La portada de mañana
Acceder
Dos correos tumban la tesis del PP: la Confederación del Júcar avisó del peligro
El cortafuegos de Mazón: dos conselleras en la puerta de salida
Opinión - Rompamos el tabú: hablemos de decrecimiento. Por Neus Tomàs

Bomberos y antidisturbios de Madrid, un duelo de uniformados

La detención de Santiago F., el bombero que se encontraba extinguiendo las llamas de un contenedor que ardió en el centro de Madrid durante la concentración de apoyo a los detenidos en las protestas de Gamonal (Burgos), ha encendido el enfrentamiento entre el Cuerpo Municipal de Bomberos y los agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP), los conocidos como antidisturbios.

El encontronazo acabó con un la rotura parcial del tabique nasal del policía, según la versión de los agentes, y ha despertado todo tipo de suspicacias en ambos grupos, que mantienen desde hace algún tiempo cierta animadversión durante las actuaciones conjuntas en las manifestaciones que se celebran en la capital.

Una de las razones es que los bomberos municipales son una presencia habitual en las concentraciones pero no solo cuando están de servicio, sino también como manifestantes. Desde hace tres años mantienen un conflicto con el Ayuntamiento de Madrid por la escasez y el deterioro de sus condiciones de trabajo.

“Los dos cuerpos colaboran estrechamente en el 99% de las ocasiones. Se trata de un hecho aislado, quizá provocado por determinadas instrucciones que se dan o por el estado de nerviosismo de un policía en concreto”, señala Pedro Delgado, representante de CCOO entre los funcionarios municipales.

El portavoz del Sindicato Independiente de la Policía Española (SIPE), Alfredo Perdiguero, señala que no existe ningún protocolo de actuación coordinada entre ambos cuerpos en el que se indique qué criterio debe prevalecer en una situación de emergencia, si el policial o el de los bomberos. “Solo prevalece en estos casos el criterio de los Tedax, pero su intervención se ciñe ya a los artefactos explosivos”, explica Perdiguero. “Lo deseable es que no se entre en una competición por ver quién manda sobre quién”, valora.

Sin embargo, no es el primer incidente entre ambos cuerpos. “En una de las últimas convocatorias de Rodea el Congreso un bombero pegó un manguerazo a varios miembros de la UIP adrede y ante la vista del mando de la unidad, que no ordenó ningún tipo de medida”, señala Perdiguero, para el que la intervención policial está justificada desde el momento de la presunta agresión.

El Sindicato Unificado de Policía (SUP) también defiende la actuación de las Unidades de Intervención Policial. “En estos casos debe imponerse el sentido común, que es de lo que menos ha habido en este caso”, señala el portavoz del SUP en Madrid, José María Benito, que subraya igualmente la ausencia de un protocolo de actuación conjunto. Benito informa que en la unidad no se ha dado ningún tipo de recomendación de cara a futuras intervenciones con los bomberos ni sobre la detención de ayer.

“¿Qué va a pasar en las próximas intervenciones? ¿Se va a poder trabajar tranquilo? ¿Tendremos que temer que nos detengan también por mantener la seguridad en nuestro trabajo?”. Son los interrogantes que plantean los compañeros de Santiago F., unos 200 funcionarios, concentrados frente a la comisaría de Moratalaz donde el bombero estuvo arrestado desde la noche del miércoles hasta su puesta en libertad con cargos este jueves. Está acusado de atentado contra la autoridad por agredir de un cabezazo a un miembro de la Unidad de Intervención Policial.

Dos versiones: antecedentes y “canalladas”

El incidente tuvo lugar en la calle Bárbara de Braganza, donde ardía un contenedor. Según el relato de los bomberos, el proceso fue el habitual en este tipo de situaciones, al establecerse un perímetro de seguridad. Cuando los agentes de la Unidad de Intervención Policial reclamaron paso, las llamas estaban sofocadas y el contenedor solo humeaba. “Nos quedan dos minutos”, contestaron los bomberos cuando la policía solicitó la retirada de la manguera para permitir el acceso del furgón policial. El vehículo, según fuentes policiales, se dirigía a dar apoyo a compañeros que “se las veían” con parte de los manifestantes.

Llegados a este punto, las versiones difieren. “Nosotros nos dirigimos a él de buenas maneras, le pedimos por favor que nos dieran un momento. Estábamos a punto de terminar. Sin embargo trataron de violar el perímetro de seguridad y lo hicieron violentamente, empujando e insultando”, señala uno de los bomberos intervinientes. Fue entonces cuando se produjo un forcejeo en el que, según la policía, uno de los agentes fue agredido. Tras el encontronazo, se procedió a la detención de Santiago, de 35 años y que presta servicio desde hace 13 en el Cuerpo Municipal de Bomberos, actualmente en el Parque I de la capital, en el barrio de Chamberí.

El bombero arrestado ya fue detenido en 2012, según fuentes policiales, por agresión a dos policías municipales. Además ha trascendido de fuentes de la investigación que el bombero también fue detenido por un episodio de violencia familiar. “La policía está investigando para sacar todo lo que se pueda de él. Que se difunda esta información para tratar de criminalizar al compañero es de una gravedad extrema y una canallada”, señalaba Pedro Delgado, de CCOO, a las puertas de la comisaría de Moratalaz.

Desde los sindicatos de bomberos municipales se ha remitido este jueves una carta a la alcaldesa de la capital, Ana Botella. En ella, además de reclamar la puesta en libertad de Santiago, piden que se aclare la situación y lo que ocurra de aquí en adelante. “No sabemos si a partir de ahora por hacer nuestro trabajo podemos acabar detenidos”, zanja Delgado.