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Dos laboratorios norteamericanos aprovechan el brote de zika para impulsar su negocio

EEUU incluye a Bolivia y Ecuador en su alerta de viajes por el virus zika

Raúl Rejón

Más de 23 países y miles de infectados en Sudamérica. Una alerta internacional lanzada por la Organización Mundial de la Salud. La sospecha muy fundada de que el virus zika está relacionado con el nacimiento de niños microcefálicos. Un caldo de cultivo perfecto en el que dos laboratorios norteamericanos han aprovechado para impulsar comercialmente sus productos: un test, en teoría específico, para detectar la enfermedad. Según admite una de ellas, intentan que Brasil les homologue el producto, ya que no tienen autorización para venderlo en EEUU o Canadá.

Tanto la estadounidense Mybiosource como la canadiense Biocan Diagnostics han lanzado una prueba que califican como fiable. ¿Hay nicho de mercado? Inciden en una de las mayores dificultades que se encuentran los científicos con la enfermedad del virus del zika: determinar quién está realmente infectado. Las pruebas tienen sus limitaciones. El test más fiable funciona en la semana siguiente a los primeros síntomas. Después, los análisis pueden cruzarse con los anticuerpos del dengue.

Biocan lanzó al mercado su prueba “en diez minutos”, el 25 de diciembre de 2015 con el brote en Sudamérica en plena expansión. Asegura que su fiablidad es del 99%, aunque no ha publicado los datos de sus pruebas. Hace unos días, su vicepresidente de ventas, Bhavjit Jauhar, declaraba sobre la oportunidad de disponer de un producto justo en este momento que “hemos estado trabajando en el virus del zika varios años porque preveíamos que ocurriría un brote”.

Se da la circunstancia de que estas compañías no pueden vender sus productos en EEUU o Canadá para diagnosticar la enfermedad. De hecho, el Centro de Control de Enfermedades de EEUU (CDC) informa de que “no hay ningún test diagnóstico comercial disponible para el virus del zika. Las pruebas se realizan en el Laboratorio de Diagnóstico de Arbovirus del centro y en unos pocos departamentos estatales de Salud”. En este sentido, el directivo admite que lo que han hecho es “enviar el producto para su registro a las autoridades brasileñas”.

Mybiosource, que aunque radica en San Diego fue fundada en la canadiense Vancouver, también avisa de que su test no es válido para el “diagnóstico, el tratamiento o la prevención” sino para su determinar en laboratorio si hay o no virus. Su pack de 96 test cuesta 600 dólares.

La vacuna: un nuevo mercado multitudinario

La enfermedad del virus del zika no tiene ni tratamiento ni vacuna. Una medicina que la combata no parece especialmente atractiva ya que la preocupación por este infección se ha disparado por su asociación (hasta ahora estadística y geográfica a la espera de confirmación causa-efecto) con la microcefalia en recién nacidos. Una vez que las embarazadas muestran síntomas, el contagio del feto ya estaría consumado.

Sin embargo, una vacuna que evite la infección es aplicable a la numerosa población de América latina ahora susceptible de adquirir la enfermedad. La OMS ha calculado que, con la situación actual, la epidemia podría alcanzar a cuatro millones de habitantes. En la búsqueda de un suero preventivo están implicados organismos públicos y farmacéuticas. Solo el hecho de anunciar una línea de investigación ha impulsado la cotización en bolsa de los laboratorios privados.

La primera en disparar ha sido una empresa mediana llamada Invio Pharmaceuticals. El 28 de enero declaró que entraba “en fase de ensayos clínicos” una vacuna contra el coronavirus –que provoca el síndrome respiratorio conocido como MERS– que valdría como base para un producto contra el zika. Las acciones crecieron un 15%.

Pero gigantes de los medicamentos como Glaxosmithkline o Sanofi-Pasteur no han aflojado el paso. La primera ha dicho que está realizando “estudios de viabilidad” para ver si puede aplicarse su tecnología de vacunas a este patógeno. La empresa francesa ha anunciado este martes que ha lanzado un proyecto para hallar un suero para el zika y la movilización de “nuestros mejores expertos para acelerar la búsqueda y desarrollo de una vacuna para esta enfermedad”, según ha dicho John Shiver, director de Investigación y Desarrollo. Sanofi ha lanzado recientemente una vacuna contra el dengue en México.

Sin embargo, el Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas (NIJAID) del Gobierno de EEUU ha rebajado la euforia. Este instituto se está encargando de buscar un suero al que ha calificado como “de alta prioridad”. Su director, Anthony Fauci, ha subrayado al mismo tiempo que “es importante comprender que no tendremos una vacuna segura, efectiva y generalizada este año y, probablemente, no incluso en los próximos años”.

En Brasil, el Gobierno ha encargado al Insituto Butantan el desarrollo de una vacuna en “tiempo récord”. Una vez más, el director de la institución científica, Jorge Kalil, explicó que tal hallazgo llevaría un periodo de “tres a cinco años”. La OMS pronostica un volumen de futuros infectados de 1,5 millones de personas en este país. Las autoridades brasileñas fueron las que dieron la voz de alarma al detectar una multiplicación grande de casos de daño cerebral en bebés nacidos en zonas afectadas por el brote de zika.

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