La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA, por sus siglas en inglés), un organismo dependiente de la ONU, ha concedido un nuevo contrato para la exploración de los fondos marinos con objetivos mineros. La decisión se produce tan solo dos semanas después de que un grupo de científicos pidiera, a través de un artículo publicado en la revista Science, que se suspendiera temporalmente la concesión de contratos hasta que “el mercado regulatorio actual sea mejorado”.
Los investigadores aseguran que los fondos marinos son “hábitats frágiles, con ritmos de recuperación muy lentos y muy vulnerables a las perturbaciones físicas, como las causadas por la minería”. Por ello proponen una estrategia que permita “equilibrar la extracción comercial de los recursos de aguas profundas con la protección de los hábitats del fondo marino”. El documento tenía como objetivo ofrecer información a la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, que se reunió el pasado 24 de julio, para establecer las bases de las futuras normativas de protección del medio ambiente en alta mar y la minería.
“El reto es encontrar formas que permitan la exploración inicial y, en última instancia, la explotación comercial de los minerales de los fondos marinos, manteniendo a salvo los ecosistemas”, aseguran los científicos en el artículo. Para ello, los investigadores plantean la creación de una red de Áreas Marinas Protegidas (AMP) en las que no estén permitidas ni la exploración ni la explotación minera. Este enfoque preventivo ayudaría, según lo científicos, a “gestionar aquellos ecosistemas en los que los datos son limitados, como sucede en las profundidades del mar”. El objetivo es evitar “situaciones en las que la explotación puede causar un daño grave, imprevisible y potencialmente irreversible”, asegura en el artículo.
Los ecologistas muestran su preocupación
La opinión de este grupo internacional de expertos es compartida por las organizaciones ecologistas, que también se oponen firmemente a la explotación minera de los fondos marinos. Según Enrique Pardo, científico marino de Ecologistas en Acción, “la información disponible sobre los fondos marinos es muy pequeña, con lo que la evaluación de los impactos es muy difícil y los riesgos que se asumen son muy altos”.
En el año de 2012 la ISA estableció una red de AMP en la zona conocida como Clarion-Clipperton, situada en el océano pacífico, al oeste de los EE.UU. Sin embargo, aunque en la actualidad la mayoría de los contratos de exploración, 17 en total, se encuentran en esta región, existen otras zonas en los océanos Atlántico, Pacífico e Índico. Por este motivo, los científicos recomiendan que la ISA suspenda “la concesión de nuevos contratos de exploración hasta que se diseñen e implementen redes de AMP para cada una de las regiones del fondo marino”.
Los problemas de la minería submarina
Existen diversos estudios que alertan sobre el impacto ecológico de la minería submarina. Según Enrique Pardo, este tipo de actividad industrial produce dos tipos de impactos fundamentales sobre los sistemas marinos. Por un lado, el sistema de extracción de minerales es “bastante agresivo”, ya que “se hace un succionado del fondo marino, con lo que se produce una abrasión de cualquier ecosistema”. Tras succionar el material del fondo, en los barcos se separan los minerales del resto de material, que será devuelto al mar, generando una turbidez que puede afectar a la cadena alimenticia. “La turbidez en los sistemas costeros es habitual, pero las especies del fondo marino no están acostumbradas a este tipo de cambio”, afirma Pardo.
Tras el último contrato de exploración concedido a la China Minmetals Corporation, ya son 27 los contratos concedidos por la ISA, 19 de ellos en los últimos cuatro años. Este tipo de contratos se otorgan en exclusividad por un periodo de 10 años. Pasado este periodo de exploración, las compañías, consorcios o estados involucrados deben presentar un plan de viabilidad para su posible explotación, incluyendo completos informes sobre impactos medioambientales, métodos de extracción, etc. En la actualidad aún no se está explotando ninguna de las zonas designadas para la exploración.
La ISA es la organización intergubernamental establecida en 1994 por la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar para regular las actividades de minería submarina en las zonas que quedan fuera de la jurisdicción de los diferentes estados. Los recursos minerales de estas áreas del lecho marino, conocidas como la Zona, están considerados como patrimonio de la humanidad, un principio que establece una suerte de obligación fiduciaria entre el ISA y sus Estados miembros, en el que “los intereses de las generaciones futuras tienen que ser respetados, haciendo un buen uso de los bienes comunes internacionales”.
El lecho marino tiene importantes reservas minerales
En la actualidad la compañías o consorcios mineros están explorando más de un millón de kilómetros cuadrados del fondo marino en busca de minerales. La mejora de las infraestructuras para desarrollar este tipo de minería, junto al progresivo aumento de la demanda de diversos tipos de minerales, son los principales responsables de este aumento en el número de contratos.
Se estima que los depósitos minerales bajo el mar suponen el 96% del cobalto, el 84% del níquel, el 79% del manganeso o el 35% del cobre del total de las reservas del planeta. Todos estos minerales, junto a las denominadas tierras raras, sufren una fuerte demanda, ya que son fundamentales para la construcción de todo tipo de productos tecnológicos, desde móviles hasta motores eléctricos.