Los ultracatólicos despliegan calaveras contra el Gobierno por la “pena de muerte encubierta” de la ley de eutanasia
500 metros cuadrados de lona, con una inmensa calavera y el lema '¿Eutanasia? #Debate secuestrado' bajo un fondo negro. Así se despertaron hace unos días los vecinos del Paseo de La Habana en Madrid. “Menudo portal de Belén nos han montado”, asumía un vecino mientras paseaba al perro en un parque cercano.
La campaña masiva en internet continuó con el empapelado del centro de la ciudad madrileña con carteles similares, supuso la puesta de largo de 'Vividores', una iniciativa surgida hace unas semanas del congreso Católicos y Vida Pública, organizado todos los años por la Asociación Católica de Propagandistas en el CEU y que congrega a lo más granado de la ultraderecha católica española, con Vox y HazteOír como sus principales impulsores, amén de la organización Acción Católica de Propagandistas (ACdP). Calentaban el ambiente ante las fases finales del trámite parlamentario para que España tenga una ley de eutanasia y se convierta en el sexto estado que la regulariza.
El objetivo es intentar frenar o, al menos, embarrar la nueva norma cuyo proyecto de ley ha sido aprobado este jueves por la Comisión de Justicia del Congreso. Previsiblemente la próxima semana, será aprobado por la Cámara Baja ya que las sesiones plenarias suelen reproducir el resultado de la comisión donde se dirimen las negociaciones y enmiendas entre grupos políticos. Estará casi completo el camino para regular la muerte digna. Una norma que los grupos ultracatólicos han calificado como “una pena de muerte encubierta” en plena crisis del coronavirus, pese a que la normativa prevé un consentimiento por cuadruplicado antes de proceder a la eutanasia.
De Manolo Escobar a la oposición política
“En plena pandemia, cuando las prioridades deberían ser otras, el Gobierno acelera los trámites para sacar adelante una ley en la que no han comparecido expertos. El debate ha sido secuestrado y creemos que hay que colarlo en medio del océano de información al que estamos sometidos”, señala uno de sus responsables, Jaume Vives, conocido por colocar, a todo volumen, desde su balcón en Barcelona, el 'Que viva España' de Manolo Escobar durante las protestas que siguieron a la fallida declaración de independencia en Catalunya. Lo cierto es que la iniciativa parlamentaria propiamente dicha surgió del Grupo Parlamentario Socialista, no del Ejecutivo. De la mano, eso sí, de la exministra de Sanidad socialista y ahora diputada María Luisa Carcedo.
'Es un combate a Vida o muerte', señalan desde la plataforma, que cuenta con el apoyo mediático y personal de rostros conocidos de la política española como la activista provida y diputada de Vox en la Asamblea de Madrid, Gádor Joya, o la diputada nacional del grupo de ultraderecha Rocío de Meer.
De hecho, el grupo ultracatólico y conservador HazteOír y Vox han logrado monopolizar la campaña, en un nuevo intento de capitalizar al votante católico justo cuando la ley de eutanasia toma la directa. Curiosamente, a la vez que el presidente del PP, Pablo Casado, se ha reunido este mismo jueves con el presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, en la sede de los obispos españoles. Allí se ha comprometido a “defender” la asignatura de religión y la educación concertada tras la aprobación de la ley Celaá. Aunque los obispos han dicho que se trataba de una cita prevista hace tiempo, la disputa por el voto católico más conservador está planteada.
HazteOír, infiltrados de lujo
En la batalla contra la eutanasia, los agitadores ultracatólicos han conseguido lo que no lograron en las marchas de protesta contra la Lomloe impulsada por la ministra de Educación, Isabel Celaá, en las que trataron de infiltrarse siendo frenados por sus organizadores. Según ha podido confirmar elDiario.es, desde Más Plurales –plataforma que aglutina la oposición a la reforma educativa– tuvieron que indicar a la organización presidida por Ignacio Arsuaga que se apartaran de la misma, después de que HazteOír hubiera enviado mails masivos atribuyéndose la convocatoria de la concentración de coches en el centro de Madrid.
“El 50% de enfermos que necesitan cuidados paliativos no los reciben.El Gobierno les ofrece la muerte. ¿Les cuidamos primero?” se puede leer en la web Vividores.org, que ha conseguido notables apoyos en el interior de la Iglesia católica, especialmente a través de algunos curas influencias, como los ultraconservadores Jesús Silva, Patxi Bronchalo o la diócesis de Getafe. También, el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, quien sostuvo que “una ley de eutanasia se traduce en una sutil y tenaz presión sobre los más dependientes para que ”decidan“ quitarse de en medio.
“Frente a la cultura de la muerte y superándola, nos declaramos Vividores, con mayúscula: apasionados descubridores y defensores de la belleza, del misterio, del significado y del milagro presentes en cada vida humana”, defendía, en su comunicado final, el congreso de católicos y vida pública, en el que insistían en que “la liberalización legal de la eutanasia conlleva importantes riesgos ya apreciados en países de nuestro entorno, y contribuye a la cultura del descarte especialmente para grupos de personas vulnerables, como las personas mayores, los enfermos crónicos y los discapacitados”.
“Eutanasia y suicidio asistido no son actos médicos”, soflama el grupo 'Vividores', que añade: “No existen variantes éticas de la eutanasia o del suicidio asistido, todas son deontológicamente reprobables”.
Las religiones, contra la ley
¿Y qué dice la Iglesia? Oficialmente, los obispos se han limitado a recordar que la ley de eutanasia “va en contra de la vida” y a denunciar los posibles efectos de su futura aprobación en España. Fuentes episcopales consultadas por elDiario.es aseguran que “seguramente” habrá una respuesta de la CEE una vez el proyecto pase el filtro del Congreso. Pero no han reaccionado de inmediato tras el dictamen parlamentario de este jueves.
Sin embargo, su portavoz, Luis Argüello, sí entró esta semana en el debate, apuntando que “la persona ha de ser cuidada y aliviada durante la etapa más vulnerable o final de su existencia de tal manera que no suplique morir, ni nadie, por ”compasión“, considere urgente acabar con una vida, supuestamente indigna, a la que la ”eutanasia“ convierte en digna”.
Lo que sí harán , este mismo viernes, todas las confesiones religiosas con presencia en España, será celebrar un acto interreligioso en el que, bajo el lema “Artesanos de vida y esperanza”, pretende “ensalzar el valor sagrado de toda vida humana”, pues “cada persona tiene una dignidad inestimable en cualquier circunstancia, tanto si es pobre o discapacitada, si no ”es útil“ –como los no nacidos– o si ”ya no sirve“ –como los ancianos-. Interrupción voluntaria del embarazo y eutanasia están en su agenda. Al final del encuentro se hará público un manifiesto acogido por todas las confesiones religiosas presentes, que se prevé una postura común en contra de la ley y por la vida 'en nombre de Dios'.
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