Si padecer sida hace años que dejó de significar una condena a muerte es gracias a los antirretrovirales, fármacos que consiguen mantener controlado el VIH y que han supuesto la salvación para millones de personas infectadas. Sin embargo, en algunos casos o bien no hacen efecto, o acarrean graves efectos secundarios, amén de que exigen una férrea disciplina en su administración, a menudo diaria. Ahora, un equipo estadounidense ha logrado una terapia alternativa que controla el virus en sangre mediante una combinación esporádica de anticuerpos, un tipo de proteínas usadas por el sistema inmune para identificar y neutralizar virus y bacterias, aunque en este caso han sido creados en laboratorio. El avance, que publica la revista Nature, supone liberar a los pacientes de los efectos adversos y de la esclavitud del calendario.
“Nuestros datos demuestran que la terapia combinada con anticuerpos (…) puede proporcionar una supresión virológica a largo plazo sin terapia antirretroviral en individuos con VIH, y nuestra experiencia ofrece orientación para futuros ensayos clínicos que incluyan anticuerpos de nueva generación”, señalan los autores.
Además, el artículo apunta que las dificultades para sostener la medicación de por vida, los efectos secundarios a largo plazo y la posibilidad de desarrollar virus resistentes a los fármacos antirretrovirales han impulsado una intensa investigación dirigida a desarrollar nuevas terapias para lograr “una remisión virológica sostenida” sin necesidad de la toma diaria de antirretrovirales.
La lucha contra el 'reservorio latente'
Estos fármacos, ampliamente utilizados, logran reducir la carga viral en los pacientes, pero son ineficaces contra el llamado 'reservorio latente o persistente': depósitos de virus que permanecen en individuos infectados, escondidos en células del sistema inmunitario. Estos virus durmientes no se replican en presencia de antirretrovirales. Sin embargo, si el paciente interrumpe la medicación, vuelven rápidamente a la carga.
“La erradicación completa del reservorio persistente del VIH en un individuo con infección no es factible con los enfoques y terapias disponibles actualmente”, señalan los autores. Por eso proponen una alternativa “más realista” a la curación, que puede ser mediante terapias basadas en el sistema inmunitario, destinadas a lograr la máxima supresión virológica sin necesidad de un tratamiento antirretroviral de por vida y predominantemente diario, “y sin necesidad de eliminar el reservorio persistente del VIH en los individuos infectados”.
En concreto, esa terapia consiste en la administración de dos anticuerpos monoclonales (o sea, creados en laboratorio), mediante tres inyecciones intravenosas en un periodo de seis semanas.
Sin efectos secundarios
Las pruebas sobre voluntarios se desarrollaron entre septiembre de 2018 y enero de 2021, aunque la pandemia de coronavirus forzó a abreviar ciertos procedimientos. En general, los voluntarios registraron pocos efectos secundarios (algún caso de fiebre solventado con ibuprofeno).
Siete participantes que dejaron de tomar antirretrovirales y recibieron un placebo experimentaron un rebrote viral. Cinco de los otros siete participantes que recibieron las inyecciones con anticuerpos lograron mantener el virus a raya, en algunos casos durante más de ocho meses. Los autores admiten lo limitado de la muestra y que es necesario un estudio “mucho más amplio”: “No obstante, nuestros resultados ofrecen una clara evidencia de que la terapia combinada con anticuerpos en individuos con VIH es segura y bien tolerada (…) y ofrece una marcada supresión virológica sin ninguna anomalía inmunológica y virológica significativa o imprevista”.
Y añaden que, a medida que los laboratorios produzcan la próxima generación de anticuerpos con mayor amplitud y vidas medias prolongadas (más de 60 días), “hay motivos para creer que la administración poco frecuente (es decir, dos veces al año) de dichos anticuerpos, posiblemente junto con un fármaco antirretroviral inyectable de acción prolongada podría conducir a una supresión del VIH sin antirretrovirales durante períodos prolongados (de años) en individuos con infección”.