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Heliostatos, luz solar a la carta

EFE

Madrid —

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Mejorar la iluminación interior de los edificios con un recurso natural como el sol ya es posible gracias a la instalación de heliostatos, espejos orientables al gusto del usuario en viviendas con problemas de oscuridad, humedad y frío.

Se trata de un conjunto de planchas reflectantes de aluminio que rotan sobre dos ejes a fin de capturar y mantener vivo en todo momento el reflejo de los rayos solares que inciden sobre él y después proyectarlo en una superficie o punto concreto previamente elegidos.

Los heliostatos se han utilizado generalmente aplicados a las observaciones astronómicas, las plantas de energía solar termoeléctica o la experimentación de nuevos materiales, pero en los últimos años se ha desarrollado también su uso para iluminación de viviendas.

Las compañías que se dedican al proceso del diseño, construcción e instalación de este último tipo de heliostatos los colocan la mayoría de las veces en patios de luces donde la luz directa llega en un porcentaje muy reducido.

Según un portavoz de la empresa española Espacio Solar, este tipo de elementos permite “ahorrar entre un 40 % y un 50 % en el consumo de iluminación eléctrica del edificio”, con la ventaja añadida de que están fabricados con componentes reciclables que pueden ser utilizados para otros usos una vez finalizado su ciclo de servicio.

Los paneles son programables y dirigen la luz natural desde una azotea hasta la zona concreta que se desea iluminar: desde un patio oscuro hasta una habitación interior sin luz, pasando por fachadas ubicadas al norte o espacios interiores.

Los heliostatos mejoran la eficiencia energética y la sostenibilidad de los edificios pero también “crean ambientes de mayor comodidad” dentro de la casa.

Lola Sancho, responsable de comunicación de la también compañía española Iluminación Solar, explica a Efeverde que, “al ser un reflejo directo, la sensación que uno tiene no se distingue de la de recibir la luz del Sol directamente”.

La tecnología empleada por estos instrumentos es clave, pues se necesita un sistema de sensores con capacidad para modificar la posición de los espejos y redirigir los rayos solares de la forma más plena y eficaz posible.

“Por un lado tenemos los sensores que rastrean el sol, con objeto de que los espejos estén siempre dirigidos hacia su posición de una manera fiable y muy precisa; por otro lado, esos espejos están diseñados para captar el máximo posible de luz y reflectarla”, añade Sancho.

Un punto importante es la limpieza de estos paneles para evitar la reducción de sus capacidades, aunque “el mantenimiento no es, en principio, muy necesario excepto en casos extremos” de acumulación de polvo u otras sustancias que puedan empañar o ensuciar el espejo porque “lo habitual es que las propias condiciones meteorológicas como la lluvia o el viento se encarguen de mantenerlos limpios”.

Según Sancho, un espejo sucio reduciría su eficiencia lumínica pero en todo caso no perdería su operatividad pues seguiría reflejando luz, aunque en un porcentaje menor.

En Estados Unidos, ha comenzado a comercializarse recientemente otro tipo de espejo portátil e “inteligente” para reflejar la luz en el interior de una vivienda, aunque dista mucho del tipo de instalación que se está aplicando en la actualidad en España.

Según la compañía norteamericana Solenica, se trata de un prototipo de “diseño italiano” llamado Lucy, que consiste en una esfera a colocar en un lugar que reciba la luz, fuera o dentro del hogar, y posteriormente la dirija al punto elegido para iluminar.

Lucy contiene un espejo en movimiento en su interior, definido por sus fabricantes como “autoeficiente”, además de un pequeño panel solar que abastece el movimiento del espejo según la posición del astro rey. Alan Neil