Ciudad del Vaticano, 29 abr (EFE).- El chileno Juan Carlos Cruz, víctima del cura Fernando Karadima y miembro de la Comisión vaticana para la Protección de los Menores, instituida por el papa Francisco en 2014, instó este viernes a las víctimas españolas de abusos por parte del clero que acudan a las comisiones de investigación para contar su testimonio, independientemente de quien las gestione.
Cruz intervino en una rueda de prensa después de que, junto con los otros miembros de la Comisión, fuese recibido por el papa y con motivo de que este organismo adquirirá mayor peso al ser englobado en el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, según la nueva Constitución Apostólica “Praedicate Evangelium”, que reorganiza la Curia y que entrará en vigor el 5 de junio.
Cruz explicó que hay que agradecer las investigaciones realizadas por la prensa, como la que ha hecho el diario “El País” en España, pero que “esto debe servir de lección para la Iglesia y para todos” pues es necesario que las víctimas confíen en la Iglesia y no solo en los medios de comunicación.
Por ello, el activista chileno, que mantiene una gran amistad con el papa Francisco, animó a las víctimas “a que vayan a las comisiones y que hablen”, independientemente de quien lo gestione “sea el Opus Dei...”, en referencia a que el presidente del despacho de abogados Cremades & Calvo-Sotelo (Javier Cremades) que conducirá la investigación encargada por la Conferencia Episcopal española pertenece a esta institución católica.
Algunas asociaciones de víctimas de abusos por parte de la Iglesia han expresado su total rechazo a esta comisión de investigación.
Hoy, la Conferencia Episcopal descartó participar en la comisión de investigación encomendada al Defensor del Pueblo para estudiar los casos de abusos a menores, pero se mostró dispuesta a abrir sus archivos canónicos pese a que los obispos advierten de que se sobrevalora la información que se pueda encontrar en ellos.
Por otra parte, el papa pidió hoy a esta Comisión para la Protección de los Menores que elabore cada año y le entregue un informe sobre las iniciativas de la Iglesia para prevenir los abusos, sobre lo que está sucediendo y sobre lo que debe cambiar para que las autoridades pertinentes puedan tomar medidas.