Hallada la prueba más antigua de amputación quirúrgica de una extremidad a un ser humano
Un esqueleto humano hallado en Borneo, fechado hace unos 31.000 años, muestra que el pie izquierdo había sido amputado quirúrgicamente y que el paciente se recuperó, informa un artículo de Nature publicado este miércoles. Los hallazgos, anunciados en una prepublicación científica el pasado mes de abril, sugieren que los procedimientos quirúrgicos avanzados se producían en el Asia tropical miles de años antes de lo registrado anteriormente.
Las amputaciones requieren un amplio conocimiento de la anatomía humana y la higiene quirúrgica, así como una considerable habilidad técnica. Antes de los avances clínicos modernos, como los antisépticos, la mayoría de las personas sometidas a una operación de amputación morían por la pérdida de sangre y el shock o la infección posterior.
Hasta ahora, la operación compleja más antigua que se conoce se le practicó a un agricultor neolítico de Francia hace unos 7.000 años, al que se le extirpó quirúrgicamente el antebrazo izquierdo y se le curó parcialmente.
En una nota de prensa, Tim Maloney y sus colegas informan del descubrimiento de los restos óseos de un individuo joven de Borneo al que se le amputó quirúrgicamente el tercio inferior de la pierna izquierda, probablemente de niño, hace al menos 31.000 años.
Descubrieron que el individuo sobrevivió a la intervención y vivió entre seis y nueve años más, antes de ser enterrado en la cueva de piedra caliza de Liang Tebo, situada en Kalimantan Oriental.
Conocimiento de músculos y vasos sanguíneos
Los autores sugieren que el individuo o los individuos que amputaron la parte inferior de la pierna izquierda debían poseer un conocimiento detallado de la estructura de la extremidad, los músculos y los vasos sanguíneos para evitar una pérdida de sangre e infección fatales.
Sugieren que es improbable que la amputación se debiera al ataque de un animal o a otro accidente, ya que éstos suelen causar fracturas por aplastamiento. Tampoco es probable que la amputación se llevara a cabo como castigo, ya que el individuo parece haber recibido un tratamiento cuidadoso después de la cirugía y durante el entierro.
Los hallazgos apuntan a que algunos de los primeros grupos humanos modernos que buscaban comida en Asia desarrollaron conocimientos y habilidades médicas avanzadas en un entorno de selva tropical del Pleistoceno tardío.
Los autores sugieren que las rápidas tasas de infección de heridas en los trópicos podrían haber estimulado el desarrollo de nuevos productos farmacéuticos, como los antisépticos, que aprovechaban las propiedades medicinales de la rica biodiversidad vegetal de Borneo.
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