La curva de casos de coronavirus lleva desde julio en una escalada sin apenas alivios que continúa una vez entrado septiembre. Todos los ojos miran ahora a la Atención Primaria, que está viéndose desbordada ante la situación debido a la escasez de recursos para afrontar la pandemia. Las sociedades médicas han dado la voz de alarma esta semana ante lo que consideran la “crónica de una muerte anunciada” y denuncian el “colapso” de los centros de salud, pero en los hospitales también se están dejando notar los incrementos y la preocupación de los sanitarios va en ascenso. Según los datos de Sanidad, los ingresos se han multiplicado por algo más del doble en este último mes: si el 18 de agosto había 1.096 hospitalizaciones en los últimos siete días, este jueves fueron 2.357. También las UCI, a donde llegan los más graves, tienen más presión y han pasado de 65 a 160 en la misma referencia temporal.
La situación es muy diferente ahora e incomparable con marzo: detectamos muchísimos más casos asintomáticos y leves, por lo que la proporción de pacientes en los que surgen complicaciones es menor. Los ingresos no están en un nivel ni parecido al de entonces, pero sí hay un goteo constante que lleva a la mitad de las comunidades autónomas, ocho en concreto, a registrar un porcentaje de ocupación de camas superior a la media nacional. En total, un 8,6% están llenas de pacientes COVID (el 20 de agosto era el 4,3%), mientras que en Madrid, Euskadi, Castilla-La Mancha, Baleares, Aragón y La Rioja supera el 10%. En Murcia y Castilla y León también hay niveles superiores de ocupación, que alcanzan el 9% en ambos territorios.
Son proporciones alejadas del 55% del total de plazas que se llegaron a cubrir con coronavirus en el pico crítico, en la semana del 29 de marzo, y así lo recalcó esta semana Silvia Calzón, secretaria de Estado de Sanidad, que apuntó a una situación “no comparable” debido al incremento de la capacidad diagnóstica. Sin embargo, los actuales son porcentajes nada desdeñables para una sola enfermedad, señalan los expertos, y avisan de que si continúa la subida de casos, el alza de ingresos se mantendrá al mismo tiempo. En algunos territorios se han estabilizado, pero las hospitalizaciones siguen un ritmo creciente en otros como Madrid, La Rioja, las 'dos Castillas' o Andalucía. Una situación que “por supuesto que nos preocupa”, añadió la responsable de Sanidad.
Porque llegar al límite al que estuvieron los centros en marzo no debe ser la señal de alarma, coinciden voces expertas. “Cometemos un error si pensamos que la situación es seria solo si se colapsa la estructura sanitaria, ese sería el final y no tenemos que llegar ahí. Lo que ya hay ahora es preocupante”, apunta Daniel López-Acuña, exdirector de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la OMS y profesor de la Escuela Andaluza de Salud Publica. Coincide Manuel de Castro, presidente del Área de Atención Hospitalaria del sindicato AMYTS: “Hay posibilidades de incrementar las capacidades sanitarias, sin embargo, el foco no debe ser marzo o abril. Aquello fue un auténtica barbaridad, pero lo que estamos viendo ahora tampoco está bien. Lo deseable es precisamente no volver a aquello”.
Madrid, a la cabeza
De Castro se refiere a Madrid, la comunidad que más preocupa en estos momentos, especialmente por las extremadamente altas incidencias que registran barrios y municipios del sur. Tras semanas de ascensos, el Gobierno de Ayuso se encuentra inmerso en un nuevo episodio de caos por la gestión de la crisis. Se desconoce de momento qué medidas restrictivas se acabarán poniendo en la comunidad, después de las informaciones contradictorias vertidas desde la presidencia. Desde entonces, y sin ninguna aclaración posterior, la única aparición pública ha sido la de su portavoz y vicepresidente, Ignacio Aguado, que ha admitido que la pandemia en la región “no va bien”. Madrid no solo lidera la incidencia acumulada de casos (659,41), sino también la ocupación de camas: casi una de cada cinco (un 21%) están en estos momentos dedicadas a pacientes de coronavirus.
Pendientes aún de las medidas y tras un verano polémico por la falta de rastreadores, nueve de los diez grandes municipios en España que cuentan con más diagnósticos en los últimos 14 días por cada 100 habitantes forman parte de la región. La COVID-19 avanza en Madrid y los sanitarios admiten temor ante lo que puede estar por venir. En algunos hospitales como el 12 de Octubre, el Gregorio Marañón o el Infanta Leonor están “especialmente tensionados”, apunta de Castro, y “hay UCI completas, no solo de coronavirus, pero llenas”. Hay centros que ya han suspendido o pospuesto intervenciones y cirugías y la escasez de personal –algunos sanitarios aún no han regresado de vacaciones y las bolsas de empleo están agotadas, denuncian los sindicatos– pone sobre las cuerdas las posibles ampliaciones de camas. “La situación epidemiológica está descontrolada y eso acaba repercutiendo en los centros. La situación es preocupante”, declara de Castro.
El de Madrid es el escenario más extremo, pero en otros puntos también hay inquietud en los hospitales tras acelerarse la pandemia en las últimas semanas. Es el caso de La Rioja, que acumula en la última semana una incidencia de 409,72, la tercera mayor del país, las autoridades han reconocido un “devenir preocupante” de la situación y han endurecido las restricciones. En los hospitales hay ahora mismo un 11% de plazas ocupadas por enfermos de coronavirus, cuando el 20 de agosto era solo un 1,7%. Castilla-La Mancha fue descendiendo progresivamente el número de ingresos hasta llegar a las 32 a finales de julio, pero a partir de mediados de agosto, el alza ha sido sostenida y a día de hoy hay 586 personas ingresadas, la mayoría en Toledo. Es una de las comunidades con mayor proporción de ocupación de camas, con un 13%.
Preocupa también Murcia, donde el número de positivos diarios no ha parado de ascender y actualmente la ocupación hospitalaria por coronavirus está en el 9%. Durante marzo y abril, la comunidad murciana destacó por haber contenido hasta cierto punto la pandemia, pero durante septiembre el número de afectados continúa creciendo: desde el comienzo del mes se han computado de media más de 400 positivos cada 24 horas y este jueves el número de fallecidos, cinco, ha marcado récord de esta segunda fase de la epidemia. “Hay hospitales, como el de Lorca, que han llegado al 100% de ocupación y en el Virgen de la Arrixaca, el de referencia, las plantas de medicina interna están ya completas y se está instruyendo a médicos que no llevan COVID en el manejo de pacientes porque se espera tener que necesitarlos”, explica María José Campillo, portavoz de Sindicato Médico de Murcia.
Otras comunidades como Euskadi, Aragón o Baleares también cuentan con altos niveles de ingresos, superiores al 11%. En esta última, hace escasos siete días que el Gobierno decretó el confinamiento de las barriadas de Son Gotleu, Son Canals, Can Capes y la Soledat Nord de Palam para intentar contener la enfermedad. Por su parte, Castilla y León, donde la situación epidemiológica preocupa al Ejecutivo de la comunidad, ha vuelto a confinar este jueves dos municipios de Valladolid y baraja nuevas medidas restrictivas. Allí, las plazas hospitalarias ocupadas por enfermos de coronavirus alcanzan el 9%. Por último, Navarra ha registrado por primera vez en una semana un descenso del porcentaje de positividad de las PCR realizadas, pero aumentan las hospitalizaciones. No obstante, y pese a la enorme incidencia acumulada que tiene –es la segunda con más, con 543,4 casos por cada 100.000 habitante en dos semanas–, no está a la cabeza de ingresos y su porcentaje de ocupación está actualmente en el 7%, por debajo de la media.
La importancia de anticiparse
Las hospitalizaciones seguirán acumulándose mientras haya aumentos de contagios, y en aquellos sitios que logren estabilizarlos, el alza de ingresos todavía durará un tiempo más debido a la progresión de la enfermedad. Por eso, López-Acuña reclama un mayor esfuerzo para intentar frenar la curva y demanda más medidas, un rastreo “robusto y eficaz” y una respuesta coordinada para detener “una dinámica” que, asume, “ya no son brotes aislados y controlables, sino una clara situación de transmisión comunitaria”. En aquellos sitios “en los que se han puesto restricciones, hay descenso en la curva y es de esperar que no vaya a peor la presión hospitalaria”, pero en otros, como Madrid, señala, “los contagios se expanden y podemos estar a final de semana en una ocupación fácilmente del 30% de camas”.
La idea, prosigue el epidemiólogo, debe ser “anticiparse al virus” porque cuando llega la tensión en los centros asistenciales “ya es tarde”. El riesgo, que ya está pasando en algunos lugares, es que “en la medida en que tenemos más ocupación de pacientes de coronavirus, aumentan las listas de espera, se posponen operaciones y otro tipo de intervenciones y no se puede hacer un uso regular de las camas. Hay que tomarse con mucha seriedad lo que pasa en los hospitales”. Eso con plantillas escasamente reforzadas en algunos sitios y, sobre todo, con sanitarios en toda España “no agotados, sino exhaustos y con una impotencia tremenda porque están viendo que cada día suben los ingresos y no vemos luz al final del túnel”, ilustra Campillo.
Los centros hospitalarios contienen la tensión, que va en aumento, pendientes de lo que ocurre en Atención Primaria, la pieza del sistema más directamente afectada, pero más invisible a ojos de los datos. Los sanitarios en los centros de salud están desbordados y no dan a basto y, a pesar de que los centros de salud son la primera línea en estos momentos, especialistas, sociedades médicas y sindicatos lamentan que no haya “un plan de choque” para incrementar los recursos y la coordinación, explica López-Acuña. Porque el hecho de que colapse la Atención Primaria acaba repercutiendo también en los hospitales: “Hay que tomárselo muy en serio”, zanja el experto.
Reportaje elaborado con información de Alicia Avilés y Santiago Cabrera.