Jordi Évole vuelve a ser noticia por uno de sus programas. El director de Salvados entrevistó este domingo a Arnaldo Otegi tras la salida de prisión del dirigente abertzale. Una conversación en la que mostró a Otegi momentos de su pasado, le preguntó por los días en los que ETA asesinaba o le puso delante testimonios de víctimas del terrorismo como Sara Buesa.
En conversación con eldiario.es, el periodista rechaza dar más importancia a las amenazas que ha recibido por esta entrevista y lamenta que muchos de los insultos que recibiesen por el programa fuesen antes de emitirlo.
¿Cómo ha vivido las reacciones a la entrevista, con amenazas incluidas contra usted?
Creo que lo que debería ser normal sería comentar el contenido. No lo que me haya pasado a mí, a lo que tampoco quiero dar más repercusión. Hoy tendríamos que estar hablando de lo que ha dicho Otegi. Que el programa fuese aceptado y se hablase de lo dicho en el mismo, no de todo lo demás.
¿Ha sido este el programa que más repercusión ha tenido para usted?
No, siempre hay uno o dos programas que tenemos este tipo de reacciones. El año pasado ya pasó con Iñaki Rekarte, el etarra arrepentido. Este año hubo bastante ruido tras el que hicimos sobre la ropa barata. Cada temporada uno o dos líos. Ya me he acostumbrado a que ocurra.
¿Qué es lo que más le ha sorprendido de todo lo dicho?
Este caso a mí me ha tocado personalmente por que se ponía en duda que apoyábamos a las víctimas. Pero esto se decía antes de que se emitiese el programa. Aun así, ha habido comentarios insinuando que las rechazábamos. Que cómo nos atrevíamos a darle voz a Otegi, no a las víctimas. Una vez que lo han visto no han podido decir eso, claro.
¿Notó diferencias entre el Otegi actual y el que entrevistó hace años?
Le vi menos cambiado de a lo que a mí me hubiese gustado. El tiempo transcurre para Otegi de una manera distinta a como lo hace para cualquiera de nosotros. Le valoro el esfuerzo que ha hecho para llevar en bloque a la izquierda abertzale hacia la apuesta por la vía pacífica y la vía democrática. Pero todavía me sorprende que cuando habla del atentado de Hipercor lo haga así. Te preguntas que por qué no es más contundente.
¿Qué le pareció la manera de expresarse que tuvo sobre el terrorismo de ETA?
Hay un momento que es clave en la entrevista. Es cuando él, tras la condena que le mostramos de la tortura que hace el concejal del PP Chema Herzog, se muestra rotundo en rechazar esos actos. Pero no hace lo mismo a la hora de hablar de ETA.
¿Cree que Otegi fue a la entrevista para lanzar un mensaje a los suyos?
Otegi es un funambulista de las palabras. Está muy acostumbrado al eufemismo, y lo sigue utilizando de forma magistral. Y es complicado deshacer ese eufemismo por parte de quien le escucha. Parece que por un lado quiere mostrar que da pasos hacia la paz y por otro no quiere que los más radicales se vean desplazados por el otro camino. Ahí se produce un equilibrio constante, por el que va siempre en la cuerda floja. Hubiese agradecido un paso más allá, que dijese claramente que todos los asesinatos no habían tenido ningún sentido, pero no lo hizo. Y tuvo la ocasión de hacerlo.
¿A Otegi le importa lo que se pueda decir de él por esta entrevista?
Creo que mucho, pero habría que preguntarle a él. La primera parte de la entrevista era mucho más incómoda para él, cuando le mostramos su pasado y le enseñamos los testimonios de las víctimas. La segunda, cuando hablamos de su apuesta por la vía pacífica, le provoca más comodidad. Pero se destapó más cuando dijo aquello de “cuidado” porque no habían demostrado que todo se podía hacer por la vía pacífica. Ahí es cuando le dije que por estas vías también se podía perder.
¿Cuál fue el momento que más le impactó?
Hay muchos que me removieron. Pero uno de los que destaco, el de no asumir que la izquierda abertzale no había sido tan contundente con la violencia como Herzog con las torturas, me pareció muy determinante. También todas las referencias personales que hizo sobre su papel. Y cuando admitió que intentaron evitar el asesinato de Miguel Ángel Blanco.
Por las reacciones a la entrevista, ¿sigue el país tan enconado como cuando ETA mataba?
Soy de los que piensa que los caminos que están poco pisados cuesta abrirlos. Nosotros vamos a poner el granito de arena para que se abran más. Sabemos de los riesgos que tienen, como recibir todos los insultos que nos han llegado antes de la entrevista. Pero vamos a seguir defendiéndolo, con la idea de que de lo que se hable tras un programa así sea solo del contenido.