Europa deja a mujeres embarazadas sin atención médica y a miles de niños sin vacunas

Rehema huyó de su país porque su familia quería matarla debido a su homosexualidad, según relata en un vídeo de la sección británica de Médicos del Mundo. La joven llegó a Reino Unido embarazada, ya que su familia la obligó a casarse. Empezó a sangrar y un hospital británico fijó un precio de 12.000 euros a la atención que requería. Miles de euros que no tenía y por los que se dirigió a la ONG a pedir ayuda.

Ella es una de las 285 mujeres embarazadas atendidas en consulta por Médicos del Mundo en 2013, casi la totalidad de nacionalidad extranjera, de las que un 83% no disponía de ninguna cobertura médica. Dos tercios no había recibido atención prenatal anteriormente y, cuando llegaban a los profesionales de la ONG, los médicos estimaron en un 70% de los casos que requerían atención de manera urgente o bastante urgente.

La austeridad europea tiene consecuencias directas en la salud de los colectivos más vulnerables, según un informe de Médicos del Mundo sobre el acceso a la sanidad en 25 ciudades europeas, centrado en la situación de las mujeres embarazadas y los menores. “Los recortes en el ámbito sanitario han supuesto la adopción de la políticas más bien basadas en el miedo y la intolerancia que en una base empírica”, denuncia Álvaro González, presidente de la ONG en España, que responsabiliza a los dirigentes de “discursos que fomentan el racismo y la xenofobia”.

Los problemas de vacunación infantil también inquietan a la organización. La mitad de los 1.700 niños que llegaron a sus consultas no estaban vacunados contra el tétanos. Respecto a la inyección contra la hepatitis C, los datos son peores; los índices no superan el 35% en los países encuestados, excepto en Grecia, donde la tasa era superior (58,7%).

Álvaro González ha presentado los resultados del estudio este martes en Madrid junto a Thierry Brigaud, presidente de Médicos del Mundo en Francia, y Liana Mailli, con el mismo cargo en Grecia. Con el respaldo de representantes del resto de países europeos en los que opera la ONG, los portavoces han instado a situar la política sanitaria en el debate de las elecciones europeas. “Hay que conseguir una Europa social, más generosa”, pide Brigaud que admite su “sorpresa” ante las situaciones que están observando en Europa.

Costes a medio plazo

“Los casos de rechazos a mujeres embarazadas también se están registrando en España, a pesar de que su asistencia, al igual que la de los menores, está amparada por ley”, critica González. La nueva accesibilidad al sistema público de salud, diseñado en el real decreto 16/2012 que aprobó el Gobierno, “está vinculado a la situación laboral” de las personas y dejó sin tarjeta sanitaria de golpe a unas 750.000, según las cifras facilitadas por el Ejecutivo al Comisionado de Derechos Humanos de la ONU el pasado febrero.

Aunque las embarazadas, los menores y las urgencias son excepciones a la exclusión sanitaria de la población inmigrante sin permiso de residencia (especialmente afectada por el decreto), organizaciones como Yo Sí Sanidad Universal también han denunciado intentos de cobros y el rechazo a una cobertura normalizada a personas con derecho a ella.

Desde Médicos del Mundo instan a los países europeos a adoptar un sistema de salud universal, “porque está demostrado que las políticas excluyentes provocan un riesgo a toda la población y un aumento del coste sanitario por un retraso en los diagnósticos, un peor control de las enfermedades crónicas y un incremento de los ingresos hospitalarios”, expone González.

El presidente de la delegación española remite a investigaciones solventes. “Están apareciendo múltiples estudios en revistas científicas de primer nivel en donde se constatan los efectos catastróficos que estas medidas restrictivas están generando en toda la población europea. El número de personas en riesgo de sufrir deterioro de su salud mental ha aumentado en más de tres millones del 2007 al 2011”, ejemplifica.

Médicos del Mundo sitúa a España entre los países que avanzan en una dirección excluyente, al contrario de las políticas aplicadas por Suecia, Alemania y Francia. Ante el argumento de la ministra de Sanidad, Ana Mato, sobre que la cobertura sanitaria española de los inmigrantes es más amplia que en el resto del continente, González pide prudencia. “Son palabras, pero lo cierto es que es muy complicado comparar distintos sistemas de salud, que se basan en criterios de admisión diferentes”. El portavoz francés, más temperamental, pide a los gobiernos que “dejen de contar mentiras como casas”.

Respecto al riesgo de la población general, Grecia aporta un ejemplo demoledor. “Es significativo el dato publicado en la revista científica The Lancet, sobre la situación Grecia, en la que la tasa de VIH de la población usuaria de drogas se incrementó un 1.500 por mil en dos años. Fundamentalmente, porque decidieron que no había dinero suficiente y recortaron los programas preventivos de reparto de preservativos y jeringuillas”, afirma González.

Racismo: el peligro de los discursos simplistas

Desde la ONG piden a los dirigentes que se alejen de los argumentos “simplistas y populistas” que sitúan a los inmigrantes como “chivo expiatorio”. Brigaud destaca el reducido 2% de personas usuarias de los servicios de Médicos del Mundo que citaron la salud como motivo para emigrar, frente a los discursos de “turismo social” que se propagan en Europa.

Una de las últimas polémicas al respecto surgió en el seno de la Unión Europea. En un encuentro informal entre los ministros de Sanidad de los países miembros, se propuso realizar exámenes médicos a los inmigrantes y refugiados que lleguen a territorio europeo.

González, al igual que denunció la relatora de la ONU Magdalena Sepúlveda, destaca la falta de fundamento de las medidas que apartan a la población inmigrante del derecho a la salud. “El mensaje político de exclusión de esta población ha sido más contundente que la propia ley”, apostilla.

España destaca entre el resto de países europeos en casos de racismo en las dependencias sanitarias. Mientras la media del informe se sitúa en un 5,4%, los comportamientos racistas del personal sanitario eran citados en un 33% de los pacientes atendidos en España; cinco veces más que en 2012, cuando la cifra era de un 6,3%. El periodo, corresponde a la aplicación del real decreto sanitario. “Hay que decir que en España se retiró la tarjeta a mucha población que llevaba años con médico en nuestro país”, recuerda González.

El caso de Grecia destaca por los ataques xenófobos y racistas a los extranjeros. Liana Mailli, la representante griega, presenta la historia de Leila, una ciudadana marroquí de 29 años, atacada en una comisaria del país cuando llevó una bolsa con comida a su marido, retenido por no llevar la documentación. “Dos oficiales la arrastraron a un ascensor, escupieron, golpearon y patearon”, cuenta Mailli. Cuando fue al hospital, debido a un sangrado uterino, le negaron el acceso gratuito.

En 2013, Leila consiguió el reconocimiento del estatus de refugiada, por la violencia que había sufrido antes en su país de origen. “¿Cuánta injusticia vamos a tolerar con la excusa de la crisis económica?”, se preguntan desde la organización.