El incendio de Doñana ha afectado a 40 especies de plantas, 75 de aves y 38 de mamíferos
La factura ambiental, a medio plazo, del incendio de Doñana afecta a casi medio centenar de especies vegetales, 75 de aves y 38 de mamíferos, según el estudio preliminar llevado a cabo por la Sociedad Española de Ornitología.
Las llamas que avanzaron desde Moguer en dirección a las marismas y que consumieron más de 8.000 hectáreas (muchas de ellas de terreno protegido) han afectado a 16 tipos de hábitats considerados de importancia por la normativa europea. Tres de ellos tienen el rango de prioritarios: las dunas costeras, los estanques temporales y los brezales que crecen en Doñana.
El fuego ha estado presente de manera natural en el paisaje natural de Doñana lo que ha propiciado la adaptación de las especies a este fenómeno. Sin embargo “la delicada estructura del ecosistema mediterráneo se ve alterada cuando los incendios forestales de origen antropogénico multiplican su recurrencia”, concluye el documento.
El estudio de campo de SEO-Birdlife explica que 40 variedades de flora amenazada crecen en las zonas quemadas. El incendio avanzó por pinares repoblados y ha causado especial daño a especies herbáceas importantes como la Armeria velutina o la Linaria tursica. Esta última es exclusiva de la zona y se teme que “el 50% de la población mundial” estaba en el área devastada.
La SEO subraya que las aves “asociadas a los ecosistemas forestales” son las que más han padecido el paso de las llamas. Los jilgueros, verderones, verdecillos, pinzones, currucas o rabilargos han sido las principales víctimas.
También han quedado abrasadas zonas palustres, sotos y matorrales donde estaba certificada la presencia de mirlos, tarabillas, carriceros y ruiseñores.
Además, la zona está calificada como área de campeo de rapaces como el áquila imperial ibérica el milano real o las águilas calzada y culebrera.
Más allá de los linces
El daño sobre otra fauna depende mucho, explica el documento, “de las características del incendio, su velocidad de propagación, extensión y duración”. El lince ibérico es el icono y la joya de todo el entorno. El fuego quemó el territorio de una población controlada.
Pero hay que sumarle que, por ejemplo, en Peñuelas, el fuego avanzó a gran velocidad por una extensión de 6.700 hectáreas con lo que ha tenido “efectos desastrosos” en los vertebrados más lentos, como los reptiles, incapaces de ponerse a salvo y huir del humo y las llamas.
Los sectores de El Asperillo y Abalarios son especialmente ricos en estas variedades de anfibios y reptiles como el camaleón, la víbora hocicuda, la culebra bastarda, la lagartija colirroja o la culebra de escalar. Una de las riquezas del entorno de Doñana son las lagunas temporales (tienen la calificación de protección máxima en la normativa del parque natural). Algunas de ellas han visto como se quemaba el vaso lagunar, hábitat de tritones ibéricos, gallipatos, ranitas meridionales y sapos corredores.
