Madrid, 21 jul (EFE).- El día internacional del perro, que se celebra hoy, pretende recordar que la mascota favorita del ser humano no sólo brinda compañía y protección, sino que también le ayuda en los campos terapéutico y educacional, con intervenciones asistidas que se vieron interrumpidas durante el confinamiento y ahora retoman su actividad.
El estado de alarma motivado por la COVID-19 obligó a cancelar las sesiones donde los canes, acompañados por interventores y guías caninos, interactúan con usuarios para ofrecerles ayuda en tratamientos contra fobias, para mejorar la motricidad o para apoyo escolar.
Juegos y otras dinámicas participativas son la base de esta relación en la que los animales sirve como elemento de apoyo para la mejora de la “función física, cognitiva, comportamental o socioemocional” de las personas, ha explicado a Efe el director de la Asociación Entrecanes, Óscar Bueno.
Durante la semana del 12 de marzo, cuando se ordenó la reclusión forzada a nivel nacional por la crisis sanitaria, los perros se encontraban, por ejemplo, ayudando en residencias de la tercera edad “para mejorar la motricidad de los ancianos” guiándolos por circuitos de obstáculos, o en centros de asistencia a menores en riesgo de exclusión social “para brindarles apoyo emocional”.
“Como muchos de los trabajadores en el área sociosanitaria, los responsables de estas actividades visitan varias instalaciones a la semana”, ha aclarado Bueno, por lo que corrían el riesgo de convertirse “en vehículos de transmisión de la Covid-19”.
A pesar de este paréntesis, los canes han continuado con su entrenamiento y proceso de aprendizaje propio “adaptándose a las fases, a distinto nivel y con pautas para que entender que, para ellos, era un período de descanso” en el desarrollo habitual de su labor.
Los animales de la Asociación Entrecanes son “perros de familia”, lo que implica “que tienen una vida más allá del trabajo” por lo que sus dueños han estado con ellos durante estos meses y “la percepción es que lo han llevado bastante bien” ya que se trata de animales con mucha capacidad de adaptación.
Tampoco han tenido grandes problemas al reanudar sus actividades de apoyo, aunque esto se ha producido “poco a poco” y con un protocolo de actuación basado en una serie de medidas de prevención a partir de la información dada por entidades de riesgos laborales y de las autoridades sanitarias.
Así, ahora durante las terapias es obligatorio el uso de mascarilla y la distancia de seguridad, además de la limpieza constante de las patas de los perros, en contacto con diferentes superficies, y el uso de gel hidroalcohólico cada vez que se produce una interactuación entre persona y animal.
“Las ventajas de trabajar en terapias con perros son innumerables, más aún en este contexto de desconfinamiento”, ha añadido a Efe la responsable de terapias de la Fundación Affinity, Maribel Vila.
A lo largo de las últimas semanas, canes de esta entidad se encuentran ya ayudando a niños tutelados que residen en Centros Residenciales de Acción Educativa (CRAE) que han estado “cerca de tres meses sin salir ni poder ver a sus familias”.
El objetivo es normalizar la situación que viven estos menores a través de diversas actividades “para retomar el contacto con la Naturaleza” y mediante el juego con los animales, fomentar la cooperación y el trabajo en equipo“.
Vila defiende que las intervenciones asistidas con perros “abren la puerta a crear vínculos que reconfortan y ayudan a la expresión y a la canalización de emociones” que palían los efectos negativos del confinamiento y significan el regreso a una relativa normalidad.
Natalia Molina Íñigo