Manuel Lamela (Burgos, 1962) ha sido un político que parece haber aprovechado bien su tiempo de servicio público para tejer una buena red de relaciones con el mundo empresarial. De hecho, su carrera profesional tras la política se ha centrado en los sectores que dirigió desde su puesto público y con los que no tuvo relación previamente: la sanidad y las infraestructuras.
Lamela es abogado del Estado y en 1997 entró en el Gobierno de José María Aznar en el Ministerio de Agricultura. Pero fue en 2003 cuando fue reclamado por Esperanza Aguirre para dirigir la Sanidad Madrileña. Los primeros pasos para crear modelos más privatizados en este servicio público arrancaron entonces (cualquier área no médica pasaría a manos de empresas).
Sin embargo, Lamela pasó a los anales sanitarios por su gestión del caso del hospital Severo Ochoa de Leganés. Allí, una denuncia anónima aseguró que 400 personas habían muerto por sedaciones incorrectas por parte del equipo de urgencias dirigido por el doctor Luis Montes. Lamela pasó el caso a la fiscalía, destituyó a Montes y a los jefes de servicio que le apoyaron sin aguardar resolución judicial y aseguró que “25 enfermos recibieron sedación irregular, no indicada o excesiva”. La causa fue sobreseída pero los doctores no recuperaron sus puestos. En su afán por justificar su acción punitiva, la Consejería de Sanidad hizo públicos para los medios de comunicación datos sobre las sedaciones, estrategia que la Agencia de Protección de Datos consideró una vulneración de la ley “muy grave” por parte de la administración. Ese dictamen llegó cuando Lamela ya no estaba en el área sanitaria.
Para entonces, Manuel Lamela ya había pasado a otra parcela, como consejero de Transportes: las infraestructuras. En ese tiempo llevó adelante el proyecto final de una autovía por suelo protegido que el Tribunal Superior de Justicia declaró “ilegal” en febrero de 2008. La Comisión Europea abrió un expediente contra el proyecto por vulnerar la ley medioambiental. Los carriles ya estaban construidos y los coches circulando.
Pero en junio de ese año, Esperanza Aguirre se desprendió de Lamela. No fue su final, sino el inicio para poner en funcionamiento la llamada puerta giratoria en sentido público-privado. Por la parte sanitaria, el exconsejero presentó un proyecto en 2011 para captar turismo médico y traerlo a España mediante Madrid Medical Destination y para cuyo idea la sociedad obtuvo un préstamo de la Comunidad de Madrid de 1,5 millones. Por la parte del sector de la obra civil le ha llegado ahora la gestión de la parte no sanitaria del Hospital del Tajo que adjudicó él mismo en 2005 a Hispánica y que los vaivenes de la crisis y las quiebras le han devuelto en forma de consejo de administración.