Su estado civil, su edad o su apariencia. Cuando los medios de comunicación, redes sociales y blogs hablan de las mujeres en el deporte destacan más este tipo de características que nada tienen que ver con su rendimiento en la pistas frente a las cualidades que subrayan de los hombres.
Es una de las conclusiones de un estudio elaborado por Cambridge University Press que analiza más de 160 millones de palabras usadas para hacer referencia a mujeres y hombres aprovechando la celebración de los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro. A pesar de que ellas constituyen el 45% de los participantes, son ellos los que se mencionan tres veces más que ellos.
Pero no solo reciben menos atención informativa que los hombres, sino que las palabras más comunes empleadas para hablar de ellas son “mayor”, “edad”, “embarazada”, “casada” y “soltera”. No ocurre así con ellos, de los que es más común que se destaquen cualidades como “rápido”, “fuerte” o “grande”.
Este mismo lunes Cory Cogdell, que ha logrado una medalla de bronce en tiro –al igual que en Pekín–, era nombrada en los titulares de varios medios norteamericanos haciendo referencia al hecho de que está casada con un jugador del equipo de fútbol americano de los Chicago Bears. Su éxito deportivo no pareció ser motivo suficiente para poner su nombre.
“La investigación sugiere que vamos a discutir la longitud de la falda de Heather Watson en lugar de sus posibilidades de ser la primera mujer de Reino Unido de ganar una medalla de oro en tenis desde 1908”, afirman los expertos en el resumen del estudio colgado en la web. Las referencias a las mujeres en el deporte “se concentran de manera desproporcionada en la apariencia, la ropa su vida personal, poniendo más énfasis en su estética que en sus capacidades atléticas”.
El estudio demuestra también que a ellas se les dedica un lenguaje más “infantilizante”. Así, son nombradas con mayor frecuencia que los hombres como “chicas”, mientras que ellos son llamados “hombres”. “Sería interesante ver si esta tendencia se refleja también en nuestra propia investigación sobre el lenguaje utilizado en los Juegos Olímpicos de Río”, afirma Sarah Grieves, investigadora de Cambridge University Press.
También cambian los verbos cuando la prensa describe las pruebas deportivas. “Cuando se trata de rendimiento, parece como si los hombres tuvieran ventaja competitiva”, sostienen los autores del estudio. Ellas “compiten”, “luchan” y “participan”, pero ellos “ganan” y “dominan”. Además, el que practican los hombres es “el deporte por defecto”. La prensa se inclina más por hablar de fútbol femenino, mientras que cuando son ellos los que compiten se llama fútbol.