El choque de DART contra un asteroide, visto desde los telescopios Hubble y Webb

elDiario.es

Agencias —

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El primer intento de la Humanidad para aprender a desviar un asteroide con la misión DART fue seguido por dos de los telescopios espaciales más famosos, el veterano Hubble y el flamante James Webb. Una colisión de la que cada uno ha dado su propia visión.

Esta es también la primera vez que ambos telescopios observan a la vez un mismo objetivo celeste. El asteroide Dimorphos, contra el que el pasado lunes se lanzó a una velocidad de 6,6 kilómetros por segundos la sonda DART para modificar ligeramente su órbita alrededor de un asteroide mayor, Didymos.

Estas observaciones no solo son un hito operativo para cada telescopio, sino que también hay cuestiones científicas clave relacionadas con la composición y la historia de nuestro sistema solar que los investigadores pueden explorar al combinar las capacidades de los dos telescopios.

El telescopio Hubble hizo observaciones antes del impacto y quince minutos después del mismo para tomar imágenes del choque en luz visible. La eyección de material causada por DART en la superficie de Dimorphos se ve a ojos de Hubble como rayos que se extienden desde el cuerpo del asteroide.

Con las imágenes de Hubble, que lleva más de 30 años en servicio, los astrónomos estiman que el brillo de Didymos, el nombre del sistema binario de asteroides, se multiplicó por tres después del choque. Los científicos están “especialmente intrigados” en saber por qué ese brillo se mantuvo luego estable, incluso ocho horas después del impacto.

Webb observó el lugar del impacto antes y después durante cinco horas. Su cámara de infrarrojo cercano (NIRCam) muestra un núcleo compacto y apretado, con penachos de material que aparecen como volutas que se alejan del centro donde se produjo el impacto. Esta es la imagen que tomó del momento.

Los científicos tienen previsto seguir observando el asteroide en los próximos meses con los diversos instrumentos de Webb, que darán datos sobre su composición química.

Las observaciones conjuntas de ambos telescopios permitirán conocer la naturaleza de la superficie de Dimorphos, la cantidad de material expulsado por la colisión y la rapidez, según ha explicado la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) en un comunicado.

Además, la observación del impacto a través de una amplia gama de longitudes de onda entre Webb y Hubble revelará la distribución del tamaño de las partículas en la nube de polvo en expansión, ayudando a determinar si arrojó muchos trozos grandes o principalmente polvo fino.

Todo ello ayudará a comprender hasta qué punto el impacto cinético de DART puede modificar la órbita de un asteroide, en el caso de que un día sea necesario para proteger a la Tierra.

Hubble observará Dimorphos diez veces más durante las próximas tres semanas, lo que le permitirá, a medida que la nube de eyección se expanda y desvanezca, obtener una imagen más completa de la expansión de la nube desde la eyección hasta su desaparición.

Después del impacto recibido, la órbita de Dimorphos cambiará. Se espera que lo haga de manera mínima, pero esa variación será medible (creen los científicos). No obstante, será necesaria una nueva misión para conocer muchas otras consecuencias del choque. Entre ellas, estudiar cómo será el cráter y cómo se comportará el penacho de polvo que proyectará el impacto.

Por ello, la Agencia Europea Espacial está construyendo Hera, una nave ‘detective’ de 870 kilos que debe emprender su viaje a Dimorphos en octubre de 2024 y encontrarse con el asteroide en diciembre de 2026.