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El cerdo vietnamita, prohibido como mascota por el daño que causa la expansión incontrolada de ejemplares sueltos

Mascotas de moda. Exóticas y populares que, al desecharse, se convierten en un problema ambiental de primera magnitud. El Gobierno ha declarado este viernes al cerdo vietnamita especie exótica invasora por su expansión incontrolada y dañina por numerosos ecosistemas españoles. Piaras asilvestradas de esta especie, provenientes de mascotas liberadas o escapadas, han ido detectándose desde 2007 en más de 40 localidades diferentes. Además, los ejemplares liberados se han cruzado con jabalíes autóctonos dando lugar a una variedad nueva conocida como cerdolí.

El daño que provoca este animal está acreditado desde hace tiempo, incluso por el Comité Científico del Ejecutivo que, en 2016, recomendó declararlo variedad invasora por el “riesgo sanitario y medioambiental que ya supone su actual presencia asilvestrada en la naturaleza dentro del territorio nacional”. Sin embargo, nunca llegó al Catálogo por lo que ha seguido siendo una especie perfectamente comerciable como animal de compañía: “Este trasiego comercial finaliza, a menudo, con el abandono de ejemplares, sobre todo por el tamaño y peso que alcanzan cuando son adultos”, explicaban los técnicos hace tres años.

Los perjuicios que causan los cerdos vietnamitas y la hibridación con los jabalíes –que podría aumentar los problemas de superpoblación registrados por varias comunidades autónomas– han hecho que se incorpore al Catalogo Español de Especies Exóticas Invasoras. Al listado de variedades peligrosas se suman, además, tres reptiles comerciales típicos de los terrarios: la pitón real, el varano de la sabana y la tortuga de la península ha anunciado el Gobierno siguiendo la recomendación del Ministerio de Transición Ecológica.

La Convención Internacional para la Biodiversidad describe a las especies invasoras como las que se establecen “fuera de su distribución natural (presente o pasada) cuya introducción y expansión suponen una amenaza para la diversidad”. Donde llegan, encuentran condiciones propicias para proliferar: recursos con poca competencia. Y esquilman la fauna autóctona. Es la segunda causa más común de extinción de especies y la primera asociada a la desaparición de anfibios, mamíferos y reptiles, según la Unión Internacional de Conservación de la Conservación de la Naturaleza.

Una vez que estos nuevos taxones entren en el catálogo, los dueños actuales de ejemplares podrán quedárselos con algunas condiciones. Lo primero será informar ante del 1 de enero 2022 a la Administración (comunidad o ciudad autónoma). Estass autoridades van a tener que regular sobre los requisitos de esterilización, marcaje y declaración para no liberarlo. Si no se lo quieren quedar, se facilitará “la entrega voluntaria de los animales referidos”, explica el Ministerio.

Mercado de mascotas: origen de invasiones biológicas

El Comité Científico del, entonces, Ministerio de Medio Ambiente, ya recomendó en 2016 la ampliación del Catálogo de Invasoras con varias especies de mamíferos, entre ellos, el cerdo vietnamita. Además, aquel dictamen pedía declarar exóticas invasoras diferentes especies que, entonces, ya estaban popularizándose como mascotas comerciales como medida preventiva.

Las fichas analizaron la situación de mangostas, suricatos, fénecs (zorros del desierto), ginetas manchadas... “Cabe destacar que la reciente proliferación de varias especies de las familias puede estar respondiendo a la demanda de pequeños mamíferos carnívoros exóticos para su uso como mascotas tras prohibir la comercialización del mapache”, decribían.

De este modo, explicaban, si se incluía solo algunas variedades en la lista que impide su comercialización, el mercado se fijaría en otras variedades, con el mismo potencial dañino, pero sin la etiqueta legal “invasora”. En el caso de los mapachas, el informe científico avisaba que “el aparentemente escaso número de mapaches en cautividad no hacía pensar apenas diez años atrás que esta especie pudiera llegar a convertirse en una especie invasora en territorio nacional”. La demanda comercial conduce a la proliferación de diferentes especies entre comercios y criadores particulares con riesgo de llegar a convertirse en especies invasoras, rematan.