El Parque Natural del Macizo de Anaga, en Tenerife, ha recibido hoy el título que le acredita como Reserva Mundial de la Biosfera, una figura de protección de la Unesco que representa una nueva manera de entender el binomio entre conservación y desarrollo y que los vecinos esperan que sirva para mejorar sus condiciones de vida.
El espacio natural ha recibido esta distinción en un acto institucional que se ha celebrado en el salón noble del Cabildo de Tenerife, en el que han participado representantes vecinales y de los ayuntamientos de Santa Cruz, Tegueste y La Laguna.
Los vecinos Félix González y Alberto Perera, los habitantes de mayor y menor edad, respectivamente, han sido los encargados de recoger la certificación de la Unesco, en representación de las 20.000 personas que tienen su residencia en esta zona natural.
Con una superficie de 48.000 hectáreas, repartidas en tierra y mar, la Reserva de la Biosfera del Macizo de Anaga da cobijo a una de las mejores representaciones del bosque verde canario, la laurisilva, ha explicado Marisa Tejedor, presidenta del consejo científico del programa Naturaleza y Hombre en España.
Dentro de la nueva reserva de la biosfera, ha explicado, se ubica la zona con más especies endémicas por metro cuadrado de Europa, incluidos 40 animales y vegetales en peligro de extinción, además de un conjunto de bienes inmuebles de gran valor arquitectónico, cultural e histórico que hay que mantener y conservar.
La Red de Reservas de la Biosfera cuenta en Canarias con siete espacios protegidos, con una superficie total de 820.120 hectáreas, de las que 468.068 son terrestres y 352.052, marinas.
El Macizo de Anaga es el último en incorporarse a un club al que ya pertenecían desde hace años el territorio completo de las islas de La Palma, El Hierro, La Gomera, Fuerteventura y Lanzarote y el 46 por ciento de la superficie de Gran Canaria.