“Estambul es la elegida”. Con esa frase en el desempate entre la capital turca y Madrid por pasar el primer corte en la elección de la sede olímpica de 2020 se terminó el viaje de la ciudad española. En una sala fuera del hotel Hilton de Buenos Aires reservada durante toda la semana por la candidatura española, a la orilla del río de la Plata, el presidente Mariano Rajoy y el príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, han congelado su gesto. Se terminó la carrera olímpica.
Uno de los asesores contratados por Madrid 2020 para dirigir su campaña internacional, el norteamericano Terrence Burnes, respondía a eldiario.es: “Ahora sabéis de qué va este negocio”, contaba tras la derrota española. Burnes fue fichado por dos millones de euros, según cuentan fuentes municipales, para ganar la candidatura. Este consejero siempre impone su manera de trabajar y se ha convertido en una de esas figuras que saltan de candidatura en candidatura, mirados como gurús de los vericuetos del Comité Olímpico. Con el cadáver aún caliente resumía así la jugada: “No se podía haber hecho un mejor trabajo”. Su concurso ayudó a ganar a Sochi, Vancouver y Pekín. No a Madrid.
El restaurante donde siguieron la votación Rajoy, el príncipe de Asturias, el presidente del COE, Alejandro Blanco, y la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, sufrió una estampida cuando Jaques Rogge, el presidente del COI, proclamó que “Madrid no participará en la siguiente ronda”. La gran pantalla de televisión se convirtió en el epicentro de un tsunami que despobló el espacio en un segundo. Sólo permanecía la figura abatida de una leyenda del tenis, Manuel Santana. Sentado y con la mirada perdida. Dos horas y media después, Blanco declaraba: “Podremos perder, pero no ser vencidos”. Y rompía a llorar. La comparecencia de Botella y Blanco se convirtió en un funeral en la que no se admitieron preguntas de los periodistas.
El ministro de Asuntos Exteriores, Margallo aportó una reflexión sobre la derrota: “Yo también me creo muy guapo y no todo el mundo me quiere”. El medallista de oro olímpico Fermín Cacho era más beligerante: “Sólo puedes pensar que todo es una farsa”. Existía el convencimiento de que se iba a ganar. Hasta el punto de que la nómina de invitados al cóctel de cierre en la delegación española fue engordado hasta 300 personas a última hora, según fuentes de la candidatura. Al final no hubo apreturas.
“El empate presagiaba lo peor” reconoció a este cronista el exsecretario de Estado para el Deporte Jaime Lissavetzky. Se refería a la igualada entre Madrid y Estambul para acompañar a Tokio en la ronda final. Los voluntarios de la oficina lloraban desconsolados. Rajoy consolaba a la alcaldesa Botella, que no emitía palabra aunque mantenía una sonrisa en la cara. “Qué vamos a decir si son 96”, se encogía de hombros el jefe del Ejecutivo en referencia al número de votantes del COI.
La portada de El Mundo que hizo daño
El proyecto de montar los JJOO en Madrid se diluye sine die. Se suponía que el COI debía muchos favores al presidente del Comité Olímpico Español pero le han pasado factura, según contaban fuentes municipales. Trabajadores de la oficina M2020 explicaron cómo han visto a Blanco acudir a “apagar fuegos” con las federaciones deportivas internacionales de Suramérica y en especial con un feo asunto de la Asociación de Comités Olímpicos Nacionales. “Rogge le pidió que mediara para que el presidente Vázquez Raña saliera. Y así lo hizo”.
Sin embargo, fuentes municipales han asegurado a eldiario.es, que la portada de El Mundo que rezaba: “50 de los 98 miembros del COI han prometido votar a Madrid” hizo “mucho daño a la candidatura”. “Jacques Rogge llamó a Juan Antonio Samaranch para quejarse”, explican. Y achacan la fuente de la información al presidente del COE y de Madrid 2020.
Nota:
El viaje del colaborador de eldiario.es a Buenos Aires y el alojamiento fueron pagados por la candidatura olímpica Madrid 2020. La candidatura invitó a los medios de comunicación interesados en enviar a sus reporteros a Argentina para asistir a la elección de la sede de los Juegos de 2020.