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Los médicos van a la huelga en toda España por el conflicto con Sanidad por sus condiciones laborales

Manifestantes frente al Ministerio de Sanidad en una concentración el 13 de febrero de 2025.

Sofía Pérez Mendoza

12 de junio de 2025 23:27 h

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El personal médico es un colectivo que se ha movilizado mucho en los últimos tiempos. Desde las mareas blancas en los años más duros de la gran recesión hasta las reivindicaciones postpandemia. Sin embargo, son poco dados a convocar huelgas. La más reciente fue en 2020 por un real decreto con medidas para hacer frente a la crisis sanitaria; para encontrar la anterior hay que irse a 1995, cuando ni siquiera las competencias sanitarias estaban transferidas a las comunidades autónomas.

Este viernes la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) y el Sindicato Médico Andaluz (SMA) han convocado a los facultativos en señal de protesta por los desacuerdos con el Ministerio de Sanidad por la negociación de sus condiciones laborales. El centro del problema es la reforma del Estatuto Marco, una ley que no se actualiza desde 2003 y que rige cuestiones como las jornadas o las guardias.

El impacto en los pacientes es incierto. La mayoría de comunidades han decretado servicios mínimos similares a los de un festivo, según CESM, que prevé un mayor seguimiento en Andalucía, Baleares, Canarias, Comunitat Valenciana, Extremadura y Castilla-La Mancha. En todos estos territorios se han convocado concentraciones durante la mañana para escenificar la jornada de huelga.

El departamento que dirige Mónica García negocia desde hace meses cambios en la norma con los sindicatos del ámbito, entre los que se encuentra CESM. El resto de organizaciones que están en la mesa (CCOO, UGT, CSIF, Satse y CIG Saúde) no se han sumado a la convocatoria y sindicatos médicos autonómicos como AMYTS (Madrid) que fueron muy activos inicialmente en la oposición al texto apoyan el paro a través de una concentración, pero no lo convocan. Las reivindicaciones sí cuentan con el respaldo del Foro de la Profesión Médica, integrado, aparte de por la propia CESM, por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, la Federación de Asociaciones Científico Médicas de España, la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina y el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina.

Las tensiones con el comité de huelga –con quien también se ha reunido el Ministerio en varias ocasiones ante la desaprobación del resto– han tenido picos y valles. El paro fue pospuesto hace dos semanas tras recibir un nuevo documento con cambios introducidos por Sanidad sobre la jornada laboral, un punto clave, para allanar un posible acuerdo. Después de analizarlo, no les pareció suficiente. No cumplía con sus demandas.

A pocas horas de la huelga, la fricción es máxima: el Ministerio de Sanidad ha publicado un resumen del borrador de Estatuto Marco que ha enfadado a los convocantes porque, dice, “aspira a ocultar el maltrato a los facultativos que la norma perpetúa” con “mala fe negociadora”. El tono ya empezó a subir hace unos días, cuando la ministra del ramo dijo que había “disonancia sindical”, en referencia a las diferencias entre las posturas de los sindicatos convocantes de la huelga y las organizaciones que están negociando en la mesa. “Frente a bulos y rumores falsos, estos son nuestros compromisos hasta el final y contra todas las resistencias”, dijo después a través de sus redes sociales.

La jornada laboral y las guardias

El Ministerio no está dispuesto a ceder en dos cuestiones que son importantes para quienes convocan la huelga: crear un estatuto solo para el personal médico y eliminar la exclusividad del personal directivo y de los cargos intermedios –jefes y jefas de servicio– de la sanidad pública, lo que en la práctica impide compabilizar el trabajo en consultas privadas. Este último punto escuece especialmente a CESM, que acusa a Sanidad de intentar “regular la vida privada” de los profesionales.

Sin embargo, el documento compartido por Sanidad revela pormenores de la negociación desconocidos hasta ahora y la cesión por parte del equipo ministerial en algunos puntos conflictivos. Se ha dado marcha atrás, por ejemplo, con la incompatibilidad de trabajar en la pública y en la privada en el caso de los MIR, algo que incluía el primer borrador que desencadenó la protesta de los sindicatos médicos y se incluirá un capítulo propio, dentro del Estatuto Marco, específico para los médicos y médicas.

Respecto a la jornada, las guardias se reducen de 24 a 17 horas sin necesidad de recuperar la jornada ordinaria del día siguiente. La redacción inicial de este punto quedó confusa para los sindicatos y se ha aclarado, según el Ministerio.

El conflicto se sitúa ahora en las horas máximas por semana que se pueden hacer. La normativa europea marca que son 48 semanales de promedio cuatrimestral pero el borrador las reduce a 45. Los sindicatos aseguran, sin embargo, que ascenderían a 60 o 70 y piden una cuantía mínima para compensar ese exceso de jornada, que debería ser, dicen, de 35 horas semanales “como cualquier trabajador de la sanidad pública”. También reclaman un “coeficiente reductor de jornada” cuando el trabajo sea en turno nocturno.

El borrador introduce el concepto “carga laboral excesiva”, que para los convocantes es difusa. Sanidad lo ha definido como más de cinco guardias al mes e incluye que, si se repite en el servicio, debe actuar el equipo de riesgos laborales con un informe para estudias las causas y proponer medidas correctoras. Los sindicatos se quejan de que hay varios puntos de la propuesta en cuanto a jornada laboral que quedan sujetas a las “necesidades de los servicios” y eso desvanece los límites.

Otra demanda de CESM es la regulación de la jubilación parcial y anticipada para los profesionales, extremo que Sanidad asegura no poder incluir en esta ley porque “porque afecta al sistema de Seguridad Social con una normativa propia” aunque el borrador sí plantea la realización de un estudio sobre su viabilidad junto a los ministerios de Trabajo y de Seguridad Social. La clasificación profesional ha sido otro punto de desencuentro. Los médicos exigen una categoría A1 Plus que los diferencie de otros compañeros y compañeras que adquieren el nivel de A1, un reclamo de que Sanidad también se desentiende con el argumento de que es competencia del Ministerio de Función Pública.

“No existen indicios que sugieran que se va a producir un cambio sustancial en su actitud, basada en la consagración del menosprecio y la explotación laboral de nuestro colectivo”, señaló CESM en un comunicado hace tres días. Para los sindicatos convocantes no se han acogido “ni una de las peticiones de calado”.

Aún hay al menos dos reuniones más de la negociación entre Sanidad y los sindicatos –no solo médicos sino también de clase– que podrán moldear el borrador actual. El proceso sigue en marcha. De llegar a un texto de consenso, la ley todavía tiene por delante la aprobación en el Consejo de Ministros y una cada vez más difícil misión: lograr el apoyo de la mayoría parlamentaria en el Congreso.

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