El doctor Luis Montes ha muerto esta tarde a los 69 años. Montes ha fallecido de manera repentina al sobrevenirle un infarto de miocardio cuando se dirigía a un acto en Molina de Segura (Murcia), según confirman fuentes de la asociación Derecho a Morir Dignamente.
Montes viajaba como copiloto en coche hacia la localidad murciana cuando ha sufrido el infarto y ha muerto en el vehículo. “Estamos esperando a que llegue el juez ya que se ha tratado de una muerte en una vía pública”, explican desde la asociación.
Luis Montes estuvo en el centro de un caso de denuncias de sedaciones terminales irregulares en el hospital público Severo Ochoa de Leganés (Madrid). En 2005, una denuncia anónima disparó la investigación de la Consejería de Sanidad dirigida por Manuel Lamela (PP) durante el Gobierno de Esperanza Aguirre.
Sanidad aseguró tras una inspección que la tasa de fallecimientos en esta unidad triplicaba la media. Aseguró que había detectado 73 muertes sospechosas de enfermos terminales y llevó el caso a los tribunales. También suspendió de su cargo a Montes y su compañero López Varas. En 2007, la justicia decretó el sobreseimiento del caso que se confirmó un año después por no poder establecer que las sedaciones fueran la causa de los fallecimientos.
Montes ha sido un abanderado público del derecho a una muerte digna. “En España te mueres bien o mal, según el médico que te toque”, contaba a eldiario.es cuando ya era presidente de la asociación Derecho a Morir Dignamente. Abogaba por aprobar legalmente la sedación terminal “a demanda” con idea de evitar el sufrimiento en los momentos finales de la vida.
Vinculación con Podemos
Vinculado más tarde a Podemos, su muerte ha suscitado muchos mensajes de condolencia de miembros de la formación como el diputado regional de Madrid, José Manuel López, quien ha dicho que “gracias a él tenemos una ley de muerte digna en Madrid”. Su compañero Hugo Martínez Abarca ha hecho referencia al proceso judicial que debió soportar: “Un compañero, un ciudadano ejemplar que hizo el bien a seres humanos en sus momentos más duros y al que trataron de destrozar la vida unos desalmados sin escrúpulos”.
En su conversación con eldiario.es, Luis Montes expresaba que “deseo que mi muerte sea inevitable, breve porque no necesito prolongar la agonía, que me pille dormido y acompañado por la gente a la que quiero”. No ha tenido la oportunidad.