El Ministerio del Interior ha detectado en los últimos cinco años “un aumento del cultivo de plantas de cannabis, tanto para consumo como para tráfico a pequeña y gran escala”. Un incremento que se ha traducido en un 60% más de intervenciones policiales en las que se ha pasado a operar sobre cuatro grupos organizados con ninguna actividad internacional a caer sobre 42 tramas de las que 30 operaban más allá de las fronteras españolas, según una respuesta parlamentaria a la diputada socialista María Aurora Flórez.
Las operaciones relacionadas con el cannabis han dado como resultado que la cantidad de plantas incautadas se haya multiplicado por más de tres: de 176.000 en 2013 a 524.000 unidades el año pasado. Interior no ha ofrecido mayores datos tras ser cuestionado por este medio.
Sin embargo, la demanda de cannabis en España apenas ha variado. A pesar de que han aumentado notablemente las incautaciones y detenciones de personas (lo cual presupone un aumento en la cantidad total de cannabis plantado), el consumo interno se ha mantenido sin grandes variaciones.
Los datos que ofrece el Ministerio de Sanidad muestran una fotografía fija y bastante estable. Entre 2001 y 2015, el porcentaje de ciudadanos de entre 15 y 64 años que declaró haber consumido cannabis en algún momento de los últimos 12 meses pasó del 9,2% al 9,5%. El que lo había hecho en los últimos 30 días subió del 6,4% al 7,3% y el que lo hacía a diario durante el último mes del 1,5% al 2,1%.
Sin embargo, en el periodo de tiempo del que Interior ofrece datos sobre intervenciones por parte de la Policía, Guardia Civil y el Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales de la Agencia Estatal de la Administración Tributaria, entre 2012 y 2016, el número de incautaciones ha pasado de 1.677 en 2012 a 2.676 en 2016 (un 64% más), el de detenciones de 1.921 a 2.670 (un 39% más) y la cantidad de cannabis incautada ha pasado de 176.175 “unidades” (plantas) en 2013 a las 524.691 en 2017 (un 197% más).
Los clubes como excusa
Sin valoraciones desde Interior, el movimiento asociativo de clubes de fumadores de cannabis tiene sus propias explicaciones sobre este aumento de las plantaciones de marihuana en España. Eric Asensio, portavoz de CatFAC (la Federación de Asociaciones de Cannabis de Catalunya), explica que en los últimos años mucha gente ha visto en el mercado del cannabis una oportunidad para ganar dinero a raíz de la proliferación de los clubes sociales de fumadores por todo el territorio (grupos de fumadores que están aprovechando un resquicio legal para asociarse y realizar compras mancomunadas de cannabis).
David Rabé, de FAC Baleares, coincide y explica que, aprovechando este resquicio legal, se han colado muchos clubes cuyo fin no es “normalizar” la situación de sus socios y juntarse para cultivar su propia marihuana bajo demanda y no tener que acudir al mercado negro a comprar cannabis, el modelo que defiende el movimiento asociativo, sino hacer negocio. Clubes sin límite de socios, sin restricciones para acceder ni para retirar cannabis, “descontrolados”, que solo buscan negocio. Y que necesitan proveedores.
Asensio destaca otra circunstancia: “En los últimos tres años, los cultivos de cannabis son más cada vez más grandes. Antes eran pequeñas plantaciones, ahora, sobre todo en Alicante, Valencia o Murcia, empezamos a hablar de cultivos de 2.000 o 3.000 plantas, incautaciones que no se habían hecho antes”. En una de las últimas operaciones policiales conocidas, la policía detuvo a cinco personas por cultivar 12.000 plantas de cannabis.
Cultivos más grandes
Fuentes policiales achacan parte de este aumento del cultivo de cannabis a grupos de ciudadanos chinos que han irrumpido en el negocio, según explicaba El País recientemente. Los detenidos de la operación de las 12.000 plantas mencionada antes son todos de este país.
Pero no son los únicos. Eric Asensio, conocedor del tema, cuenta que en el arco mediterráneo se cultiva mucho cannabis con destino final a Holanda y Bélgica. El primero tiene sus famosos coffee shop, donde se dispensa cannabis de forma legal, y necesitan proveerse. Y la planta de la marihuana, aunque fácil de cultivar, necesita de unas determinadas condiciones de sol y temperatura que España ofrece. Siempre existe la alternativa del cultivo interior, pero los costes se disparan (alquilar una nave, la electricidad) y sigue siendo exactamente igual de ilegal.