Debido al déficit de profesorado que hay en el país, los y las docentes tienen que sobrecargarse de trabajo y superar semana tras semana su jornada laboral, de 37,5 horas, si quieren cubrir las necesidades básicas de su alumnado y dar a cada uno una mínima atención personalizada. Este es el diagnóstico que hace Comisiones Obreras en su informe sobre el inicio de curso 2024-2025, donde cataloga la situación como “alarmante” y explica que las brechas más acusadas entre las horas de jornada laboral oficial del profesorado y las que realmente serían requeridas para cumplir los mínimos (la que acaban haciendo los docentes) se dan en Madrid, Melilla, Castilla la Mancha, Cataluña y Andalucía.
“Es evidente que las 30 horas de permanencia [en el centro educativo] más las 7 horas y media de libre disposición en ningún caso son suficientes para asumir las tareas mínimas que debe desarrollar cada docente”, sentencian desde CCOO. El sindicato ha medido cuánto tiene que trabajar de más el profesorado para asumir esas tareas de dedicación individualizada y concluye que para atender este “mínimo” (10 minutos de atención por estudiante y semana) los maestros de primaria deberían destinar, de media, casi un cuarto de su jornada (8,84 horas) a este tipo de atención específica a la semana y los de secundaria más de un cuarto (14,7 horas). Pero sus horarios no contemplan esta carga, por lo que el profesorado acaba trabajando invariablemente más de las 37,5 horas oficiales de su jornada para sacar tiempo para corregir, realizar adaptaciones, etc.
Las horas regaladas a la administración se disparan si en vez de esos diez minutos los docentes aspiraran a dedicar 12 o 15 a cada alumno cada cinco días de clase. “Comprobamos que en todos los escenarios planteados el tiempo de trabajo real está muy por encima de la jornada oficial”, señalan. “Teniendo en cuenta que únicamente se ha considerado ese mínimo, los datos son muy alarmantes, pues observamos que el profesorado supera por mucho su horario oficial establecido y está claramente sobrecargado”.
Los responsables del sindicato han explicado en rueda de prensa que, debido al déficit de profesorado que hay en contraposición con el elevado número de alumnos que debe atender cada docente, las 7,5 horas complementarias que contempla su jornada no son suficientes para todas las tareas indispensables que se les exigen. Según los cálculos de CCOO, trabajan, de forma estimada y “a la baja”, casi seis horas y media de más a la semana en primaria atendiendo a la media estatal y más de ocho y media en secundaria. Eso supone alrededor de 30 horas de más a final de mes. Es el equivalente a regalar a las administraciones casi una semana de trabajo al mes.
Las soluciones, “de manera urgente e ineludible”, pasan por incrementar el profesorado y bajar las ratios de alumnado por grupo, “pero manteniendo y aumentando el número de docentes por cada grupo nuevo que surja de esa bajada de ratio”. También demandan una reducción de la carga burocrática del profesorado.
El incremento de plantilla necesario para mejorar el horario “real” del sector es ingente en todas las comunidades autónomas, especialmente en Andalucía, Madrid, Cataluña y la Comunidad Valenciana, donde, según los datos de la confederación, el rango oscila entre los 10.000 y los 37.500 profesores requeridos. También se necesitan de 4.000 a 6.900 en comunidades como Castilla y León, Murcia, Baleares, Canarias, Galicia y Castilla-La Mancha, y de 350 a 2.500 en Ceuta, Melilla, La Rioja, Cantabria, Navarra, Asturias, Aragón, Extremadura y Euskadi.
Si a mí me va a operar un médico no quiero que ese médico lleve operando 24 horas seguidas.
Las condiciones en las que el profesorado realiza su labor son fundamentales para su calidad de vida y su salud, especialmente su salud mental y para reducir sus riesgos psicosociales, pero lo son especialmente para la calidad y mejora del sistema educativo, indican desde CCOO. “En cualquier profesión el 'no llegar' influye en la calidad. Si a mí me va a operar un médico no quiero que ese médico lleve operando 24 horas seguidas. Por otro lado, la sensación de querer hacerlo todo pero no poder llegar no es fácil de gestionar. Tenemos que desarrollar resiliencia porque no nos queda otra”, ha explicado Héctor Adsuar, secretario de Enseñanza Pública no universitaria de CCOO, que ha añadido: “Además, los recursos para afrontar estas situaciones difíciles no es algo que te den, es algo que tú mismo te tienes que buscar”.
Para encontrar soluciones a la evidente sobrecarga que está sufriendo el profesorado, afirman, el primer paso es dimensionarla lo más posible y de manera objetiva para evidenciar la situación y conseguir las soluciones adecuadas. Es por ello por lo que también han querido definir y concretar a cuántos alumnos y alumnas de media atiende cada docente en las diferentes etapas educativas. “Siempre se hablaba de esto pero hablando de alumnos por aula, y nosotros hemos querido plantear: ¿a cuántos alumnos atiendo yo como docente?”, ha señalado Adsuar.
Más de 100 alumnos por docente en Madrid o Melilla
Según los datos obtenidos, cada profesor atiende a una media de 53,06 alumnos en Primaria y alrededor de 88,21 en Secundaria, teniendo Euskadi las cifras más bajas (39,19 en Primaria y 64,55 en Secundaria) y Madrid las más altas (64,08 y 112,94). Los casos más preocupantes se dan en los institutos, en los que comunidades como Madrid, Andalucía, Ceuta, Melilla, Castilla la Mancha, Cataluña o Murcia rozan o superan los 100 alumnos de media por docente.
Estos datos se han obtenido calculando el número medio de grupos a los que da clase cada docente, tanto en centros educativos de Infantil y Primaria (CEIP) como en institutos de Educación Secundaria (IES), y luego se ha multiplicado esa cifra por el número medio de alumnado por grupo. En los CEIP se ha hecho una media ponderada de las enseñanzas que se imparten en estos centros de Infantil y Primaria, y en IES una media también ponderada incluyendo todas las enseñanzas que se imparten: ESO, Bachillerato y los diferentes grados de FP.
El sindicato recuerda: son medias, que como tales sirven para dar una idea aproximada del sector, pero a la vez no son la representación fiel de la realidad de muchos docentes. Los que trabajan en urbes pequeñas o medianas y en escuelas rurales es probable que tengan menos estudiantes que atender; en las grandes ciudades, o los especialistas de materias minoritarias que imparten clase a más grupos para completar sus horarios, tienen más.
Un 18% más de temporalidad de lo requerido
En el informe también se hace un repaso a la situación de la temporalidad en el sector docente de la enseñanza pública que actualmente se sitúa en un 26%, muy lejos del objetivo (obligación que viene de Europa) del 8%. Las razones de esta situación, explican, son que no se ha ejecutado la reposición de los últimos años en la mayoría de los territorios, que las ofertas de estabilización no fueron suficientes en muchas comunidades, y que no se han ofertado plazas de nueva creación desde 2020.
Para solucionar esta situación, aseveran, es necesaria la convocatoria extraordinaria de más de 100.000 plazas. Aseguran que es posible hacer esto inmediatamente ya que “los Presupuestos Generales del Estado establecen que se puede exceder la tasa de reposición con el objetivo de no superar el 8% de interinidad”. Pero para ello, insisten, “es necesario que las administraciones reconozcan el problema, se den cuenta de cómo tienen al profesorado, y tengan voluntad de solventar sus errores. Esto no puede seguir así”.