La lluvia torrencial que ha provocado la riada mortal en Sant Llorenç des Cardassar (Mallorca) es una precipitación súbita, según la descripción de la Agencia Estatal de Meteorología: “Intensidad extraordinaria y muy locales que hayan causado importantes daños materiales o pérdidas humana”. En Sant Llorenç ha fallecido, al menos, diez personas.
La confluencia de agua de mar muy cálida cerca y una orografía con algo de relieve y las bajas presiones están en la base de esta tromba, según los meteorólogos. La AEMET indica que estas precipitaciones súbitas implican no más de tres horas de lluvia, más de 60 mm acumulados y en una extensión inferior a 50 km2. La combinación que se ha dado en la isla balear.
La lluvia registrada ha superado los 220 mm y la descarga se prolongó poco más de dos horas. A la espalda del municipio se elevan unas montañas no muy altas, unos 500 metros, pero suficiente, describen, para que la borrasca se concentrara y descargara allí sin casi desplazarse más. El agua del Mediterráneo, según el mapa de temperaturas diarias de la AEMET está ahora rondando los 24ºC.
Con ese cóctel, las nubes descargaron con toda esa furia en un punto muy localizado. Tanto que en la estación meteorológica de Artà a apenas 12 kilómetros, el máximo de precipitación superó por poco los 60 mm, menos de una tercera parte. El último elemento significativo es que este Torrent de ses Planes, que atraviesa Sant Llorenç, es está catalogado en el tramo como área de riesgo de inundación por el Govern de las Islas Baleares. Precipitación súbita, de extraordinaria intensidad, concentrada en una zona donde el curso tiende a desbordarse. Allí se han registrado seis inundaciones, la última en 2010, según los datos del Ministerio de Transición Ecológica.