¿Es Miguel Rosendo, fundador de la presunta secta Orden y Mandato, un brujo y un abusador, o todo es un burdo montaje? Esta es la tesis que defienden tres religiosas de la extinta congregación, investigadas en la trama que desde hace tres años mantiene en prisión provisional a Rosendo, y que este mediodía convocaron una rueda de prensa para dejar clara su verdad.
“El caso miguelianos no existe, es todo un montaje. Miguel es un padre de familia inocente que lleva tres años y tres meses en prisión. Es una situación de injusticia inhumana”, subrayó Marta Paz, la mano derecha de Rosendo, quien aseguró que “jamás han abusado de mí sexualmente”.
“Soy virgen, nunca he mantenido relaciones sexuales”, afirmó la religiosa, quien denunció cómo “he sido presentada como una de las mayores víctimas de unos abusos que jamás sucedieron”. Para demostrarlo, apuntó que se tuvo que someter “a un peritaje psicólógico y a otro ginecológico”. “Ahí sí que me sentí violada en mi dignidad de mujer”.
Al tiempo, Marta Paz acusa al sacerdote y asistente eclesiástico de la Orden, Isaac de Vega, de estar detrás de estas acusaciones que, en su opinión, buscaban “destruir la asociación” y “conseguir poder”.
Tanto para Paz como para Ivana Lima e Iria Quiñones “están manipulando” a sus padres y “usando su condición de sacerdote para difundir todo este montaje”. “Engañaron a nuestras familias”, aseguraron las consagradas. Las tres aparecieron acompañadas de otros tres sacerdotes que apoyan su versión, y que desde hace años vienen luchando contra lo que consideran una injusticia contra Rosendo.
Miguel Rosendo fue detenido en diciembre de 2014 en Madrid, adonde se había desplazado después de haber sido expulsado por las autoridades eclesiásticas, que reaccionaron tras conocer el demoledor informe de un despacho de detectives. El dossier, realizado tras la salida del grupo de una de sus víctimas, detallaba los supuestos abusos sexuales, físicos y psicológicos que ejercía el gurú sobre sus seguidores.
“A algunas de las mujeres con las que mantenía relaciones les ordenaba tomarse todos los días una pastilla, sin desvelar su composición ni finalidad”, relata el informe, que detalla que aunque Rosendo cometía los presuntos abusos con personas de ambos sexos, sus víctimas favoritas eran unas falsas monjas a las que denominaba bastones, y que manipulaba y supuestamente drogaba para que accedieran a tener relaciones sexuales y orgías.
La finalidad de la falsa orden era también el provecho económico de Rosendo y los suyos. Ya el informe de los detectives revelaba la existencia de “un entramado de estafa y tráfico de influencias adaptado a su lucro personal”, amparado en una supuesta idea de acción social y familia cristiana. La existencia de al menos otros nueve imputados por los supuestos delitos contra la Hacienda Pública y de asociación ilícita respalda esta sospecha.
En las próximas semanas, comenzará el juicio en el que, finalmente, serán 17 personas las que se sentarán en el banquillo de los acusados. La Audiencia Provincial de Pontevedra ha rechazado la apelación de seis de los afectados por el auto de procesamiento dictado por los juzgados de Tui. También rechaza la solicitud de dejar sin efecto la consideración del Obispado de Tui-Vigo como responsable civil subsidiario, al considerar que dio amparo a la Orden y Mandato de San Miguel.