Longitud 77.44537353515625 y latitud 18.492633354495656, Marte. Esa es la ubicación en la que se encuentra en el vehículo espacial 'Perseverance', que descendió sobre el planeta este jueves. A partir de ahora, los movimientos de este explorador podrán ser monitorizados por cualquier internauta gracias un mapa interactivo diseñado por la NASA.
El software permite acompañar a 'Perseverance' en su recorrido por el cráter Jezero, de casi 50 kilómetros de diámetro, situado en el hemisferio norte marciano y especialmente rico en sedimentos lacustres arcillosos, lo que indica que fue un lago que se secó hace miles de millones de años y donde el explorador espera encontrar restos de vida.
Para el mapa, los ingenieros de la NASA han creado un modelo digital topográfico de alta resolución a partir de imágenes reales. “Así, se puede proporcionar información esencial a los conductores del explorador, que necesitan saber la inclinación de las colinas para planificar su camino a través de este terreno rocoso”, indica la agencia estadounidense en la página web del mapa.
El explorador ha comenzado ya a enviar señales a la Tierra y a calibrar sus instrumentos. Trabaja ya junto a otros aparatos enviados para desentrañar los misterios del planeta, y entre ellos el ExoMars-TGO que pusieron en la órbita marciana la Agencia Espacial Europea y la rusa Roscosmos para conocer su atmósfera y detectar gases que pudieran estar de alguna manera vinculados a una actividad biológica.
El nuevo rover, el más avanzado y sofisticado de los que han aterrizado en Marte, está dotado de complejos instrumentos, muchos de los cuales han sido diseñados y desarrollados en España antes de su ensamblaje en el robot, precisamente para recabar información que será vital para las naves tripuladas del futuro.
El Perseverance va a tratar de recoger muestras de la superficie marciana y de enviarlas a la Tierra, aunque será otra misión, en este caso conjunta de la NASA y de la Agencia Espacial Europea, la que se encargará de ir a recoger esos paquetes en 2026.
El interés por Marte, hoy un planeta gélido, radica en el parecido que tuvo hace “solo” 3.500 millones de años con la Tierra, porque entonces tenía océanos profundos, agua líquida, una temperatura por encima de cero y una atmósfera densa, y porque el conocimiento profundo de esa evolución puede desvelar de cómo lo hará también la Tierra.