Ministros, amigos y familiares: los títulos que el dictador otorgó durante el franquismo que serán anulados
Además de los títulos nobiliarios concedidos por el dictador a los principales colaboradores del golpe de Estado, la guerra y la dictadura (sus biografías, aquí), la entrada en vigor de la Ley de Memoria Democrática suprime también aquellos reconocimientos otorgados a dirigentes políticos, financieros, ministros o altos cargos de la administración franquista. Un total de 12, entre quienes están algunos nombres imputados en 2008 en el sumario instruido en su momento por Baltasar Garzón por su destacado papel en la represión tanto de guerra como –especialmente– de posguerra.
La mayoría fueron otorgados por Franco coincidiendo con el 18 de julio (aniversario del “Glorioso Alzamiento Nacional”) o el 1 de abril (aniversario de “la Victoria”). Los motivos por los que se concedieron guardan una inequívoca relación con la memoria y la exaltación del golpe, la sublevación militar, la guerra civil y la violencia que los acompañó.
Pero no solo los golpistas y represores perderán sus honores. Dos nietos del dictador, cuyo único quebranto durante la democracia ha sido el ostracismo social y sus escándalos, perderán los títulos del Señorío de Meirás y el ducado de Franco. La democracia fue tan generosa con ellos que los descendientes del dictador encontraron, tras la muerte de Franco, un terreno fértil para negocios muy lucrativos.
Los últimos 40 años les han servido para exprimir un jugoso patrimonio, en ocasiones arrebatado por la fuerza a los españoles. La Ley de Memoria Democrática acaba ahora con los títulos nobiliarios que les fueron concedidos por Juan Carlos I, como lo hace con los de conspiradores, colaboradores e impulsores del golpe de Estado, la guerra o la dictadura.
Hija del general Primo de Rivera, marqués de Estella, María Pilar Primo de Rivera fue protagonista del golpe de estado de septiembre de 1923 que instauró la primera dictadura española del siglo XX y hermana de José Antonio. Poco después de la fundación de Falange fue designada Jefa Nacional de la Sección Femenina, encargada de encuadrar a las mujeres afiliadas al partido fascista. En la primavera de 1936 sus integrantes jugaron un papel no desdeñable como correos y en el tráfico de armas para la sublevación.
Como representante del 'generalísimo' mantuvo diversos encuentros con Hitler, Mussolini y Salazar. La labor de Pilar Primo de Rivera al frente de la Sección Femenina se orientó fundamentalmente a reeducar a las mujeres españolas en los principios del “Nuevo Estado”: su formación política y moral nacional-católica, su papel como abnegadas madres y esposas y su preparación para las tareas del hogar. En un papel siempre secundario y dependiente con respecto a los líderes varones del partido único, Pilar Primo de Rivera participó no obstante en iniciativas como la celebración del primer Congreso Nacional del Movimiento (1953) o el establecimiento de los llamados Círculos José Antonio (1959). Su labor al frente de la Sección Femenina fue recompensada por el 'generalísimo' en enero de 1960 con el título de condesa del Castillo de la Mota.
Pieza clave en la construcción del franquismo, la influencia de Carrero Blanco fue decisiva en cuestiones como la reducción del peso político de la Falange, el nombramiento de Martín Artajo como ministro de Exteriores, la firma del pacto de 1953 con los Estados Unidos, la decisión de que Juan Carlos I se educase en España bajo la tutela de Franco y la promulgación de un conjunto de leyes fundamentales orientadas a la institucionalización de la dictadura.
Miembro del Opus Dei, su influencia fue también decisiva en la crisis política de 1957, que supondría el ascenso de una nueva familia del régimen: los tecnócratas, que pondrían en marcha la política económica desarrollista de los sesenta. Franco –cuyo deterioro físico era palpable– lo nombró en 1967 vicepresidente del Gobierno, delegando cada vez más asuntos en su hombre de confianza. En la decisión de que Juan Carlos sería definitivamente el sucesor del 'generalísimo' o en el reforzamiento de la represión contra los opositores al régimen tuvo mucho que ver “la eminencia gris” del régimen. Nombrado finalmente presidente del Gobierno en junio de 1973, unos meses después ETA perpetró un espectacular atentado en pleno centro de Madrid en el que falleció. Al día siguiente el 'dictador le concedió póstumamente el título de Duque de Carrero Blanco y el grado de capitán general de la Armada.
Su actuación como fiscal se tradujo en la condena a la pena de muerte y la ejecución “legal” de, como mínimo, cientos de republicanos, sobre todo en Málaga, pero también en Talavera, Bilbao, Santander, Castellón y Arenas de San Pedro. Siempre bajo el patrocinio de su mentor, el general Camilo Alonso Vega, quien tras ser designado en 1957 ministro de la Gobernación le nombró director general de Seguridad, cargo que desempeñó hasta 1965, en que Arias Navarro fue nombrado alcalde de Madrid. Bien relacionado con el círculo de El Pardo y especialmente con Carmen Polo, la esposa del dictador, y con fama de duro, en 1973 fue nombrado ministro de la Gobernación por Carrero Blanco, con el encargo de reprimir a una oposición antifranquista que desde finales de los años sesenta estaba dando muestras de una actividad creciente.
De manera sorprendente, tras el atentado y la muerte de Carrero Blanco, Franco lo designó presidente del Gobierno, formando un equipo de ministros de claro contenido inmovilista mientras anunciaba una tímida apertura, rechazada tanto por el bunker franquista como por la oposición. Fue el encargado de informar a los españoles de la muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975. Ratificado como presidente del Gobierno por Juan Carlos I, su falta de entendimiento con el joven monarca se hizo evidente desde el primer momento, precipitando su destitución en julio de 1976 y su sustitución por Adolfo Suárez, siéndole concedido por Juan Carlos I el título de marqués de Arias Navarro. Aunque en las elecciones de 1977 se presentó como candidato al Senado por Alianza Popular, su derrota electoral fue estrepitosa. Retirado de la vida pública, falleció en 1989.
En 1934 acordó con Mussolini la entrega de armas y dinero por parte de los fascistas italianos para iniciar una sublevación en España. Desde 1938 desempeñó las funciones de ministro de Justicia en el primer gobierno del dictador, con todas las competencias en materia de justicia, registros, notariado, prisiones y asuntos eclesiásticos. La labor de Domínguez Arévalo, aparte de convertirse en el ministro con más ejecuciones durante su mandato en la Historia de España, consistió en arrasar con toda la legislación republicana (código penal, matrimonio civil, derechos de la mujer, etc.). Unas semanas después de su fallecimiento, en 1952, el 'generalísimo' recompensó sus servicios con la concesión de la Grandeza de España, a añadir al título nobiliario de conde de Rodezno.
Durante la dictadura primorriverista fue designado alcalde de Madrid (1924-1927). Elegido concejal en las elecciones municipales de abril de 1931, dirigió la minoría monárquica municipal durante el primer bienio republicano. Miembro en 1931-1932 de Acción Nacional/Acción Popular, en 1932 fue detenido y encarcelado varios meses por su presunta implicación en las conspiraciones contra la República, exiliándose a Francia tras el fracaso de la sublevación de Sanjurjo de agosto de 1932.
Dirigente del partido Renovación Española, formado por los monárquicos alfonsinos y fundado por Calvo Sotelo, Goicoechea y el propio Vallellano, en noviembre de 1933 fue elegido diputado a las Cortes por Palencia, ejerciendo la vicepresidencia de la cámara durante dicha legislatura. Durante la Guerra Civil y hasta 1940 dirigió la Cruz Roja de la zona franquista. En la posguerra su identificación con la causa de Don Juan y de la restauración monárquica no le impidió sin embargo aceptar los nombramientos del dictador de consejero de Estado (1945), procurador de las Cortes franquistas entre 1951-1964, ministro de Obras Públicas (1951- 1957) y presidente del Consejo de Estado (1958).
Inventor del lema “Franco, caudillo de España por la gracia de Dios”, en marzo de 1938 fue nombrado presidente de la comisión de codificación del Ministerio de Justicia. Tras el final de la guerra sustituyó al conde de Rodezno al frente de Justicia, desempeñando dicha cartera hasta 1943, es decir, en otro de los momentos más duros de la represión franquista. Bajo su mandato se ha estimado que el número de presos políticos en España alcanzó la cifra de unas 270.000 personas (diciembre 1939), reducidas a unas 75.000 hacia 1943 gracias a la creación de los batallones disciplinarios y campos de trabajo.
Coordinó además las directrices de la legislación represiva de posguerra, que tuvieron su principal expresión en la Ley de Responsabilidades Políticas (1939), la de Represión de la Masonería y el Comunismo (1940) y la Ley de Seguridad del Estado (1941). En 1943 dejó el ministerio tras ser designado presidente de las Cortes franquistas, siendo nombrado en 1948 presidente del Consejo del Reino y en 1949 miembro del Consejo de Regencia. Se mantuvo al frente de dichos cargos hasta 1965. También presidió la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación (1946-1963). Nombrado hijo predilecto de Bilbao e hijo benemérito de Vizcaya, Franco recompensó sus servicios con el título de marqués de Bilbao Eguía. Falleció en Durango en 1970.
Franco lo designó ministro de Justicia en sustitución de Raimundo Fernández Cuesta y Merelo, cargo en el que se mantuvo durante 14 años, hasta julio de 1965. Desde su nombramiento como ministro Iturmendi participó en las negociaciones con la Santa Sede que culminaron en la firma del Concordato de 1953. Una década después, en 1963, tras la condena a muerte de Julián Grimau y la avalancha de solicitudes de indulto –incluso del Papa–, Iturmendi declaró que él y la justicia española no estaban dispuestos a “ofrecer líneas de infiltración a la acción monstruosa del comunismo”, por lo que se procedió a la ejecución de Grimau el 20 de abril de 1963. Argumento similar utilizó meses después para defender el proyecto de ley de creación del Tribunal de Orden Público (TOP), principal organismo encargado de perseguir y reprimir a partir de entonces a los miembros de la oposición antifranquista y que asumió las funciones del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, creado en 1940.
Sustituido al frente del ministerio en 1965, Iturmendi fue designado presidente de las Cortes franquistas (también en sustitución de Esteban Bilbao) y del Consejo del Reino. Durante su mandato se aprobó la Ley Orgánica del Estado y se proclamó a Juan Carlos sucesor de Franco con el título de Rey (1969). Ese mismo año renunció a la presidencia por motivos de salud, aunque continuó figurando como procurador de las Cortes franquistas hasta su fallecimiento en 1976. Miembro de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación desde 1973, poco después de su fallecimiento Juan Carlos I le otorgó el título nobiliario de conde de Iturmendi.
Jefe de la abogacía del Estado en la delegación de Hacienda de Madrid, su carrera en el “Nuevo Estado” le llevó a la secretaría del Instituto Nacional de la Vivienda, la vicepresidencia del Instituto Nacional de Previsión, la dirección de asuntos sociales del INI, alcanzando la vicesecretaría general del Movimiento con Solís (1965-1969). Junto con Manuel Fraga fundó en 1968 la editorial DYRSA, haciéndose con el control del diario El Alcázar. Un año después, en 1969, fue designado por Franco presidente de las Cortes franquistas, en sustitución de Iturmendi, tomando al entonces príncipe Juan Carlos juramento de lealtad a los principios del Movimiento. En calidad de tal y como presidente del Consejo del Reino fue el encargado de organizar la transmisión de poderes de Franco a Juan Carlos I tras el fallecimiento del 'generalísimo', tomando de nuevo juramento al nuevo jefe del Estado.
Hijo predilecto de Burgos y fundador en 1974 junto con otros falangistas de la organización ANEPA (Asociación Nacional para el Estudio de los Problemas Actuales), en 1976 y de nuevo junto a Fraga fue uno de los promotores de lo que meses después se denominaría el partido Alianza Popular. Falleció en octubre de 1976, cuando se estaba discutiendo la ley para la reforma política presentada por el presidente del gobierno Adolfo Suárez. Con carácter póstumo, D. Juan Carlos I le concedió en enero de 1977 el título nobiliario de conde de Rodríguez de Valcárcel.
Identificado con la sublevación militar, a la que se sumó con las armas como voluntario, e íntimo colaborador de Queipo de Llano, fue nombrado por este presidente de la Diputación, ejerciendo dicho cargo hasta su nombramiento como alcalde de Sevilla, donde estuvo hasta junio de 1939. Ambas instituciones fueron objeto de una intensísima depuración del personal “no afecto” al bando sublevado.
En abril de 1938 fue designado jefe del Servicio Nacional de Regiones Devastadas y Reparaciones y en marzo de 1939 se le nombró director del Instituto de Crédito para la Reconstrucción Nacional, cargos que simultaneó con la Alcaldía de Sevilla. Miembro del gobierno de Franco constituido en agosto de 1939, hasta mayo de 1941 tuvo a su cargo la cartera de Agricultura e, interinamente, la de Trabajo, creándose bajo su mandato el Instituto Nacional de Colonización tras la liquidación del anterior Servicio de Recuperación Agrícola. Tras la remodelación de 1941 fue nombrado ministro de Hacienda, cargo que desempeñó durante una década, hasta 1951.
Hasta su fallecimiento en Sevilla en 1963 Benjumea desempeñó otros puestos clave, como el de gobernador del Banco de España, comisario de la Banca Oficial, presidente del Instituto de Crédito, etc. En 1951 el general Franco, en agradecimiento por los servicios prestados, le concedió el título de conde de Benjumea. Entre sus descendientes la figura más destacada es su sobrino Javier Benjumea Puigcerver, fundador en 1941 del grupo de empresas Abengoa, nombrado Hijo Predilecto de Andalucía en 1990 y marqués de Puebla de Cazalla por Juan Carlos I en 1994.
Miembro del Consejo Nacional del Movimiento, en 1941 fue designado presidente del recién creado Instituto Nacional de Industria, cargo que ocupó durante 22 años. En 1945 volvió a ser requerido por Franco para ocupar la cartera de Industria y Comercio, manteniéndose al frente del ministerio hasta 1951. Reintegrado a la dirección del INI, que durante su etapa ministerial había permanecido vacante, Suanzes se mantuvo al frente de este organismo hasta 1963, en que sus discrepancias con los tecnócratas y especialmente con López Rodó forzaron su destitución. Suanzes fue también presidente del patronato Juan de la Cierva, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y del Comité Español de la Conferencia Mundial de la Energía. En 1960 el 'generalísimo' tuvo a bien recompensar sus servicios otorgándole el título de marqués de Suanzes.
Nombrado inspector jefe de Falange en Valladolid, aceptó el decreto de unificación de abril de 1937 que dio origen a Falange Española Tradicionalista de las JONS y recién finalizada la guerra fue designado Delegado Nacional de Excombatientes. De una lealtad ciega a Franco y al Movimiento, en 1941, con 29 años, el dictador le designó ministro de Trabajo, cargo en el que iba a mantenerse durante más de 15 años, hasta 1957, encarnando la política social de la dictadura y la plena integración de la Falange en el “Nuevo Estado”.
Introdujo el seguro obligatorio de enfermedad, el mutualismo laboral y las magistraturas de trabajo, precedentes del sistema de Seguridad Social establecido en 1964. Siendo ministro contrajo matrimonio con Dª M.ª Josefa de Larrucea y Samaniego –tuvieron cuatro hijos–, a quien en abril de 1965 Franco reconoció como III Baronesa de Camporredondo, en lo que suponía también un agradecimiento a los servicios prestados por su marido. Miembro del Consejo del Reino desde 1970 y de nuevo presidente de los excombatientes y director de El Alcázar, fallecido Franco continuó siendo uno de los más destacados portavoces de la extrema derecha, nostálgica de Franco y del franquismo. Falleció en Fuengirola en 1995.
Residente en Madrid en el mismo edificio del barrio de Salamanca que el líder del Bloque, Calvo Sotelo, a quien apoyó financieramente y a quien prestó su colaboración en la preparación del golpe de estado de julio de 1936, actuó además de enlace entre Mola y Sanjurjo. Exiliado en Portugal al inicio de la guerra, su familia quedó en zona republicana, aunque fue canjeada por la del general Miaja en diciembre de 1936 con el permiso de Franco. En octubre de 1936 el 'generalísimo' le designó presidente –ministro de facto– de la Comisión de Industria, Comercio y Abastos de la Junta Técnica del Estado, cargo que ejerció hasta enero de 1938.
Dedicado en la posguerra a sus negocios privados, la compra de la mayoría de las acciones del Banco de Tortosa y su reventa al Banco Central le permitió amasar una inmensa fortuna. Políticamente en esos años Joaquín Bau se aproximó a los “juanistas”, partidarios de la restauración monárquica, lo cual no le impidió aceptar de Franco los cargos de consejero nacional de Falange Española Tradicionalista y de las JONS y procurador en Cortes. En 1965 lo designó además presidente del Consejo de Estado (ratificándolo como tal en 1971), vicepresidente del Consejo del Reino (1970), miembro de la Academia de la Historia, Hijo Predilecto de Tortosa, etc. Considerado como la figura paradigmática del franquismo ideológico y sociológico de la Cataluña de posguerra, en 1973, unos meses antes de su fallecimiento, el 'generalísimo' le recompensó aún más los servicios prestados con la concesión del título de conde de Bau.
Impulsor de todo un entramado de empresas industriales en Galicia y en otras regiones españolas, en 1943 fundó Fuerzas Eléctricas del Noroeste, S.A. (Fenosa), integrada en Unión Eléctrica Española, S.A. (Unesa). En 1948 adquirió los Astilleros y Talleres del Noroeste, S.A. (Astano), que llegaría a ser el astillero más moderno de España. Amigo personal de Franco, a quien al parecer apoyó económicamente durante la guerra, Pedro Barriè tuvo un papel clave en la fraudulenta adquisición del Pazo de Meirás y de la Casa Córnide, otro emblemático edificio de Coruña que acabaría formando parte del patrimonio del 'generalísimo' y de sus herederos. Como recompensa, en 1955 Franco le concedió el título de conde de Fenosa, oficialmente “por su inteligente laboriosidad y su constante iniciativa creadora de riqueza…”. Formó parte como consejero del Banco de España y del Banco de Crédito Local, miembro del Consejo Superior Bancario y procurador en Cortes por designación de Franco.
Carmen Polo nació en Oviedo (Asturias) en 1900 en una familia de clase media alta (su padre era abogado y propietario). Fue educada por las ursulinas y las salesianas y por una institutriz francesa. Con 17 años conoció a Francisco Franco en una romería y, a pesar de las reticencias de sus padres –Franco les parecía poca cosa–, tras seis años de noviazgo contrajeron matrimonio en 1923, tras el ascenso del novio a teniente coronel. Instalada en Melilla con su marido desde 1925, unos meses después de que Franco recibiera el ascenso a general, nació en 1926 su única hija, María del Carmen Franco Polo.
Tras el golpe de estado de julio de 1936 y ante lo que pudiera ocurrir embarcó en Tenerife con su hija en un crucero alemán con nombres falsos. Se instalaron brevemente en Bayona y en septiembre se trasladaron a Cáceres, para residir durante toda la guerra en Salamanca y Burgos. En 1940 pasó a residir en Madrid, convirtiéndose en la señora de El Pardo hasta 1975. Unos días después del fallecimiento del 'generalísimo', Don Juan Carlos I le concedió el título de Señora de Meirás (con grandeza de España), en referencia al pazo gallego supuestamente regalado a Franco por suscripción popular, que la familia ha tenido que entregar ahora a la Xunta de Galicia. Residente en el domicilio de los Franco de la calle de Hermanos Bécquer de Madrid y alejada de la vida social, falleció en 1988. Fue enterrada en el panteón familiar del cementerio de Mingorrubio, en El Pardo, donde en 2019 fueron trasladados los restos de su marido.
El título lo ostenta ahora el nieto del dictador Francisco Franco Martínez-Bordiú, que cambió el orden de sus apellidos para que no se perdiera la estirpe. Francis ha tenido varios problemas con la autoridad por su afición a las armas desenfundadas y ha defendido la memoria de su abuelo a través del libro La naturaleza de Franco. Cuando mi abuelo era persona.
Nacida en Oviedo en 1926, fue hija única del general Franco y de su esposa, Carmen Polo. Estudió el bachillerato y en 1950 contrajo matrimonio con Cristóbal Martínez-Bordiú, cirujano y marqués de Villaverde. Sus siete hijos nacieron todos en el Palacio del Pardo, residencia oficial del dictador. Unos días después de la muerte de su padre le fue concedido por Juan Carlos I el título de duquesa de Franco, con grandeza de España. Heredera de una ingente fortuna y residente en Madrid en el domicilio familiar de Hermanos Bécquer, durante muchos años presidió la Fundación Nacional Francisco Franco.
Falleció en 2017. Fue enterrada en la cripta familiar de la catedral de la Almudena, junto a los restos de su esposo. Hasta su muerte, ella mantuvo con pulso firme el control en los negocios y representó el legado de su padre. Además de a sus siete hijos crió como uno más a su nieto Luis Alfonso, hijo de Carmen Martínez Bordiú –actual duquesa de Franco– y Alfonso de Borbón. Los ocho son los herederos de la memoria política del dictador y de su patrimonio.
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