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El MIR perpetúa el agujero en atención primaria o por qué dermatología gana siempre

2400 médicos no obtienen plaza para realizar la residencia mientras medicina de familia se queda con 202 vacantes

David Noriega / Ana Ordaz

8 de mayo de 2023 22:26 h

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Más plazas MIR. Parecía la receta mágica para paliar la falta de médicos en España, sobre todo a futuro y en atención primaria. Con uno de cada tres profesionales, unos 12.000 en total, de este primer escalón asistencial en edad de jubilación de aquí a 2027, la situación es preocupante. Diversas comunidades autónomas, principalmente del PP, y el propio líder de la oposición venían reclamando que se ampliase la convocatoria de formación sanitaria especializada. El Ministerio de Sanidad concedió el deseo o, más bien, continuó con la línea que viene siguiendo en los últimos años. Tras el final del proceso, la fórmula ha demostrado tener algunas lagunas: 202 plazas de medicina familiar y comunitaria han quedado desiertas.

Este año, 10.792 médicos y médicas aprobaron el examen de Sanidad para acceder a una de las 8.550 plazas de residentes, la mayor oferta de la historia, que supone un 40% más que la última convocatoria de Mariano Rajoy en la Moncloa. En el intento del Ejecutivo por paliar a futuro la falta de profesionales que pronostican expertos y sociedades, el mayor salto en este ejercicio lo experimentó la especialidad de medicina familiar y comunitaria. El año pasado se ofrecieron 2.336 plazas; este, se incrementó este número en 119, hasta las 2.455. Sin embargo, esta ha sido la única especialidad que no ha cubierto el 100%.

A falta de la convocatoria extraordinaria, que se celebrará este jueves, se ha quedado en el 92%. El objetivo de esa jornada extra es tratar de cubrir alguna de esas 202 plazas. Hay candidatos, porque tras la elección ordinaria, 2.445 médicos recién graduados o que habían intentado conseguir una residencia han optado por quedarse sin nada.

La adjudicación de plazas de formación sanitaria especializada para medicina se ha prolongado durante 20 días y 24 sesiones (los días 3, 4, 5 y 6 de mayo hubo doble sesión), con 400 puestos en cada turno. “Ahora mismo hablamos de adjudicación y no de elección. Tú haces una lista con tus 50, 100 o 200 preferencias”, explica el representante de médicos jóvenes de la Organización Médica Colegial (OMC), Domingo Sánchez. Las plazas se van adjudicando de acuerdo con las elecciones de cada uno y la disponibilidad, en el orden de prioridad de quienes obtuvieron una calificación mayor.

En la siguiente gráfica, puedes consultar cómo avanzó cada turno de adjudicación hasta cubrir el 100% de las plazas ofertadas en cada especialidad.



Como viene siendo habitual, las primeras en cubrir el cupo han sido dermatología y cirugía plástica, en un par de turnos. Mónica Gómez, de 24 años, entró en la segunda sesión y consiguió una de esas codiciadas residencias. “Estuve dudando bastante y al final mi decisión fue derma, porque me gustaba, tiene muchas patologías y muchas enfermedades que se expresan a través de la piel”, indica. Pero no oculta que otro de los motivos por los que se decantó por esa rama es porque “ofrece mejor calidad de vida”.

Dermatología es una especialidad sin guardias y con buena salida en el sector privado. “Eso no me hizo decantarme, pero también es importante que cuando acabes el MIR puedas tener un contrato, porque tenemos garantizados cuatro años de residencia, pero después no tenemos nada”, indica la joven, que señala que “los médicos están valorando mucho poder tener una vida fuera del hospital”.



Mientras, otras como geriatría, medicina del trabajo, microbiología, bioquímica clínica o análisis clínicos concentran la mayoría de peticiones entre los últimos turnos. Tras tres años de pandemia, el SARS-CoV-2 no parece haber despertado esta convocatoria el interés de los egresados con mejor puntuación. El 72% de las 117 plazas ofertadas de salud pública se cubrieron en las tres últimas jornadas, como se aprecia en el siguiente gráfico, en el que es posible ver, especialidad a especialidad, cómo ha avanzado la elección.



“¿Qué sentido tiene aumentar las plazas de formación si luego no eres capaz de optimizarlas?”, plantea Sánchez. “La sensación que tengo es que es un poco el día de la marmota. Es la punta del iceberg de un problema que parte de unas raíces más profundas en cuanto al entendimiento del sistema, de lo que está pasando y de cómo las nuevas generaciones estamos enfrentándonos a esta realidad”, explica este médico, que teme que el modo de selección, con adjudicación pero no elección, ahonde en el problema. “Hay renuncias en los primeros meses o durante el primer año de residencia”, reconoce.

“Temíamos que esto ocurriera”, coincide el presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), José Polo, sobre la situación de medicina familiar y comunitaria. Lo ocurrido este año es una especie de déjà vu: en 2022 ya quedaron desiertas en primera instancia dos centenares de plazas. Un año después, las protestas de los y las profesionales de primaria se han repetido, con más o menos intensidad, por cerca de una decena de comunidades autónomas, con ejes en común: muchos pacientes y poco tiempo. “Los que están en el poder intentan tapar bocas prometiendo una serie de mejoras a corto plazo, que casi siempre son económicas, pero no es la reforma que venimos reclamando desde hace años”, lamenta Polo.

Contribuir al cambio

Carmen Jiménez tiene 27 años y en unos días comenzará su residencia en medicina familiar en una zona rural en la provincia de Sevilla. Era su primera opción. “Justo desde hace un año ha habido mucha revolución con el tema de la primaria, cosa que creo que es necesaria. Yo lo hablaba con mi familia y es un cambio que va a tener que ocurrir de aquí a unos años y me gustaría contribuir a él. Creo que tiene que ser tanto por parte de la ciudadanía como de los profesionales sanitarios”, señala la joven, una de las 2.253 nuevas médicas que comenzará su MIR en primaria.

Pese al punto negativo que suponen esas 202 plazas vacantes, el grueso de la oferta se lo lleva esta especialidad. Es la que más plazas ofertaba y la que más ha adjudicado, seguida, de lejos, por pediatría, con 501; medicina interna, con 413; y anestesiología, con 407. Precisamente, el Informe Oferta-Necesidad de Especialistas Médicos 2021-2035 ya recoge una carencia de anestesistas y profesionales de reanimación de entre el 5% y el 10%, amén de la de médicos y médicas de familia a causa de las próximas jubilaciones.

La presidenta de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc), Remedios Martín, es más optimista en lo que respecta a la convocatoria: “Los datos pueden parecer preocupantes, pero hay que ponerlos en contexto. Ha habido un total de 2.455 plazas que se han ido eligiendo a lo largo de todo el recorrido de días. El día que endocrino, que tenía 103 plazas, las agota, ya se habían escogido 191 de medicina de familia. El día que reumatología, que tenía 82 plazas a nivel nacional, las agotó, medicina de familia ya la habían elegido 406 aspirantes. El día que neumología finalizó y agotó sus 157 plazas en el ámbito nacional, medicina de familia ya había sido elegida por 637 aspirantes. Esto significa que es un éxito, aunque sea una elección más lenta, más prolongada y, sobre todo, que tiene su punta a finales de la elección”.

En la siguiente tabla puede verse el número de adjudicaciones en cada turno. Así, se puede apreciar que todos los días se adjudicaron plazas de medicina familiar, pero estas ascendían a medida que pasaban los días. El primero fueron 7; hasta el noveno no pasaron de 20; y el último fueron 451.



“Vemos que hay distintos pilares en los que se ha sustentado toda esta problemática (de plazas no cubiertas)”, indica el vicepresidente de asuntos externos de la Confederación Estatal de Estudiantes de Medicina, Guillermo Ramos-Noguera. “La medicina familiar y comunitaria está denostada por parte de las instituciones, lo que desemboca en un sistema de precariedad brutal, no solo por el tema de la temporalidad, de horarios, de turnos y de conciliación, sino también por toda la presión asistencial con la que, de manera sistemática, se ha ido cargando a primaria. Eso crea un ambiente que, evidentemente, el recién egresado de medicina e incluso las personas que repiten el MIR no quieren ver”, explica.

El presidente de Semergen apuesta por cambios que hagan más atractiva y sostenible la especialidad, como analizar la demanda asistencial, eliminando la burocracia; aumentar la capacidad de resolución, quitando trabas administrativas; y fomentar la investigación para facilitar la carrera profesional y científica del personal de este primer escalón asistencial. “También se necesita dar a conocer la atención primaria en el periodo de formación en la facultad”, añade.

En ese punto, precisamente, incide Ramos-Noguera. “La docencia en las facultades de medicina está muy urbanizada y el estudiante que posteriormente egresa y es médico o médica no conoce cuál es la vida de un médico de atención primaria en un pueblo”, señala. Y es que de las 202 plazas vacantes, la mayoría están en zonas de eso que se ha venido a llamar la España vaciada o en zonas de difícil cobertura. 55 en Castilla y León, 39 en Galicia, 36 en Catalunya, 27 en Extremadura, 18 en Navarra, 15 en Aragón, seis en Asturias, cuatro en Cantabria y dos en La Rioja.

“Esas plazas que han quedado descubiertas están ubicadas en zonas de difícil cobertura, sobre todo en zonas rurales. Ya tenemos el diagnóstico, lo que tenemos que hacer es incidir donde puedan estar las soluciones”, señala Martín. Y en ese sentido las soluciones pueden ser económicas, pero no solo. “También influyen los condicionantes, las posibilidades de formación y la conciliación familiar”, añade Polo.

Desde la Semfyc apuestan por “despertar vocaciones, que las hay”. Carmen ve la medicina de familia una opción “muy versátil” y se ha visto atraída por esa cercanía con la población. “Cuando me imaginaba en un hospital o en un centro de salud, me veía claramente en un centro de salud”, reconoce. En unos días comenzará una nueva etapa, esa en la que se proyectaba desde la facultad. Lo hará como otros 8.300 compañeros más. “Con mucha ilusión, pero también con un poco de vértigo a la hora de enfrentarme a una responsabilidad mayor de la que son los estudios”.

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