El medioambiente no está en la agenda política. “Pero se merece estarlo”, han proclamado este lunes las cinco mayores ONG ecologistas españolas: Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife, Amigos de la Tierra y WWF. Todas han coincidido en lanzar una batería de propuestas para tratar de influir en los programas electorales de las elecciones europeas del próximo mayo. 14 peticiones para evitar lo que califican de “política suicida”.
Cambio climático
El director ejecutivo de Greenpeace, Mario Rodríguez, ha dejado claro que el último documento redactado por la Comisión Europea “no sirve para contener el calentamiento global por debajo de los 2 grados centígrados. La estrategia para 2030 de la Comisión –presentada el 22 de enero– dejó la reducción de emisiones de gases con efecto invernadero en el 40% respecto a 1990; y el uso de energías renovables, en un 27% para toda la Unión Europea. Rodríguez ha calculado que se necesitaría al menos una disminución de emisiones de gases del 55% y una reducción de renovables de hasta el 44% del total europeo, tomando como referencia 2005.
Las cinco ONG piden también abandonar la búsqueda de combustibles fósiles con métodos como el fracking y las prospecciones en aguas profundas (como las planteadas en las Islas Canarias y Baleares).
Acceso / privatización del agua
“El uso actual de los ríos y aguas es insostenible”, ha asegurado Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife. El análisis de las organizaciones sobre los recursos hídricos se resume así: “Estamos viviendo por encima de nuestras posibilidades”. Sobre los procesos de privatización en la gestión del agua –el último ejemplo se ha vivido hace una semana en Alcázar de San Juan (Ciudad Real)–, alertan de que “a la pobreza energética no se una la pobreza hídrica” para personas sin recursos. Ligado al agua, han puesto el acento en el desarrollo de una agricultura sostenible. Las políticas agrarias se llevan cerca del 80% del presupuesto europeo.
El aire, la contaminación y la salud pública
Parece bastante probado que el aire contaminado es un foco de enfermedades. Así, Francisco Segura, de Ecologistas en Acción, ha subrayado que “hay que pedir que los niveles de polución admisible del aire se sitúen en los indicados por la Organización Mundial de la Salud”. Esta revisión respondería a “colocar la salud de las personas por delante de otros intereses”.
Huella ecológica de la Unión Europea
La 'huella ecológica' –el indicador que mide el impacto del consumo humano sobre los ecosistemas y su capacidad de regenerarse– respecto al consumo de recursos naturales y la creación de residuos sigue en aumento. Según estas organizaciones, no se sabe a ciencia cierta cuál es el impacto que los Estados miembros crean con su consumo. La directora de Amigos de la Tierra, Liliane Spendeler, ha propuesto “una economía circular” favorecedora del reciclaje y la reutilización.
Biodiversidad
Juan Carlos del Olmo –de WWF– la ha denominado “la gran olvidada”. La Red Natura 2000 es la herramienta administrativa de protección de espacios naturales donde habita esta biodiversidad. “Habría que tener mucho cuidado con la red”, ha indicado Del Olmo.
Hace pocas fechas, el Tribunal Supremo declaró ilegal un complejo turístico en Valdecañas (Cáceres) que ocupaba una isla inmersa en esta red. El Gobierno extremeño ya había redactado una modificación de la Ley del Suelo para decir expresamente que “la mera inclusión de unos terrenos en la Red Ecológica Natura 2000 no determina por sí sola su clasificación como terreno no urbanizable pudiendo ser objeto de una transformación urbanística”. También solicitan ojo avizor para el comercio ilegal de madera y el respeto al medio marino “en riesgo por los proyectos de prospecciones petrolíferas”.
Estas cinco ONG no piden el voto para ninguna formación política. “Estamos un poco hartos del 'lo estudiaremos'. Queremos saber cómo lo harán”, ha reivindicado Rodríguez. Pretenden –dicen– que los partidos que acuden a las elecciones “se retraten”, y así los ciudadanos voten con conocimiento.
¿Servirá para algo? “El Parlamento es la única institución europea que eligen los ciudadanos”, señalan. De hecho, ilustran, “sólo el Parlamento pudo matizar la bochornosa postura de la Comisión en su estrategia medioambiental para 2030”.