Esperanza Aguirre no será juzgada por una falta sino por un delito. Los magistrados de la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Madrid han calificado de delito el incidente de tráfico protagonizado el pasado 3 de abril por la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, en contra de la postura mantenida por el juez Carlos Valle, al considerar los hechos como una falta leve de desobediencia.
Así lo han plasmado en una resolución notificada este viernes en la que se estima de forma parcial el recurso presentado por la asociación Transparencia y Justicia, personada en la causa como acción popular, contra el auto en el que el juez Carlos Valle calificó los hechos de falta leve.
De este modo, la causa volverá al Juzgado para que se tramiten las diligencias. El juez tendrá previsiblemente que llamar a Aguirre a declarar, así como a los testigos del incidente, según han indicado fuentes jurídicas.
Tras conocerse la noticia, Aguirre se ha mostrado “encantada” de poder acudir a los tribunales para que “el juez escuche la verdad”.
El altercado de tráfico llegó a los tribunales madrileños después de que la Policía Municipal remitiera el atestado policial sobre lo sucedido. Ese día, la expresidenta de la Comunidad de Madrid se marchó con su coche tras supuestamente arrollar la moto de un agente que la había multado por aparcar en un carril bus de Gran Vía.
En el recurso, Transparencia y Justicia señalaba que “por los mismos hechos cualquier otro ciudadano normal hubiese acabado en el calabozo de una comisaría, con los grilletes en las muñecas, para ser inmediatamente citado de comparecencia para la celebración de juicio rápido”.
Una condena previa
La Audiencia Provincial ya condenó a una mujer a seis meses de cárcel por un incidente que parece calcado al de Aguirre. La mujer, que fue encontrada culpable de un delito de desobediencia grave, había aparcado en un sitio prohibido y se había dado a la fuga cuando quisieron multarla. Exactamente igual que la expresidenta.
En este caso, el coche estaba en la madrileña estación de Atocha, en un carril de entrada en el que está prohibido el estacionamiento. Pero cuando los agentes de movilidad le informaron que la iban a multar, arrancó el coche golpeando a uno de los efectivos que le había ordenado detenerse. Un coche patrulla y los propios funcionarios iniciaron una persecución, que acabó con la conductora interceptada en un semáforo en rojo.