La madrileña Plaza del Sol ha amanecido este miércoles repleta de desperdicios derivados de los episodios de las Depresiones Aisladas en Niveles Altos (DANA) que azotaron la capital y Toledo el pasado mes de septiembre. El grupo ecologista Greenpeace ha traído los restos a la céntrica plaza para denunciar “que las empresas de combustibles fósiles destruyen el clima”.
Barro, trozos de árboles, sillas rotas, chapas, neveras rotas y hasta la carrocería exterior de un coche volcado eran algunos de los elementos que ha utilizado el equipo de activistas climáticos en el contexto de celebración de la Cumbre del Clima COP28 que se celebra en Dubai.
A juicio de Greenpeace, en esta reunión internacional “los gobiernos deben acordar el fin del petróleo, gas y carbón”. El grupo denuncia que “esta crisis climática está provocada por las empresas de combustibles fósiles, que bloquean las soluciones para seguir lucrándose”.
Antes de que comience la COP28, indican en una nota de prensa, han querido “trasladar al centro del país y al corazón de toda la ciudadanía una muestra de los peores y más dramáticos efectos de la crisis climática” y apuntan a compañías de la industria como Repsol o Naturgy.
Los episodios de lluvias torrenciales de septiembre dejaron a su paso seis personas fallecidas en total, averías, y ríos desbordados, con imágenes devastadoras de pueblos enteros afectados y campos anegados.
El representante de la delegación internacional, Pedro Zorrilla, ha indicado que esperan que la toma de decisiones en la cumbre “no se vea entorpecida por los intereses de la industria fósil”, que, lamenta, “cada año aumenta su presencia e influencia en estas cumbres”, así como que “se adopten las medidas necesarias para afrontar el reto que la emergencia climática plantea”.
Es la primera vez que la Cumbre del Clima de la ONU es presidida por el consejero delegado de una empresa, concretamente de una compañía petrolífera y gasista de Emiratos Árabes Unidos.