entiende “por violencia de género” la “manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres” que “se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia”.

“¿Cuántas más tienen que morir para que se tomen cartas en el asunto?”, se pregunta Ros, que califica de “lamentable” el mensaje que les ha hecho llegar el Gobierno en contestación a su pregunta parlamentaria. “En este caso hay una clara relación de poder del hombre sobre la mujer, y eso, haya o no relación de afectividad entre la víctima y el victimario, es violencia de género”, subraya.

Desde muchos sectores se considera que la primera ley contra la violencia machista en España, aprobada por el Gobierno de Zapatero en 2004, limita la definición de este tipo de violencia a la que se ejerce dentro de la pareja o expareja y deja fuera otras manifestaciones de poder del hombre sobre la mujer, como el acoso sexual o el que se produce en el trabajo.

“Nunca se han incluido en las estadísticas las muertes de mujeres prostitutas y merece la pena reflexionar sobre ello. Si este negocio existe es por la pura necesidad de dominación de los hombres”, sostiene Ángela Cerrillos, presidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis. Cerrillos también apunta que, aunque “en términos estrictamente penales el requisito para condenar a alguien por violencia machista es que exista o haya existido un vínculo afectivo”, la respuesta del Ejecutivo es “desafortunada”. “Constatar que de lo ocurrido en Melilla no subyace una relación de poder y dominación es una barbaridad”, denuncia.

Susana Ros defiende al respecto que “la ley es un punto de partida para erradicar esta lacra social” y que “lo que tenga que revisarse y rectificarse se hará”. Lo importante, señala, es que “las mujeres se sientan respaldadas para salir de la situación y garantizarles la seguridad de que podrán hacerlo sin ponerse en peligro. Y eso el PP se lo está cargando con los recortes en igualdad”.

Violencia de género invisible

Un informe elaborado en 2013 por feminicidio.net, un portal especializado en la documentación del feminicidio en España, denuncia que el maltrato de las mujeres prostitutas es un tipo de violencia de género ignorado. “En la mayoría de los feminicidios por prostitución cometidos por hombres, y registrados, los asesinos tuvieron un ensañamiento brutal con el cuerpo de las víctimas y en todos los casos ellas se enfrentaron a ese momento del final en un estado de vulnerabilidad social y/o legal”, apunta la investigación.

En este sentido, la presidenta de Themis recuerda que la muerte es sólo la manifestación más cruda de la violencia contra las mujeres. “En el mundo de la prostitución hay muchísimo maltrato, tanto psicológico como físico. Es un entramado que se alimenta de la relación desigual entre el proxeneta y las mujeres, que están sometidas”, recalca.

Los pasos para poner palos a la rueda de la prostitución, caldo de cultivo de relaciones desiguales y de violencia, son todavía muy tímidos. El 17 de febrero, la Comisión de Igualdad del Senado rechazó la moción del Grupo Parlamentario Mixto que instaba al Gobierno a la elaboración de una normativa reguladora de la publicidad relacionada con servicios de prostitución y otros anuncios de contenido sexual.

La alarma social, sin embargo, sí ha saltado en los primeros meses del año. En lo que va de 2014, al menos 17 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas y otros cuatro casos están siendo investigados por la policía. De comprobarse que todas ellas han sido víctimas de violencia machista, el primer trimestre de 2014 se convertiría en el más cruento desde que se tiene registro de las muertes de mujeres a manos de hombres.

El pasado jueves, la vicepresidenta general del PSOE envió una carta a la número dos del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, para pedir la convocatoria urgente de una Mesa de trabajo contra la violencia de género. En la misiva, que también se ha remitido a la ministra de Sanidad, Elena Valenciano considera que la situación es “crítica y absolutamente insostenible”.