En 2020 Kim Stanley Robinson publicó El ministerio del futuro, una novela de ciencia ficción que enseguida se convirtió en referente de la literatura ecotópica: distopías vinculadas a la crisis climática. La historia de Robinson comienza con una ola de calor en India extremadamente mortífera. Pero el escenario de cientos e incluso miles de personas muertas casi de golpe debido a un calor insoportable ha dejado de ser ficción o incluso proyección científica.
Este fin de semana se ha conocido que más de 1.300 personas han muerto por el calor extremo durante la peregrinación anual a La Meca, en Arabia Saudí. Y no es el único caso en 2024 de muertes masivas por la temperatura acumuladas en pocas semanas: en India, en México y también en Europa se han registrado fallecimientos múltiples en muy poco tiempo.
Las olas de calor en el área de Arabia Saudí, donde se celebra esta peregrinación musulmana llamada hach, son cinco veces más probables debido al calentamiento global. De hecho, ya en 2019 una investigación sobre la zona indicaba que el estrés térmico durante esta celebración iba a sobrepasar los niveles de “peligro extremo”.
El responsable de Cambio Climático de Greenpeace, Juan Zorrilla, se reconoce “impactadísimo” por lo ocurrido en Arabia, aunque piensa que su trascendencia en España puede haberse aminorado “por hecho de tratarse de un país árabe y en el contexto de un acto religioso musulmán”.
Zorilla recuerda que “olas de calor severo se están produciendo en todo el mundo. Se ha registrado una impresionante en el este de Europa. Con todo no deja de ser irónico que estas muertes masivas se hayan producido en uno de los países que más combustibles fósiles ha extraído”, en referencia a los saudíes.
Más impacto en los más vulnerables
El Gobierno saudí se ha justificado diciendo que el 83% de los muertos de este 2024 no tenía autorización para peregrinar. Esto significa que no tenían permiso para usar las áreas acondicionadas preparadas por el país árabe. “Han caminado largas distancias bajo el sol directo sin la protección adecuada”, ha dicho el ministro de Salud saudí Abdurrahaman Al Jalajel, poniendo en evidencia que los impactos climáticos golpean más duramente a los más vulnerables. El calor mata más a los más pobres.
En este estudio se muestra –al revisar los datos históricos de muertes– que las altas temperaturas han convertido ya los encuentros de masas en eventos de mayor riesgo que hace tres o cuatro décadas.
Los expertos del Panel Internacional para el Cambio Climático (IPCC) han insistido repetidamente en que estamos ante “una llamada de atención para la Humanidad”. Uno de sus integrantes, Niklas Hagelberg, cuenta que “el impacto del cambio climático ya se está sintiendo en todo el globo”.
En América latina las muertes por calor han crecido un 140% en los últimos 20 años, según la revisión anual The Lancet Countdown. A la cabeza se sitúan Ecuador, El Salvador, Guatemala y Honduras. Mientras, en Europa, ese salto se ha calculado en un 30% para el mismo periodo.
Antes de la factura mortal del hach en Arabia, la atención sobre los daños climáticos estaba puesta en India, donde han encadenado en mayo y junio jornadas y jornadas con temperaturas por encima de los 40ºC en diversas zonas del país. La cifra oficial de muertos ha llegado a 143, pero el Gobierno ha informado de 43.000 golpes de calor. En la ciudad de Delhi, uno de los hospitales más grandes ha puesto en marcha la primera sala de emergencias específica para estos golpes de calor.
Las ciudades indias se han convertido en “trampas de calor”, han avisado las autoridades. Allí se han sucedido las imágenes de ciudadanos apiñándose cerca de camiones cisterna de agua para intentar llenar garrafas debido a que ha habido cortes en el suministro. El Gobierno ha achacado este problema a los bajos niveles del río Yamuno.
Además, los indios han visto cómo decenas de pájaros y murciélagos caían desplomados sobre ellos al colapsar en pleno pleno vuelo por la deshidratación.
También a finales de mayo y junio el calor extremo ha sobrecogido a México, donde se ha informado de al menos 125 muertes. El país norteamericano ha experimentado una cúpula de calor donde el aire recalentado queda atrapado cerca de la superficie.
Un grupo de científicos ha estudiado este evento extremo y ha concluido que un episodio como este de calor muy severo es ya esperable cada 15 años. En el año 2000, “con la temperatura global medio grado más baja”, el mismo fenómeno se podía dar una vez cada 60 años.
En el golfo pérsico, el calor insoportable al que estuvieron expuestos los trabajadores de la construcción de las sedes para el Mundial de fútbol en Qatar hizo que fallecieran unas 6.500 personas, según una investigación de The Guardian. El propio comité organizador acabó por admitir 400 o 500 fallecimientos de este tipo.
Turistas en peligro
Este junio, el calor severo ya ha llegado a Europa. En Grecia, la primera ola de altas temperaturas del año hizo que la Acrópolis y otros puntos de interés arqueológico tuvieran que cerrar. El objetivo era evitar que los turistas continuaran desmayándose mientras hacían cola para visitar los restos históricos. Además, el Gobierno decretó el cierre de colegios y el despliegue de médicos por las calles de Atenas.
Con todo, lo más grave ha sido una secuencia de turistas desaparecidos, cuyos cadáveres fueron hallados más tarde. Cinco personas han muerto en episodios con características similares: una salida a hacer senderismo durante los días de calor extremo, pérdida de contacto y luego localización sin vida. Un estadounidense en una isla cercana a Corfú, un neerlandés en Samos... Otro de los afectados era un presentador de televisión británico.
En este sentido, Juan Zorrilla señala que lo sucedido en La Meca puede equipararse a un impacto sobre el turismo, “un aviso para España”. Sin embargo, remata, “por lo que nosotros detectamos, muchas personas todavía no relacionan cambio climático con olas de calor”.
Los meteorólogos helenos han afirmado que este episodio “pasará a los anales de la historia” porque nunca habían tenido temperaturas de este nivel a estas alturas del año: 44,5ºC en Creta, 43,9ºC en el Peloponeso y 42ºC en Atenas.
En la cercana Chipre también han muerto dos personas y las clases escolares han terminado antes de tiempo debido al calor.
La Agencia Estatal de Meteorología –además de tener que desmentir bulos climáticos sobre sus análisis– ha avanzado que los meses de julio, agosto y septiembre “serán muy probablemente más cálidos de lo normal en toda España”. El verano podría situarse “entre el 20% de los más cálidos registrados”.