El helecho conocido como “azolla” se ha convertido en los últimos años, según los expertos, en una seria amenaza para la vida de las charcas que hay en las dehesas de España y Portugal, ya que es una planta invasora que acaba con el oxígeno de las lagunas.
Carlos Sánchez, presidente de Fundación Naturaleza y Hombre (entidad que trabaja en proyectos ambientales de España y Portugal) advierte en un comunicado publicado hoy de que “la azolla es un problema ambiental de primera magnitud”.
Según Sánchez, esta planta se ha introducido en los estanques temporales mediterráneos y en las lagunas de las zonas de las dehesas del oeste de la península Ibérica.
“Se trata de un helecho acuático que tiene la característica de reproducirse muy rápidamente y colonizar las lagunas, tapándolas, impidiendo que los rayos de luz entren y, además, les aporta muchísima materia orgánica, lo que les provoca una falta de oxígeno enorme, por lo que anfibios, peces y otras especies vegetales desaparecen”, argumenta Sánchez.
La planta, que no se asemeja a los helechos comunes, tiene hojas pequeñas y raíces cortas, y su color oscila entre rojo y púrpura a pleno sol y verde pálido a verde azulado en la sombra.
Se propaga a través de los animales que se desplazan entre las charcas, tales como patos o nutrias, y su retirada es “muy costosa”.
La Fundación Naturaleza y Hombre considera que es fundamental retirarla de los estanques lo antes posible, para que no colonice toda la charca y, así, puedan sobrevivir otras plantas acuáticas y el resto de los animales.
Una de las actuaciones piloto de retirada del helecho invasor la están ejecutando en la Reserva Biológica Campanarios de Azaba, una dehesa de 500 hectáreas que tiene la Fundación Naturaleza y Hombre en la localidad salmantina de Espeja, junto a la frontera con Portugal.
Desde la propia Fundación hacen un llamamiento para que cualquier propietario que detecte la azolla en sus fincas se ponga en contacto con dicha entidad para que les puedan aconsejar en la retirada.
Se da la paradoja de que, mientras que esta especie supone un gran problema para la biodiversidad en las zonas que invade, hay quien ve en ella un gran potencial para luchar contra el cambio climático, por su gran capacidad de captación de dióxido de carbono.
De hecho, Carlos Sánchez recuerda que, en el ámbito de la paleontología, se habla del “Evento Azolla”, en relación a un enfriamiento global que habría tenido lugar hace 48 millones de años, a causa del crecimiento descontrolado de la azolla.
Esta intervención forma parte del proyecto europeo LIFE “Club de Fincas por la Conservación del Oeste Ibérico”, coordinado por Fundación Naturaleza y Hombre, y que actúa tanto en dehesas de España como de Portugal.
La iniciativa, que cuenta con una financiación total de dos millones de euros aportados por la Comisión Europea y por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente español, representa un “ambicioso intento de recuperación de los hábitats de bosque mediterráneo y dehesas” propios de la península Ibérica.