Francisco J. Delgado es un cura de Toledo y uno de los líderes de la 'fachosfera católica', el grupo de curas tradicionalistas que rezan por la muerte del Papa, aseguran que Franco salvó a la Iglesia de su desaparición (con banderas franquistas incluidas) y participan con cierta asiduidad en los rezos del rosario ultras en Ferraz contra Pedro Sánchez. Tras la polémica que causaron sus palabras en la tertulia de religiosos La sacristía de la Vendèe, el sacerdote ha anunciado en sus redes sociales que deja definitivamente las emisiones. “Por orden directa de mi Arzobispo, me veo obligado a interrumpir la actividad en todas mis redes y a suspender mi participación en medios de comunicación. En esta ocasión no lo hago por mi propia voluntad”, ha asegurado.
El sacerdote es, junto al 'pater Góngora', uno de los co-presentadores de la autoproclamada “tertulia contrarrevolucionaria” desde donde se vierten continuos ataques contra el papa Francisco y las reformas de su pontificado, y se señala a medios, obispos y sacerdotes considerados “progres”.
A finales de febrero, La Sacristía tuvo que suspender sus emisiones después de que uno de sus participantes, Gabriel Calvo Zarraute, pidiera rezar para que el Papa muriera pronto, entre las risas de todos los participantes, entre ellos el propio Delgado.
Buena parte de los sacerdotes que participaban en la tertulia forman parte del mismo grupo de sacerdotes tradicionalistas, formados (o asimilados) en el seminario de Toledo, considerado por muchos como uno de los más conservadores de España, y que hasta la fecha no había tomado las decisiones para frenar esta deriva tradicionalista.
Zarraute, que ya había recibido “una represión canónica con prohibición de participar en redes”, dejó de aparecer tras la vuelta de la fachosfera clerical, que dejó de emitirse durante algunas semanas después de que se desatara la polémica. El espacio ultra ahora ve cómo otro de sus puntales también es sancionado con un veto similar, una decisión que la diócesis no había tomado hasta ahora con Delgado bajo el argumento de que el sacerdote está “exiliado” en Estados Unidos.
El Arzobispado de Toledo había remitido apenas un comunicado, fechado el 28 de febrero, en el que anunciaba su reproche a los curas. “Se ha comunicado a los sacerdotes la necesidad de pedir perdón por declaraciones que lesionan la comunión de la Iglesia y escandalizan al Pueblo de Dios”. Algo que los religiosos aludidos no hicieron. Ahora, en cambio, el Arzobispado anuncia la sanción a Delgado por “desafecto a la persona y al ministerio del Santo Padre”.
“No me queda más remedio que defenderme de una calumnia de la que espero algún día poder dar detalles”, explica en su “despedida” el cura toledano. “Obviamente, a pesar de la persecución, sigo manteniendo mi propósito de ser fiel a la Iglesia de Cristo y a su jefe visible, que es el papa Francisco”, culmina, y asegura: “Ofrezco todos los sufrimientos de esta situación por la conversión de aquellos que dañan a la Iglesia, desde fuera y desde dentro”. “¡Viva Cristo Rey!”, es su último grito en redes.
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