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Cinco meses de espera para radioterapias en Grecia por falta de personal y aparatos
La falta de aparatos para radioterapias, combinado con la escasez de personal especializado por los recortes aplicados durante los sucesivos rescates de Grecia, está provocando que los pacientes enfermos de cáncer tengan que esperar hasta cinco meses para iniciar sus terapias en hospitales públicos.
La odisea de Dimitris empezó en agosto de 2015, cuando fue diagnosticado y supo que no podía ser operado debido a su insuficiencia cardíaca crónica. Los médicos entonces le propusieron una radioterapia como única solución posible. “Tuvimos que esperar hasta finales de diciembre para que por fin ingresara en el hospital oncológico”, declara a Efe Irene, su compañera.
Irene explica que en los meses de espera, cada dos o tres días tenía que llamar al hospital para preguntar cuándo ingresaría Dimitris y la respuesta era siempre la misma: “Llame de nuevo en los próximos días”.
Finalmente Dimitris ingresó en el hospital unos días antes de Navidad. Sin embargo, le explicaron que debía esperar hasta el 10 de enero, porque “el único radioterapeuta había tomado unos días de vacaciones”. Cuando por fin comenzaron las sesiones de radioterapia “su estado se había agravado sensiblemente”, cuenta Irene.
“Hace dos años y medio que empezaron los retrasos. Al inicio los periodos de espera eran de dos meses, ahora son de cuatro, incluso de cinco meses”, relata a Efe Zoé Gramatoglu, presidenta de la asociación de asistencia a pacientes de cáncer KEFI. Gramatoglu recalca que conoce “más de 40 casos de pacientes que tuvieron que esperar meses para hacer sus radioterapias” y añade que “la mayoría debieron hacerlas en clínicas privadas”.
Según la presidenta de KEFI, la causa del problema es que en los hospitales públicos hay pocos aparatos de radioterapia, muchos de ellos muy antiguos, y una enorme falta de personal especializado. “Grecia necesita 65 aparatos de radioterapia y en los hospitales públicos hay solo 27, de los cuales funcionan 23”, reconoce Yeoryios Pisakas, radioterapeuta y director del departamento oncológico en el hospital ginecológico público Alexandra de Atenas.
“El caso que no era urgente acaba siéndolo”
Pisakas precisa que “no todos los pacientes de cáncer necesitan radioterapias urgentes”, pero subraya que “tras cuatro meses de espera el caso que antes no era urgente acaba siéndolo”. “¿Con qué criterios puede un médico decidir a quién aplica una terapia y quién puede esperar más?”, se pregunta Pisakas y destaca que tales dilemas “son inhumanos”.
La Fundación Stavros Niarchos ha ofrecido al Estado griego siete aceleradores, pero para su puesta en marcha es necesario contratar a una treintena de especialistas y el proceso de contratación tarda. “El Estado se muestra indiferente”, se exaspera Gramatoglu por la lentitud del proceso de la contratación de especialistas.
Según Pisakas, más que la escasez de aparatos es importante solucionar el problema de la falta de especialistas. “Si tuviésemos el personal necesario podríamos trabajar en dos turnos, como hacen las clínicas privadas, e incluso con los aparatos existentes, no habría problema”, recalca.
Pisakas propone como solución provisional que EOPYY (el sistema griego de sanidad pública) “pague a los pacientes que hacen sus radioterapias en clínicas privadas no solo el coste de la terapia sino también los honorarios médicos, que no todos pueden pagar”.
Ya antes de la crisis había en la sanidad pública 5.000 vacantes para médicos y 25.000 para personal sanitario, según los sindicatos del sector que critican la falta de eficiencia crónica. La situación ha ido empeorando en los seis años de crisis con el desmantelamiento de miles de empleos.
El año pasado el Gobierno de Alexis Tsipras, en plena negociación con los acreedores del país, prometió la creación inmediata de 4.500 puestos de trabajo para médicos y personal sanitario, con el objetivo de mejorar la calidad de los servicios de la sanidad pública, cuyo presupuesto sufrió recortes drásticos en los seis años de la crisis.
Ante el drástico ahorro previsto en el tercer plan de rescate, habrá que esperar para ver en qué acaban estas promesas.