“Las imágenes golpean, tocan fibras”, dice Susanna Martín, miembro de la Asociación de Autoras de Cómic (AAC). Este grupo de ilustradoras ha creado la plataforma Wombastic para compartir carteles y otras imágenes que transmitan de un vistazo el rechazo a la reforma de la ley del aborto que pretende imponer el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón. Carteles reivindicativos para defender el derecho a decidir de las mujeres, tanto en las redes como a pie de calle.
Susanna Martín, ilustradora de cómics, quería poner su trabajo al servicio de una movilización de la que se siente partícipe. “Aunque muchas no podamos salir a la calle por nuestro trabajo, queríamos contribuir con él para frenar la reforma del aborto”, cuenta por teléfono. Tras una pequeña reunión de la asociación, sus miembros se dieron cuenta de que estas ganas de participar eran compartidas y decidieron crear un tumblr en el que poder aportar su granito de arena.
Las nuevas tecnologías son la herramienta que han elegido para llegar a la calle, el fin último de los cartelistas durante años. Aunque ahora la lucha también está en la red, apunta Martín. “Las viñetas se pueden descargar, pero no solo para imprimirlas y llevarlas a las manifestaciones, sino para usarlas como avatar en las redes sociales y compartirlas”, dice. La repercusión en Internet de los trabajos que han ido colgando en Wombastic está dando sus frutos. “Es la primera vez que comparten centenares de veces uno de mis trabajos”, dice Martín con emoción.
Los cartelistas han puesto el arte gráfico al servicio de diversas causas, no siempre compartidas por sus autores. Desde las imágenes que pretendían movilizar a la población en las guerras hasta las campañas políticas de uno u otro signo, pasando por la publicidad. “Por eso creo que no somos artistas, sino que esto es más un oficio”, dice Martín. Sin embargo, la motivación cambia cuando pueden expresar artísticamente algo que defienden. En este caso, la libertad de la mujer para decidir sobre su propio cuerpo.
La cuenta de correo de AAC recibe las aportaciones de todo aquel que desee colaborar porque, según explica Martín, no han filtrado los trabajos en función de la calidad. “El objetivo de Wombastic, aunque tenga una componente artística, es sobre todo social. Su objetivo es parar la ley de Gallardón”, afirma. De momento, la mayoría de los trabajos son del círculo del diseño y la ilustración, pero están abiertos a que la difusión del proyecto traiga también ilustraciones de amateurs.
Entre las más de 40 imágenes que recoge Wombastic -nombre que surgió a partir del término inglés womb, que significa útero- se mezclan distintos estilos. “Mi cartel de la boxeadora es más agresivo, pero por ejemplo la imagen de la pareja de Irati F.G. apela a otros sentimientos”, dice Martín.
Algunas recurren a la palabra en un formato más similar al cómic, como una escena de dos amigas que recuperan métodos del pasado para abortar (dibujada por Patricia Corrales), y hay incluso representaciones que han dado lugar a diseños para camisetas, como la “Camiseta Gallardón” diseñada por María Herreros y Frédérique Conte.
“Hay imágenes para todos los gustos y que creo que permiten identificar los distintos sentimientos que provoca esta ley”, opina Martín. La ilustradora cree que las revueltas sociales hacen saltar “una chispa” que se plasma en representaciones artísticas. En la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (Cima) también pensaron que la mejor forma de colaborar con la oposición a la ley Gallardón era a través de “lo que mejor sabemos hacer: películas”, dice su presidenta Virginia Yagüe Romo.
Las miles de personas que marcharon por Madrid el pasado 1 de febrero siguiendo el recorrido del Tren de la Libertad protagonizan el último proyecto de Cima. La iniciativa la tomaron dos miembros de la asociación, Chus Gutiérrez y Pilar Aguilar, que sintieron que la manifestación que estaban organizando desde la Tertulia Feminista les Comadres de Gijón podía dar lugar a un filme. “Fue algo totalmente espontáneo. Gutiérrez y Aguilar lo propusieron cinco días antes de la marcha y en cuestión de horas se aglutinaron muchas personas interesadas en hacer una película colectiva”, cuenta Yagüe.
CIMA se prestó para coordinar y difundir la noticia gracias a las redes de comunicación “que hemos trabajado durante años de defensa del trabajo de la mujer en el cine”, dice su presidenta. El 1 de febrero más de 60 profesionales, distribuidos en 15 equipos de grabación, se repartiron por las ciudades desde las que partía el Tren de la Libertad: Asturias, Barcelona, Valladolid, Sevilla y París, entre otras. “Icíar Bollaín grabó en Edimburgo, por ejemplo”, cuenta Yagüe.
Aunque la presidenta de CIMA deja claro que la película está ajena a personalismos. “El objetivo es visibilizar la lucha de todas esas mujeres, y también hombres, que salieron a la calle”. En este proyecto las autoras aportan su trabajo de forma altruista, como en Wombastic, y el montaje de las horas de material filmado dará lugar a una película bajo licencia Creative Commons.
Los artístas ceden en este caso derechos de autor para que su trabajo pueda ser compartido de forma libre. La intención de las creadoras de Wombastic es que el número de contribuciones aumente de cara a las manifestaciones convocadas contra la reforma, como la del 8 marzo. La presidenta de Cima también destaca su interés porque sea “una iniciativa viva”. “Vamos a ir colgando pequeñas píldoras del material que vayamos montando en vimeo”, dice.
Ante la pregunta de qué sentirá si ve uno de sus dibujos en una de las marchas moradas convocadas, Martín se ríe al otro lado del teléfono: “Personalmente, sería una gratificación enorme que mi trabajo forme parte de una marea”.