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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Un juez quita por segunda vez a la URJC la docencia de uno de sus grados en favor del Instituto de Danza Alicia Alonso

Durante unas semanas de octubre, en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) se han estado impartiendo dos grados paralelos de Artes Visuales y Danza, destinados ambos a obtener el mismo título. Los últimos días, de dos grados se pasó a ninguno, dejando a 400 alumnos tirados. La lucha por el control de este grado entre la URJC, responsable último del título, y el Instituto Superior de Danza Alicia Alonso (ISDAA), encargado hasta el pasado año de impartirlo dentro de la URJC, provocó que las dos instituciones ofrecieran el mismo grado a la vez para confusión del alumnado matriculado, que no sabía cuál debía seguir. Se llegó al extremo de que se ofrecieran dos asignaturas el mismo día a la misma hora y en la misma clase con distinto profesor, uno de la universidad y otro del instituto, según denuncian los alumnos.

Finalmente, un juez le ha quitado la docencia a la Universidad y se la devuelve al IISDAA. La intervención del juzgado provocó la semana pasada el cierre de la versión del grado que ofrecía la Universidad, dejando a los estudiantes al menos con la certeza de que deben seguir la vía que ofrece el ISDAA. El problema es que el instituto no tenía docentes suficientes, explican los estudiantes: cuando la URJC decidió en verano que asumía el grado con sus propios medios contrató a muchos de los profesores del Instituto que venían impartiendo la docencia cursos pasados, por lo que no tenía la capacidad de impartir todas las clases. Entre unos y otros, cerca de 400 alumnos se quedaron toda una semana en un “limbo”, según explica Lucía Feijóo, una de las afectadas. Nadie daba clases. Los estudiantes se manifestaron la semana pasada en el campus de Fuenlabrada, donde se imparte (impartía) el grado.

Desde la URJC explican que grado solo hay uno, que es un título oficial y como tal “solo lo puede impartir la universidad”. Hasta ahora venía encargándose el instituto de danza en virtud de un convenio, cuenta un portavoz, pero una vez roto este convenio por parte del rector mediante una resolución, la gestión debía volver a la Universidad. Pero el instituto recurrió y el juez le ha dado la razón. El ISDAA emitió un comunicado en el afirma que “intentará asumir el mandato del Juzgado, si los Servicios de Seguridad del Campus nos lo permite y no recibe órdenes de la Gerencia, como el pasado día 19 de octubre, de entorpecer el cumplimiento del auto” y emplazaba a los estudiantes a regresar a las aulas el lunes 26. Eso hicieron. No hubo clase propiamente dicha, pero los nuevos profesores se presentaron a los estudiantes y les comunicaron que este martes empezaban. Este diario ha contactado con el ISDAA para recabar su versión, pero no ha obtenido respuesta.

Dos cursos de disputa

La historia viene en origen de años atrás, de principios de los 90, cuando el empeño de un consejero del PP (Gustavo Villapalos) por impulsar con dinero público el centro privado de danza Alicia Alonso se materializó al otorgarle, tras otros pasos intermedios, la gestión en la URJC del grado de Artes Visuales y Danza a cambio de un pago anual, que rozaba el millón de euros los últimos cursos. El convenio consistía (¿consiste?) en que el ISDAA ponía los profesores para el grado y la universidad el espacio físico (el aulario IV del campus de Fuenlabrada) y su capacidad de expedir títulos, dando oficialidad al grado, que se emite a nombre de la URJC.

Pero en octubre del pasado curso el rector de la Rey Juan Carlos, Javier Ramos, decidió que se acababa la colaboración. Adujo entonces el mandatario que “la Universidad no quiere seguir poniendo el dinero, sin controlarlo, en un instituto que es el único que opera dentro de sus instalaciones, con un título que es de la propia Universidad”. Y retomó el control del grado, rescindiendo el convenio. Pero el ISDAA no estaba muy conforme y denunció la rescisión unilateral.

Un juez le dio la razón al ISDAA en el corto plazo. No se podía andar tocando el grado (y dos másteres que también imparte el instituto, aparte de algunos títulos propios) con el curso ya empezado porque los afectados serían los estudiantes, vino a decir. La URJC acató y esperó.

Una vez concluido el año, la universidad volvió a la carga, explica un portavoz del centro. Comunicó al ISDAA que retomaba el control de su grado, y como tal empezó a actuar. Aquí es donde empiezan a separarse las versiones de unos y otros. La universidad sostiene que realizó la gestión en julio, cuando el juez que no le dejó hacerlo en julio levantó esta medida. El instituto dice que fue el 25 de septiembre. En cualquier caso, la URJC empezó a contratar profesores para impartir la docencia, muchos de ellos del propio instituto, y prepararon el año académico. Pero el ISDAA seguía sin estar conforme y volvió a denunciar. Aquí, de nuevo divergencia: la URJC protesta porque eligiera un juzgado diferente al del pasado año, que dio la razón al ISDAA. El instituto explica en su comunicado que cayó en otro “adjudicado por sorteo, no por decisión del instituto”.

Siguió por tanto el ISDAA preparando las clases del grado para este año, partiendo de que les correspondía hacerlo. Y en esas empezó el curso, con la universidad y el instituto convencidos los dos de que el grado era suyo. El ISDAA empezó con sus clases el día 28 de septiembre. La URJC, hace una semana. Los estudiantes, a verlas venir, estaban yendo a unas u otras según les parecía o les cuadraba. Hasta esta semana.

El pasado día 15 llegó la notificación del juez tras la denuncia del ISDAA: la URJC debía dejar de dar clases, que corresponden al instituto. La Universidad, explica un portavoz, acató el auto, aunque “es bastante confuso”. Han pedido al juez que lo aclare, pero mientras tanto han suspendido las clases. Ese mismo día le envió un email a los estudiantes explicándoles la situación y que “la Universidad se ve obligada temporalmente a suspender su docencia”. El ISDAA lo ve distinto, y acusa a la Universidad de ignorar el auto del juez: “Desobedeció conscientemente el mandato del Juzgado Contencioso Administrativo no.32 al iniciar las actividades el pasado lunes 19 de octubre a pesar de tener pleno conocimiento del mismo” desde el 15 de octubre, sostiene, y acusa al centro de impedir a sus profesores acceder a las aulas.

Este martes se retoma la actividad en el grado, gestionado por el ISDAA en el espacio físico de la URJC. Hasta nueva orden, al menos.