El incremento de la transmisión del coronavirus asoma a España a una segunda ola de la pandemia

El coronavirus se expande de nuevo. La transmisión de la COVID-19 en julio y agosto ha hecho que España se asome a la segunda ola epidémica, al menos en algunas zonas. En 27 provincias, el número de casos positivos registrados que empezaron a tener síntomas en algún momento de los últimos 14 días, ha escalado de forma brusca, según la última revisión del Instituto de Salud Carlos III. De hecho, este jueves, Euskadi, con más de 2.000 casos activos, ha asegurado que está en esa segunda oleada. La Junta de Castilla y León ha anunciado que va a confinar la ciudad de Aranda de Duero (32.000 habitantes), tras evidenciarse que hay transmisión comunitaria: han pasado de 5 a 16 brotes en un día.

Con todo, el director del Centro de Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ha señalado tras las palabras de la consejera vasca de Salud, Nekane Murga –que reitera este viernes en una tribuna en elDiario.es que nos encontramos ante una segunda ola–, que ese concepto, el de “segunda ola”, no es algo unívoco y que, según su criterio, aplicaría el término si se constatara una “transmisión comunitaria generalizada”. Este tipo de transmisión implica que no se pueden trazar las cadenas de contagio de contacto a contacto. Pero, aparte de estas decisiones o análisis, los informes de Sanidad han revelado una tendencia preocupante sobre la que han alertado los epidemiólogos: el aumento de la positividad de las PCR, es decir, el porcentaje de pruebas realizadas que resultan positivas. Según los datos del Ministerio, esa tasa se ha ido incrementando en el último mes y ha pasado de ser el 1,7% en las pruebas realizadas en Atención Primaria y el 1,2% en hospitales en la semana 29 de junio al 5 de julio al 12,9% y 9,7% en la semana del 27 de julio al 2 de agosto.

Desde el inicio de la 'nueva normalidad', las comunidades autónomas han ido reportando cada vez más casos de COVID-19, pero la situación no es la misma que la de marzo. Ahora la capacidad de detección es mucho mayor, es decir, vemos más de la epidemia de lo que éramos capaces de identificar antes. Esto se traduce, entre otras cosas, en que en torno al 60% de los casos son asintomáticos o presintomáticos y en la bajada de la letalidad. Son indicadores resaltados esta semana por Fernando Simón, director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, que, al mismo tiempo, ha subrayado la existencia de esta tendencia negativa sobre las pruebas diagnósticas de laboratorio.

Según el epidemiólogo, el Ministerio está “seguro” de que se detecta “mucho más que hace unos meses”, pero el hecho de que la positividad haya subido pone sordina a ese optimismo: “Es un indicador que nos muestra lo contrario”, por lo que “hay que tener mucho cuidado al interpretar la situación” porque sugiere que se puede perder el control sobre la epidemia. Que aumente esta variable puede ser signo de déficits en la detección de los contagios. Es decir que, ante el aumento de casos –se han multiplicado por más de diez desde el fin del estado de alarma–, no hay un suficiente capacidad de diagnóstico o los contagios aumentan a un ritmo mayor porque hay mucha transmisión. Los especialistas consultados por elDiario.es apuntan a que es una cuestión compleja en la que pueden influir varios factores, pero en lo que sí coinciden todos es en que se trata de una tendencia negativa.

Los datos que ofrece Sanidad son solo nacionales y son exactamente el porcentaje de PCR positivas de las PCR realizadas. Para acercarnos a lo que ocurre en cada autonomía hay que cruzar los casos diagnosticados y las pruebas hechas durante una misma semana, por lo que se trata de una aproximación que sirve para ver la evolución y comparar, no de la tasa ajustada. En base a estas cifras, el porcentaje ha escalado en todas las comunidades, aunque con notables diferencias: sobre todo y muy significativamente en Aragón, donde la situación se ha descontrolado, y alcanza el 18% de positividad mientras que al entrar en la 'nueva normalidad' era de en torno al 5%.

Pero también crecen Catalunya o Madrid, que anotan alrededor del 6% de positivos, cuando en la semana del 19 al 25 de junio no llegaban al 2%. País Vasco o Navarra son las siguientes en la tabla, aunque en menor proporción, y esta última ya reduciéndose. En otras comunidades como Murcia o Andalucía también se produce un aumento, pero mucho menos acusado, y en Asturias, Canarias o Cantabria es mínimo.

Infradiagnóstico y aumento de la transmisión

La situación del coronavirus en nuestro país es inequívocamente peor ahora que una vez se inició la 'nueva normalidad', pero no es comparable con la de marzo. Entonces, solo se realizaban PCR a aquellas personas que estaban muy graves, y por lo tanto, la tasa de positividad era muy elevada. Según los datos recopilados por Our World in Data, el 20 de abril, la primera cifra que incluye desde el estallido en marzo, todavía daban positivo un 27,8% de las pruebas. El porcentaje es ahora muchísimo más bajo, pero el que esté creciendo indica que “es posible que estemos infradiagnosticando, que el sistema no esté encontrando todo y que se le estén escapando casos”, explica Elena Martínez, vicepresidenta de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), en línea con lo que deslizaba Fernando Simón.

De acuerdo con los datos de casos diagnosticados y PCR realizadas, a partir del 21 de mayo, cuando la apertura a la vida social y económica era casi total, la tasa de positividad no alcanzaba el 1%, pero esa cifra ha ido incrementándose progresivamente. También lo han ido haciendo la cantidad de pruebas: según los datos de Sanidad, en la última semana se hicieron 305.471, mientras que un mes antes fueron 174.328. Sin embargo, puede que no sean suficientes para el aumento de casos que se está produciendo: cuando hay un número de test bajo y el de positivos es alto, es posible que haya personas infectadas no detectadas por el sistema. “Sabemos que suben los casos. Si ascienden y no haces las suficientes PCR, la tasa va aumentar, pero si haces las suficientes se debería mantener más o menos”, señala la epidemióloga. “Así que el aumento de positividad es un pequeño retroceso que podría indicar que empezamos a detectar menos casos”. La experta, no obstante, apunta a que las razones son complejas y “lo importante es valorar en su conjunto” cada caso concreto.

“No hay una respuesta absoluta”, coincide Daniel López-Acuña, también epidemiólogo, exdirector de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la OMS y profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública. Puede ocurrir que en lugares en los que se están registrando muchos brotes, se concentren en ellos la mayoría de PCR, por lo que el porcentaje de positividad total subiría al estar tan dirigidas las pruebas, o también que haya un nivel de contagios “muy intensificado” que haga que la tasa crezca “a pesar de realizar un número alto de PCR”. Es lo que, en su opinión, ha pasado en Aragón, cuya situación califica de “alarmante”: en esta comunidad, se hacen más pruebas, más del doble, que hace un mes, y la curva de positividad ha escalado considerablemente hasta ser la más alta del país.

“Una mezcla de todo”

Pedro Gullón, miembro de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), apunta a que “probablemente haya una mezcla de todo”: se hacen más pruebas porque hay más contagios, a los que se asocian más contactos, pero “a lo mejor no se hacen tantas PCR por caso como antes por saturación y/o vacaciones del personal, por ejemplo, al mismo tiempo que puede que las PCR que antes se hacían en entornos en los que no era probable que saliera positivo, hayan descendido”. Lo ejemplifica con cifras hipotéticas: “Si una semana tienes diez casos sobre 100 pruebas, es un 10%. A la siguiente, hay un aumento de casos a los 30. Para que se mantenga esa tasa estable, tendrías que haber hecho 300 pruebas. Si la tasa aumenta es porque el numerador, los casos, crecen más que las PCR. Puede que hayas hecho 200 pruebas y eso incrementaría la tasa al 15% o bien porque los servicios de rastreo están saturados y no lleguen a hacer 300 o porque algunas se hacían en entornos de baja probabilidad que a lo mejor ya no se hacen”.

En el otro lado de Aragón, ejemplifica López-Acuña, está Asturias, que también hace muchas más PCR que antes y no ha registrado un incremento significativo en el porcentaje de las que confirman el contagio. De acuerdo con la evolución semanal ajustada por población, ambas comunidades realizaron en la última semana una cantidad de pruebas similar por cada 100.000 habitantes: Aragón 1.182 y Asturias 1.062. Navarra, por su parte, uno de los territorios en los que mayor ascenso de casos se ha dado en las últimas semanas también testa más; es, de hecho, la comunidad donde más pruebas se han hecho por cada 100.000 habitantes. Y su tasa de positividad experimentó un importante ascenso hasta llegar al 6%, pero una semana después ha mermado a la mitad. En Madrid, explica el especialista, el número de pruebas no es muy elevado (son 577 por cada 100.000 habitantes frente a las 976 de Catalunya), por lo que puede darse “un efecto combinado de aumento de la transmisión y de un número todavía bajo de PCR, lo que puede dar elementos de infradiagnóstico”.

Por su parte, a Fernando Rodríguez Artalejo, director del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad Autónoma, la subida de la tasa de contagios generalizada de las últimas semanas le lleva a pensar que la escalada de la tasa de positividad refleja que “se está extendiendo la infección” porque va “en paralelo” al crecimiento de la incidencia del virus, y apunta a que sí se está testando intensamente. La incidencia acumulada en los últimos 14 días está ahora en todo el país en 22,32, mientras que el 26 de junio se situaba en 1,68. Para el epidemiólogo, al ir ambas cosas en la misma dirección, el alza del porcentaje de pruebas confirmadas sobre el total de realizadas, “es más fácil interpretarlo como un indicador de que aumentan los contagios”. Y que, en definitiva, el aumento cada vez mayor de casos detectados no se debe única y exclusivamente a que cada vez se hacen más pruebas y se encuentran más.

Aún así, López-Acuña considera que aún se debe intensificar más la capacidad diagnóstica, en especial en situaciones graves en las que se ha detectado transmisión comunitaria, como es el caso catalán y aragonés, o donde escalan mucho los contagios como en Madrid, que ha doblado la incidencia en una semana. Son precisamente estas comunidades las que aglutinan a día de hoy el mayor número de casos diagnosticados, hasta el punto de que las dos últimas agrupan el 65% de los positivos detectados en las últimas 24 horas, según el último balance difundido este jueves por Sanidad.

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