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2020 acaba con un exceso de mortalidad de más de 68.000 fallecimientos y es el año con más muertes desde que hay registros

Raúl Sánchez

12 de enero de 2021 12:00 h

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Desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre de 2020 se han registrado en España más de 68.000 muertes por encima de las esperadas en España. Las estimaciones del Sistema de Monitorización de la Mortalidad (MoMo) según la media de años anteriores indican que en 2020 lo habitual hubiese sido que fallecieran 397.000 personas en los doce meses del año. Según los últimos datos disponibles, los registros civiles han notificado más de 465.000 muertes por todas las causas durante ese periodo. Con estos datos, este 2020 sería el año más mortal de la historia democrática de España tanto en números absolutos como ajustando por población, según cálculos realizados por elDiario.es.

El aumento de la mortalidad alcanzó su pico en los meses de marzo y abril, durante el confinamiento domiciliario, pero se ha repetido, con menor intensidad, en la segunda ola del coronavirus. Por comunidades, Madrid es la región donde más ha aumentado la mortalidad en 2020: un 41% más de fallecimientos respecto a la media de los años anteriores. Le siguen Castilla-La Mancha (37%), La Rioja (28%), Aragón (25%) y Castilla y León (25%). Estas cinco comunidades son también de las más afectadas por el virus tanto en la primera subida de contagios en primavera como en con la llegada del otoño y el invierno en los últimos meses del año.

El impacto de la epidemia en España entre marzo y abril, cuando colapsaron hospitales, funerarias y registros civiles, dejó un saldo de 44.000 muertes por encima de las esperadas en esos meses. Una cifra que se acerca mucho a las 45.684 personas que fallecieron a causa de la COVID-19 en España, según la estadística de defunciones desglosadas por causa de muertes publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Un recuento del INE que confirmó que prácticamente todo el exceso de mortalidad durante el confinamiento domiciliario estuvo vinculado a la COVID-19.

Aunque los registros volvieron a hablar de más muertes de las esperadas en julio y agosto, no todas eran directamente atribuibles a la COVID-19: una gran parte estaba vinculadas a los episodios de calor tradicionales del verano. Sin embargo, todos los datos (incluyendo las muertes oficiales contabilizadas por Sanidad) indican que el exceso de más de 21.000 muertes registrado en los últimos 4 meses del año está en gran parte vinculado al virus, directa o indirectamente. Además, las cifras de exceso de mortalidad también pueden incluir la reducción de mortalidad de otras enfermedades respiratorias como la gripe por el uso de mascarillas y la limitación de contactos sociales.

Este gráfico muestra el resultado del análisis de elDiario.es de los microdatos individuales de las más de 15 millones de muertes registradas en España -desde 1975 hasta 2018- en la estadística de defunciones del Instituto Nacional de Estadística (INE) y las cifras de vigilancia diaria -2019 y 2020- del Sistema de Monitorización de la Mortalidad (MoMo), del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII). Ver metodología.

Hay que tener en cuenta que las cifras de mortalidad durante la epidemia están infraestimadas respecto a la estadística definitiva de defunciones porque solo incluyen los registros civiles informatizados –93% de la población– y pueden existir retrasos en la notificación de las defunciones.

¿Cómo se compara la epidemia del coronavirus con otros repuntes de la mortalidad en comparación con los últimos años? Lo analizamos comparando 2020 con las muertes diarias de los peores brotes de gripe de las últimas dos décadas: 2005, 2012 y 2017. Selecciona el primer o último trimestre para ver los primeros o últimos 4 meses de 2020.

Las comunidades más afectadas

Las diferencias en el impacto de la mortalidad de la crisis del coronavirus son palpables entre comunidades autónomas. Madrid, Castilla y León y Castilla-La Mancha, Catalunya, Euskadi y Navarra son las regiones más afectadas por el aumento de las defunciones durante la epidemia.

Son además las zonas en las que el virus ha actuado con mayor virulencia, en atención a los datos publicados por el Ministerio de Sanidad. Los picos son claros: en la Comunidad de Madrid, los fallecimientos en la semana más mortal de la epidemia se cuatriplicaron respecto al promedio de los últimos 20 años.

Unas cifra que contrastan con las comunidades en las que el virus ha entrado con menor fuerza. En Canarias, Baleares o Murcia las cifras de mortalidad durante la epidemia han estado en niveles similares o incluso por debajo de los brotes de gripe de la última década.

Hay que tener en cuenta que en algunos territorios, como Aragón, Cantabria, Castilla y León o La Rioja, las cifras de defunciones están más infraestimadas que en el resto de regiones porque cuentan con menos registros informatizados, por lo que los picos pueden ser aún mayores. En 2018, por ejemplo, el MoMo solo registró el 77% de las muertes que se inscribieron en las provincias de Castilla-La Mancha frente al 99% de Euskadi.

El siguiente gráfico muestra la comparación del número de muertes semanales en cada comunidad respecto a las muertes registradas en los últimos 20 años.

Si quieres comparar los datos detallados de mortalidad desde 1975 hasta la actualidad en cada comunidad autónoma, haz click aquí.

El colapso de hospitales, funerarias y registros civiles se enmarca en una situación sin precedentes en la historia de España. Los 20 días con mayor número de muertes desde el inicio de la democracia se ubican todos entre finales de marzo e inicio de abril de este año, según las defunciones registradas en el sistema MoMo.

Hasta la fecha, el día con mayor número de fallecimientos había sido el 13 de enero de 2017 –brote de gripe– con 1.759 muertes. El 31 de marzo de este año, casi 3.000 personas fallecieron en un solo día.

El pico de muertes, entre personas mayores

Por edades, la mayor diferencia entre las muertes esperadas según el MoMo y las registradas oficialmente se encuentra entre las personas más mayores. El exceso de muertes entre los fallecidos con más de 74 años es ya de un 63% sobre lo esperado hasta el 28 de abril. Entre 65 y 74 años, de un 46%.

Muchos expertos piden tiempo para saber qué parte del exceso de mortalidad es achacable al virus. Además, el exceso de muertes registrados por el MoMo también pueden estar algunas que no sean directamente atribuibles al COVID-19. Por ejemplo, la muertes indirectas pueden haber aumentado durante la saturación del sistema sanitario y otras muertes accidentales se pueden haber reducido durante la situación excepcional de confinamiento.

La mortalidad en cada CCAA desde 1975

Para comparar con más detalle cómo está afectando la crisis del COVID-19 en cada comunidad autónoma, mostramos la evolución de las muertes semanales en cada región desde 1975 hasta la actualidad.

Las cifras muestran el número total de defunciones en cada semana del año registradas en cada comunidad autónoma, según las cifras de la estadística histórica de defunciones hasta 2018 y del proyecto MoMo para 2019 y 2020. Selecciona una comunidad y explora los datos.

Metodología

Para esta información se han analizado los microdatos individuales de todas las defunciones registradas en España entre 1975 y 2018 del Instituto Nacional de Estadística (INE). Para cada muerte, se ha identificado el día de la defunción y la comunidad de inscripción del fallecimiento.

Se han identificado 1.298 fallecimientos ubicados en días inexistentes (31 de noviembre o 30 de febrero) entre 1975 y 1983. Estas muertes se han incluido entre las del último día de esos meses.

Las estadísticas de muertes registradas en España desde julio de 2019 hasta la actualidad provienen del sistema de monitorización de la mortalidad (MoMo), que ha publicado los datos históricos de los últimos dos años. Esta herramienta se utiliza para alertar de excesos de muertes por olas de calor o epidemias de gripe.

Estas cifras están infraestimadas ya que el sistema se alimenta de las defunciones inscritas en los registros civiles informatizados (94% de los fallecimientos finales)y pueden presentar retrasos en las notificaciones.

Las comunidades con menos registros civiles informatizados pueden detectar muchos menos de los realmente ocurridos. Son los casos de Aragón (detectó el 80% de las muertes registradas finalmente en 2018), Cantabria (78%), Castilla y León (77%), Comunidad de Madrid (87%) y La Rioja (77%).