La exhumación del cadáver del fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera, ya tiene fecha: será el próximo lunes 24 de abril. Es el día que, según ha adelantado la Cadena SER y ha podido confirmar elDiario.es, ha marcado el Gobierno para sacar del Valle de Cuelgamuros los restos mortales del político después de que el cadáver de Francisco Franco fuera exhumado del mismo Valle en octubre de 2019. Primo de Rivera fue juzgado por la República por sublevación, fusilado en 1936 y enterrado en una fosa común. Al terminar la guerra, fue trasladado al Monasterio de El Escorial y en 1959 a su ubicación actual por decisión del dictador.
El contador para la salida de los restos mortales de Primo de Rivera empezó a correr cuando en octubre del año pasado entró en vigor la Ley de Memoria Democrática, que en su artículo 54.4 establece que en el Valle solo podrán yacer los restos de personas fallecidas en la Guerra pero en ningún caso ocupar un “lugar preeminente en el recinto”, como es el caso del fundador de Falange, enterrado a los pies del altar mayor de la basílica. Ese artículo se complementa con el 38.2, que rechaza que los restos de responsables del golpe militar puedan estar en esos “lugares preeminentes”.
A diferencia de lo que sucedió entre 2018 y 2019 con la exhumación de Franco, paralizada por el Supremo durante meses a instancias de la familia y con una fuerte oposición pública de los descendientes del dictador, desde el comienzo los familiares de Primo de Rivera han pedido que este proceso se haga “dentro de la intimidad” y que no se convierta en una “exhibición pública propensa a confrontaciones de ninguna clase entre españoles”.
Sus descendientes ya pidieron el pasado mes de octubre al prior de la Basílica y a la Comunidad de Madrid los permisos necesarios. Con la entrada en vigor de la nueva norma, las criptas y lugares de enterramiento de la basílica pasarán a ser un cementerio civil y todo ese espacio quedará resignificado como un lugar de memoria. En un comunicado, que firmó Fernando Primo de Rivera, la familia expresó su deseo de que los restos del político sean trasladados a un camposanto “sagrado”.
La exhumación se producirá después de que el Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial concediese la licencia urbanística para retirar la “losa sepulcral” de la tumba en la que se encuentra enterrado el político. Según la documentación que figuraba en el expediente municipal, la exhumación arrancará con una “apertura de la junta perimetral que separa la losa del pavimento circundante con herramienta mecánica”. Se prevé la utilización de gatos mecánicos y rodillos para levantar y extraer la lápida, siempre según el expediente municipal emitido en su momento por el consistorio.
La exhumación tendrá lugar medio año después de que los restos mortales de Gonzalo Queipo de Llano, general golpista, fueran igualmente exhumados de la basílica de la Macarena. En ese caso la familia del responsable de más de 45.000 asesinatos en Andalucía no puso oposición ni recurrió la resolución en los tribunales.