El pasado viernes, el Comité Científico Asesor de las Academias europeas (EASAC, por sus siglas en inglés) hizo público un informe en el que asegura que “no existen enfermedades conocidas para las cuales exista evidencia robusta y reproducible de que la homeopatía sea eficaz más allá del efecto placebo”. Además, al igual que hiciera el pasado mes de junio la Real Academia Nacional de Farmacia, los académicos europeos advierten de que el consumo de homeopatía “puede suponer un daño significativo para el paciente”.
Los autores de este nuevo informe afirman que “la promoción y el uso de productos homeopáticos es peligrosa”, ya que puede retrasar la búsqueda “de atención médica adecuada, basada en la evidencia, o, peor aún, disuadir al paciente de hacerlo”. Además, consideran que la promoción de este tipo de productos puede “socavar la confianza del paciente y del público en el valor de la evidencia científica para la toma de decisiones en el cuidado de la salud y otras prioridades sociales”.
Según los académicos, los pacientes y los consumidores deben recibir “información precisa y clara” y aseguran que las afirmaciones científicas realizadas sobre la homeopatía son “inverosímiles e inconsistentes”. “Cualquier efecto reivindicado de los productos homeopáticos puede explicarse por el efecto placebo o por estar atribuido a un diseño pobre del estudio, una variación aleatoria, una regresión hacia la media o un sesgo de publicación”, sentencian los investigadores.
Críticas a la legislación europea
El informe también hace hincapié en la regulación de estos productos y afirma que “es esencial implementar un marco regulador estandarizado y basado en el conocimiento para cubrir la eficacia del producto, la seguridad y la calidad y las prácticas publicitarias precisas en toda la Unión Europea” e insiste en que “los reclamos promocionales de eficacia, seguridad y calidad no deben realizarse sin pruebas demostrables y reproducibles”.
El informe afirma que “un producto no debe ser aprobado ni registrado por las agencias reguladoras nacionales bajo la denominación de medicamento” si no hay pruebas de eficacia, una afirmación que supone un ataque directo a la actual normativa europea, que establece un “un procedimiento de registro simplificado especial para los medicamentos homeopáticos que se comercialicen sin una indicación terapéutica”.
Gracias a esta normativa, los productos homeopáticos son reconocidos como medicamentos sin necesidad de atravesar procedimientos que verifiquen su eficacia. A cambio, este tipo de productos no pueden tener una “indicación terapéutica particular en la etiqueta”, es decir, que no pueden afirmar que estén indicados para ninguna afección o enfermedad.
Esta norma se encuentra incluida en la legislación española, algo que ha sido criticado recientemente por el gobierno de la Comunidad Valenciana, cuya consejera de Sanidad, Carmen Montón, ha pedido oficialmente al Gobierno central que retire el reconocimiento de la homeopatía como medicamento.
Reforzar los controles de calidad
Los investigadores también llaman la atención sobre los potenciales problemas de seguridad de los preparados homeopáticos, ya que sus “métodos de producción están poco controlados”, por lo que exigen “una mayor atención al control de calidad y la evaluación de los efectos adversos”.
Este mismo mes, el Centro de Control de Enfermedades de EEUU hizo publico el caso de un bebé intoxicado con plomo por una pulsera homeopática. El objetivo de la pulsera era aliviar el dolor de la dentición, un ámbito que está siendo investigado por las autoridades estadounidenses desde el pasado año, tras el fallecimiento de 10 niños.
A principios de este mismo año, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA, por sus siglas en inglés) decidió retirar del mercado las tabletas de dentición de la compañía Hyland’s, tras encontrar cantidades de belladona superiores a lo indicado en el envase del producto y el pasado mes de junio la propia FDA envió una carta de advertencia a la compañía Raritan Pharmaceuticals, tras una inspección en la que se encontraron “violaciones significativas de las normas de buenas prácticas de fabricación para productos farmacéuticos”, en relación con este tipo de tabletas.
No deben ser financiados por la sanidad pública
La falta de eficacia demostrada de estos productos y los peligros asociados han llevado a los académicos a recomendar a las autoridades nacionales europeas que no financien este tipo de tratamientos. “Los sistemas de salud pública no deben reembolsar los productos y prácticas homeopáticos a menos que se demuestre que son eficaces y seguros mediante pruebas rigurosas”, afirma el documento.
El informe de la EASAC viene a confirmar lo que la comunidad científica viene diciendo desde hace años, que los productos homeopáticos nunca han confirmado su eficacia. En este sentido también se han pronunciado diversas instituciones en los últimos años, entre los que destacan la Real Academia Nacional de Farmacia o la Organización Médica Colegial, que han calificado la homeopatía como un proceso “ilusorio y engañoso” que “puede poner en riesgo la salud”.
El informe de los académicos europeos, que será elevado a la Comisión Europea para que evalúe el problema, termina recordando que no existen distintos tipos de medicina, en alusión a la diferenciación que se suele establecer entre la alternativa y la convencional. “Solo hay dos tipos de medicamentos, los que han sido adecuadamente probados y los que no”, sentencia el documento.
Además de los informes publicados por varias instituciones y sociedades científicas sobre la nula eficacia de la homeopatía, este mismo mes un equipo de investigadores ha publicado un estudio en la revista PLoS One que demuestra que los tratamientos homeopáticos son más costosos que los convencionales, tanto a medio como a largo plazo.
Los investigadores estudiaron durante 33 meses a dos grupos de aproximadamente 22.000 pacientes cada uno, que sufrían distintos tipos de afecciones leves como migraña, rinitis alérgica, asma, dermatitis atópica y cefalea. Según sus resultados, el coste de los tratamientos convencionales fue de unos 10.428 euros por paciente, mientras que el de los tratamientos homeopáticos ascendió a 12.414 euros. “Para todos los diagnósticos analizados, los pacientes con homeopatía generaron mayores costos que los pacientes del grupo de control”, concluyen los investigadores.