Al menos 325 miembros de la comunidad lesbiana, gay, bisexual, transexual e intersexual (LGBTI) han sido asesinados en Honduras entre 2009 y julio de 2019, denunció este domingo el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), que dirige Roberto Herrera.
El defensor del pueblo hondureño pidió el cese de los “crímenes de odio” contra miembros de la comunidad LGBTI, así como la impunidad que rodea a más del 90 % de esos casos.
Dijo que espera que las autoridades encargadas de la seguridad desarrollen “el papel que les corresponde” para realizar una “correcta investigación” que permita capturar y enjuiciar a los autores materiales e intelectuales de esos crímenes.
El organismo de derechos humanos señaló que entre 2009 y julio de este año al menos 50 de los 298 municipios del país registran los índices más altos de muertes violentas de homosexuales.
El 75 % de las 325 muertes de la población LGBTI ocurrieron en los municipios del Distrito Central, donde se localiza Tegucigalpa; San Pedro Sula y Choloma.
La defensoría de las Personas con VIH y de la Diversidad Sexual, que depende del Conadeh, condenó la muerte violenta de al menos 21 miembros de la comunidad LGBTI en lo que va de 2019.
La coordinadora de la Defensoría, Francia Maradiaga, condenó la muerte violenta de cuatro miembros de la comunidad LGBTI entre los días 4 y 9 de julio.
“En Honduras hay una desmedida discriminación hacia la población transgénero y población LGTBI en general, de allí el reclamo permanente para que se respeten sus derechos humanos principalmente el derecho a la vida y que cesen los crímenes de odio en el país”, subrayó Maradiaga.
El organismo de derechos humanos ve con “preocupación” el aumento de las muertes y la saña con que son asesinados las miembros de la población homosexual.
Algunas de las víctimas mortales fueron “estranguladas, asesinadas a tiros, apuñaladas, degolladas, encostaladas e incluso calcinadas”.
Según un informe del Conadeh, los miembros de la comunidad LGTBI son víctimas de homicidio, tentativa de homicidio, abuso de autoridad, lesiones, detenciones ilegales, robo, hostigamiento, violación sexual, amenazas de muerte, violencia intrafamiliar y agresión por parte de particulares y agentes de cuerpos de seguridad del Estado.
La mayoría de los miembros de la comunidad LGBTI fueron asesinados en la calle, otros en su vivienda, lugar de trabajo y solares baldíos, entre otros.