La portada de mañana
Acceder
Sánchez rearma la mayoría de Gobierno el día que Feijóo pide una moción de censura
Miguel esprinta para reabrir su inmobiliaria en Catarroja, Nacho cierra su panadería
Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Noticia servida automáticamente por la Agencia Europa Press

El discurso machista del obispo de Córdoba: “La mujer tiene una aportación específica, dar calor al hogar”

EUROPA PRESS

CÓRDOBA —

En su carta semanal, el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández ha tratado el tema del matrimonio y la reproducción, señalado que “todo hijo tiene derecho a nacer de ese abrazo amoroso, que no puede sustituirse nunca por la pipeta de laboratorio -refiriéndose a la fecundación in vitro-. Precisamente porque la persona se constituye por la relación -así nos lo muestran las personas divinas-, el hijo tiene derecho a proceder de una relación de amor entre sus padres, y nunca como fruto de un aquelarre químico de laboratorio”.

El obispo ha añadido que “hay muchos que piensan en el derecho a tener un hijo, como si el hijo fuera un objeto, mientras que el hijo es siempre un don, un don de Dios, fruto de la relación amorosa de los esposos, que se abren generosamente a la vida”.

En consecuencia, “todo tipo de fecundación artificial (inseminación artificial y anónima, fecundación in vitro homóloga o heteróloga) rompe esa armonía de la creación por la que los hijos vienen al mundo como personas, fruto de una relación personal de amor entre los esposos”.

Roles de género

En su carta, Demetrio Fernández ha recalcado que la familia se constituye “por la unión de los esposos, que normalmente se convierten en padres. Varón y mujer, creados en igualdad de dignidad fundamental, son distintos para ser complementarios”, de forma que, “cuanto más varón sea el varón, mejor para todos en la casa”.

En concreto y según la visión del obispo, el hombre “aporta particularmente la cobertura, la protección y la seguridad”, es decir, “el varón es signo de fortaleza y representa la autoridad que ayuda a crecer”.

En el caso de la mujer, Demetrio Fernández ha opinado que “tiene una aportación específica, da calor al hogar, acogida, ternura. El genio femenino enriquece grandemente la familia”, de modo que, “cuanto más mujer y más femenina sea la mujer, mejor para todos en la casa. Esa complementariedad puede verse truncada por la falta de uno de ellos, y la familia más amplia -abuelos, tíos- puede suplirla”.

El obispo concluye su carta subrayando que “los esposos y padres se prolongan en los hijos y, a su vez, son fruto de los abuelos, que tienen hoy una importancia enorme en el equilibrio de la sociedad contemporánea. Los niños y jóvenes son el futuro, los abuelos son la memoria del pasado. Todos juntos forman la riqueza de la familia”.