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Méndez de Vigo convierte en residual la reválida de la ESO y transforma la de Bachillerato en una nueva selectividad

El Ministerio de Educación ya ha empezado a concretar cuáles son sus cesiones respecto a las polémicas reválidas en el “camino por el pacto educativo”. El jueves por la tarde envió, según confirman fuentes de Educación, el proyecto de Real Decreto que anunció el ministro el martes en el Congreso a los “negociadores del PSOE” encargados de llegar a un pacto educativo.

En el texto, adelantado por Onda Cero, se confirma que las pruebas de ESO y Bachillerato quedan sin efectos académicos hasta que los grupos políticos alcancen un acuerdo. Las pruebas de Secundaria, además, pierden el “carácter censal” inicial –obligatoria para todos los alumnos y alumnas– y solo serán “muestrales”, es decir, cada comunidad elegirá a los centros que la hagan y en ningún caso servirán para titular. Los exámenes de Bachillerato finalmente solo comprenderán contenidos del último curso y no del ciclo completo.

Se reducen, respecto a lo previsto, el número de pruebas en ambas evaluaciones. Se quedan en un total de seis exámenes: cuatro asignaturas troncales –comunes a todas las modalidades– y dos de opción. Según el decreto de julio, los estudiantes de Bachillerato tenían que examinarse hasta de ocho materias en cuatro días.

Entre ellas estaba Filosofía, una asignatura de primero, lo que obligaba a los chicos y chicas a estudiar unos contenidos sin haberlos visto en el aula en el último año. Con la PAU, los estudiantes podían elegir si examinarse de Historia de España o Historia de la Filosofía, esta ultima una materia que la Lomce se cargó del currículo del último curso de Bachillerato.

Fuentes del Ministerio explican a este medio que así quedarán las cosas durante un “tiempo prudencial y suficiente” que no ha concretado. Ese periodo de tiempo será negociado, según las mismas fuentes, por el ministro con los consejeros autonómicos el próximo 28 de noviembre en la Conferencia Sectorial de Educación. Ese texto se aprobará, ha anunciado el ministro, la primera semana de diciembre.

El siguiente paso es la creación de una subcomisión, que estará lista el próximo 1 de diciembre, según confirman fuentes parlamentarias. Al diálogo en este grupo de trabajo, procedimiento con el que están de acuerdo todos los partidos, el ministro fía la creación de un “proyecto de ley” de consenso.

Dos cursos más de Lomce

“La Lomce no se va a derogar ni a paralizar”, ha salido al paso Méndez de Vigo en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. La ley seguirá en vigor en todos los cursos, este ha sido el primer año que está implantada completamente. El único punto que queda por aplicar es el que concierne al “efecto académico” de las reválidas porque en la norma se decidió postergar al curso 2017-2018. Eso ya no sucederá después del proyecto de Real Decreto conocido este viernes que concreta sobre el papel el anuncio de Mariano Rajoy en la sesión de investidura.

El ministro espera que las bases del proyecto de ley que sustituirá a la Lomce estén listas en seis meses. Después comienza un proceso parlamentario para aprobarlo que no permite llegar al curso 2017-2018 con una nueva norma en las aulas. Así que la ley Wert se mantendrá al menos estos dos cursos en lo referido a los contenidos.

Posiblemente la Lomce será la ley educativa más efímera de la historia. Aunque se empezó a implantar en el curso 2014-2015, no ha sido hasta este cuando ha terminado de aterrizar en los pupitres.

Después de que la Mesa del Congreso levantara el veto a la proposición de ley presentada por el PSOE para frenar la LOMCE, el Gobierno ha vuelto a insistir y ha pedido que reconsidere su decisión. Aunque el Ejecutivo adujo que representaba un aumento de gasto y por ese motivo impidió su tramitación, en el órgano de Gobierno de la Cámara no lo vieron igual. Ahora, el Ejecutivo vuelve a la pelea institucional y sienta un precedente para seguir frenando las iniciativas en las que está claro que el PP puede perder en las votaciones del Congreso ante una oposición unida en su contra.