Satisfyer, el juguete sexual que ha roto el tabú de la masturbación para una generación de mujeres que quiere más orgasmos
“Es una maravilla”. “Me encanta que no tenga forma de pene”. “Te asegura el orgasmo, y de calidad”. “A mí me recuerda al sexo oral”. “Eso sí, como te acostumbres, si luego tú te tocas con la mano o estás con tu pareja sexual, creo que te costará más correrte”. Elena comparte grupo de Whatsapp con varias amigas: “Satisfyer”, un nombre que hace alusión al juguete sexual femenino que ha hecho furor en España en los últimos meses y en el que comparten sus experiencias, sus dudas, sus bromas. De tamaño práctico, fácil de usar –un mango con un cabezal y varias velocidades posibles– sin función alguna que tenga que ver con la penetración y centrado en el clítoris, el Satisfyer ha puesto sobre la mesa algo sencillo y complejo a la vez: el tabú sobre la masturbación y el placer femenino, y las ganas -casi la reivindicación- de varias generaciones de mujeres de tener más orgasmos y de más calidad.
La sexóloga feminista Mónica Quesada se enteró de su existencia en la fiesta de cumpleaños de una amiga. “Pensé que me había quedado obsoleta”, recuerda irónica, “pero lo que más me llamó la atención fue la naturalidad con la que se estaba regalando un juguete sexual”. “Eso y que de repente se creó un espacio en el que las mujeres que había allí empezaron a hablar de su masturbación como algo totalmente normal”. Quesada ve en el Satisfyer un paso adelante: porque está rompiendo el silencio sobre la masturbación femenina y poniendo el foco en el placer de las mujeres, pero también porque es un juguete “muy enfocado al disfrute” que busca ofrecer sensaciones diferentes más allá del coito.
Otra sexóloga, María Torres, de Ars Eróticas, cree que el Satisfyer se sale de la imagen habitual de los juguetes sexuales y muestra que hay otra forma de estimular. “Escapa del diseño fálico y centrarse en el autoplacer saliéndose de eso es casi revolucionario. Parece que si no hay un pene o algo que se le parezca en la cama no hay placer y romper con eso me parece muy positivo”. El producto se engloba dentro de los llamados “succionadores de clítoris”, si bien las sensaciones tienen poco que ver con una succión y más con una forma de masturbarse distinta.
No es la primera vez que la industria diseña un aparato centrado en el clítoris, pero sí la primera que irrumpe con esta fuerza. Las amigas lo regalan unas a otras, las redes sociales están llenas de opiniones, las ofertas inundan las páginas webs. El momento no parece casual: el feminismo está en las calles y, entre otros asuntos, también está hablando del cuerpo y del placer de las mujeres.
En la empresa Platanomelón, una de las que comercializa el producto en España, tienen clara la relación entre la explosión del Satisfyer y el movimiento. “Ha habido un cambio social muy importante en los últimos cinco años. Creo sin duda que esto ha influido en las ventas. Las mujeres están más abiertas a hablar del tema y hay más ganas de probar, aunque aún quedan tabúes”, explica su directora de marketing, Kimi Yamada. Aunque el juguete lleva en venta varios años, fue a partir de 2018 cuando notaron que sus ventas crecían, hasta el punto de haber tenido que hacer “esfuerzos” para no quedarse sin stock. La marca de juguetes eróticos comercializa muchos otros productos y varios de ellos venden mucho –dos de sus 'estrellas' son una 'bala' vibradora para zonas erógenas y el 'Lucas', un vibrador con efecto calor–, pero el Satisfyer, es el que, con diferencia, más repercusión social está teniendo.
“El clítoris ha sido muy desconocido e invisibilizado. Siempre han existido juguetes dedicados solo al clítoris pero el contexto social que vivimos tiene mucha relevancia en lo que está pasando. Ahora está siendo más visible y estamos hablando del placer clitoriano. Está pasando algo que era raro antes y es que las mujeres compartan con naturalidad una foto de su vibrador”, explica Mónica Branni, sexóloga que trabaja para Platanomelón.
Si ya había juguetes enfocados al clítoris, ¿hay entonces alguna novedad en el producto? La respuesta está en la tecnología, nueva, que estimula a través de ondas y no por contacto directo. “Las sensaciones son diferentes, generan esas ondas alrededor del clítoris y por tanto las sensaciones son más envolventes y completas. Son pulsaciones y eso hace que el placer sea más integral y no tan localizado”, dice Branni. La empresa maneja, incluso, datos. Por ejemplo, que el 83% de las mujeres que lo usan llegan al orgasmo en menos de dos minutos. Y ahí es justo donde empieza una de las controversias del Satisfyer. ¿Estamos primando el placer rápido?¿Presionando a las mujeres para que tengan orgasmos en tiempo récord?, ¿Generando frustraciones cuando el placer y el orgasmo llegan de otra manera y a otro ritmo?
La sexóloga Mónica Quesada cita a otra, Tina Sanz, para hablar de dos modelos de sexualidad: el placer globalizado “en el que todo lleva su tiempo” y el placer genitalizado “más rápido”. “Habitualmente se ha asociado el primero a las mujeres y el segundo a los hombres. La idea es que podamos explorar ambos. El problema es cuando uno se convierte en regla”. María Torres aporta algo similar: “Acostumbramos al cuerpo a un orgasmo fuerte en dos minutos y quizá luego en un encuentro todo lleva más tiempo. Nos llegan muchas preguntas sobre esto, hay mujeres que si no llegan tan rápido piensan que tienen un problema. Tenemos que tener claro que el objetivo es siempre el disfrute, el placer, el autoconocimiento. Eso no tiene que sustituir al tiempo que dedicamos a descubrir otras zonas u otras maneras de tener placer”.
La propia marca de juguetes eróticos Platanomelón desaconseja el Satisfyer para mujeres que no estén familiarizadas con la masturbación y con su propio cuerpo. “Lo pones ahí y funciona solo, da poco juego a la autoexploración y a descubrir que hay otras formas de generar placer. Una persona con más bagaje lo puede aprovechar más, pero el juguete sexual no está pensado para sustituir el placer que puedes obtener sola o con otra gente”, señala la sexóloga de la tienda, Mónica Branni.
Orgasmos asegurados
Las opiniones de mujeres que lo utilizan coinciden en varios puntos: la rapidez no es lo importante, más bien la calidad de la sensación. Y que el orgasmo está asegurado. “Si estás medio muerta, te lo pones encima y hace su efecto, no necesitas más si no te apetece, no tienes que hacer ningún esfuerzo”, dice Sara, a la que es la rapidez lo que precisamente no le gusta y que ha descubierto que el aparato puede dar placer en los pezones o en el glande. “Dicen que es un juguete femenino pero yo creo que los hombres también lo pueden disfrutar. Eso sí, como te líes todos los días, cuando te toques tú con la mano o estés con una pareja sexual te va a costar mucho más llegar al orgasmo”.
Para Inma, la clave tampoco está en la rapidez: “Lo que queremos son orgasmos asegurados y de calidad y comparados con otros vibradores, este no me ha fallado nunca”. La diferencia con otros juguetes que ha usado está también, subraya, “en el movimiento percutor”. “Me encanta no por la rapidez, sino por lo placentero, porque es clitoriano”.
El Satisfyer u otros juguetes sexuales también rompen esquemas en las parejas. “Introducirlos en parejas no siempre es fácil, hay como una especie de amenaza para algunos hombres porque aprendemos que el pene es el que da el placer y si no lo da el pene, entonces ¿dónde queda la masculinidad?”, reflexiona la sexóloga Mónica Quesada. Torre también menciona esa “amenaza” que sienten algunos hombres, que ven al aparato como una especie de “competencia sexual”. “Ellos tienen el placer prácticamente asegurado, nosotras tenemos que buscarlo más o estar dando más explicaciones. Pero esto no va de cantidad de orgasmos y en cuánto tiempo, sino de placer y de que no olvidemos que el erotismo va más allá de lo genital, del orgasmo y, en las relaciones, de reciprocidad”.
Quesada concluye que todo lo que sea hablar y romper tabúes, ayuda.“Pero tengo miedo de que nos quedemos en el marketing y nos olvidemos de que con lo que tenemos, con nuestro propio cuerpo, ya podemos disfrutar”. Torre destaca que esta 'explosión' comercial está ayudando a las mujeres a saber mejor lo que quieren y lo que son capaces de sentir. “Las mujeres sienten que ya es hora de que a ellas les toque disfrutar”.